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Revista Realidad Educativa, julio 2024, v. IV, n° 2, ISSN: 2452-6134
doi 110.38123/rre.v4i2.406

Inclusión y trabajo colaborativo: sistematización de una experiencia dentro de una institución de educación inicial

Inclusion and collaborative work: systematization of an experience in an early education institution

Diana Vásquez SalazarORCID logo

Universidad Finis Terrae, Santiago, Chile

Resumen

Este artículo deriva de la investigación en una institución de educación inicial, como parte del programa de Magíster en Gestión y Liderazgo Educativo de la Universidad C entral de Chile. En el núcleo de esta narrativa (Gil, 1997), está la travesía como educadora y directora, que se enfoca en la relevancia de las dimensiones en un plan de desarrollo inclusivo. Se llevó a cabo una investigación e intervención para revisar procesos pedagógicos con enfoque inclusivo, presentando antecedentes teóricos que respaldan la investigación. El objetivo fue crear acciones de mejora, especialmente a nivel comunitario, con la participación activa de docentes, niños y familias. La metodología es cualitativa, con revisión de documentos y entrevistas. Se presentan conclusiones y recomendaciones, esperando que esta intervención contribuya al desarrollo de una cultura inclusiva que genere los cambios necesarios para fortalecer el sentido de pertenencia de todos los actores.

Palabras clave: inclusión, trabajo colaborativo, educación inicial, diversidad

Abstract

This article stems from research conducted in an early education institution as part of the Master's program in Management and Educational Leadership at the Universidad Central de Chile. At the core of this narrative (Gil, 1997) lies my journey as an educator and director, focusing on the relevance of dimensions in an inclusive development plan. An investigation and intervention were carried out to review pedagogical processes with an inclusive approach, presenting theoretical background supporting the research. The goal was to create improvement actions, especially at the community level, with the active participation of teachers, children, and families. The methodology is qualitative, involving document review and interviews. Conclusions and recommendations are presented, with the hope that this intervention contributes to the development of an inclusive culture, bringing about necessary changes to strengthen the sense of belonging for all stakeholders.

Keywords: inclusion, collaborative work, early childhood education, diversity

Introducción

En el ámbito educativo contemporáneo, la inclusión se posiciona como un principio fundamental para fomentar la equidad y la participación activa de todos los miembros de una comunidad educativa. En el contexto de las políticas públicas que abogan por la inclusión y la igualdad de oportunidades, como la Ley de Inclusión Educativa (Mineduc, 2015), se insta a los espacios educativos a ofrecer educación de calidad, asegurando el desarrollo integral de niños y niñas. La presente investigación se inscribe en las propuestas emanadas desde políticas públicas que reconocen la diversidad y la inclusión como valores fundamentales en el proceso educativo, concentrándose en una institución de nivel inicial que adopta un proyecto de inclusión como piedra angular de su filosofía educativa.

El problema que orienta este estudio se enfoca en la necesidad de comprender y fortalecer las dimensiones que conforman el plan de desarrollo de una institución con orientación inclusiva. Reconociendo la complejidad inherente a este desafío, se lleva a cabo una investigación e intervención detalladas que involucran a toda la comunidad educativa. El propósito es examinar críticamente los procesos pedagógicos inclusivos para identificar áreas de mejora y, en última instancia, construir un entorno en el que educadoras, niños y familias se sientan integralmente partícipes del proyecto educativo.

En la sección teórica, se exponen los fundamentos conceptuales que sustentan esta investigación, respaldados por una revisión constante de marcos teóricos que proporcionan el contexto necesario para abordar la complejidad de la inclusión en el entorno educativo.

El objetivo principal de esta investigación es crear acciones de mejora, especialmente en el ámbito de la comunidad escolar, con el fin de fomentar un sentido de pertenencia y compromiso compartido con el proyecto inclusivo. Para lograrlo, la metodología adoptada se enmarca en el paradigma cualitativo, abordando un estudio descriptivo de experiencia. Se utilizan diversos instrumentos y procedimientos de investigación, como la revisión de documentos institucionales, cuestionarios de indicadores de inclusión (Booth y Ainscow, 2015; UNESCO, 2000) y entrevistas abiertas. El análisis de los datos recopilados permitió la construcción de categorías, dimensiones y unidades de análisis que facilitaron su posterior triangulación.

La relevancia de la intervención radica en el objetivo de generar acciones y estrategias metodológicas que consoliden un espacio abierto a la creación y participación activa en las experiencias de aprendizaje de todas y todos los estudiantes. En este sentido, a través de diagnósticos y estrategias, se logra conocer las acciones pedagógicas favorables en el ejercicio de la dinámica inclusiva, identificando mejoras en las prácticas colaborativas entre educadoras diferenciales, educadoras de párvulos y otros actores clave de la institución.

En definitiva, el impacto de esta intervención se visualiza desde la praxis y las prácticas inclusivas, que hoy por hoy son una realidad en las escuelas y jardines infantiles de nuestro país, teniendo en cuenta los desafíos que implican tanto en lo conceptual, procedimental y actitudinal.

Finalmente, las reflexiones se dirigen directamente a la institución en la que se realiza el estudio, con la aspiración de que las sugerencias propuestas sirvan como catalizador para el desarrollo de una cultura inclusiva que impacte positivamente en la comunidad educativa. Este artículo no solo busca compartir los hallazgos, sino también contribuir a la construcción de entornos educativos que fomenten el sentido de pertenencia y participación de cada uno de los actores involucrados.

Revisión literaria

La temática de la inclusión en el ámbito educativo ha adquirido una importancia crucial y es reconocida por organismos como la UNESCO (2005) como una oportunidad para enriquecer la sociedad a través de la valoración de la diversidad y las diferencias individuales. La educación inclusiva, conceptualizada como la adaptación de aulas ordinarias con programas educativos exigentes para cada estudiante, ha emergido como un componente fundamental en la transformación de procesos de aprendizaje y la configuración de comunidades educativas inclusivas (Stainback y Stainback, 2007).

El cambio paradigmático hacia la educación inclusiva, centrado en los derechos (Florian y Black-Hawkins, 2010), aboga por la alineación de las prácticas educativas con las expectativas y necesidades de todos los estudiantes. Este enfoque evolutivo y constante destaca la importancia de fortalecer la personalización y considerar la diversidad como un elemento fundamental para la valorización igualitaria de todas las personas (Booth y Ainscow, 2015).

En el contexto histórico de Chile, la educación inclusiva encuentra sus raíces en la atención centrada en los niños y niñas, especialmente aquellos que enfrentan dificultades en sus aprendizajes y presentan necesidades educativas para acceder al currículo común. Este enfoque resalta la importancia de proporcionar apoyos significativos para llevar a cabo estrategias inclusivas (Coll et al., citado en Larraguibel, 2012).

La educación inclusiva, como piedra angular, demanda apertura, voluntad y competencias para comprender, aceptar, acoger y apoyar las circunstancias, expectativas, necesidades y estilos personales de cada niño y niña. Este enfoque no solo democratiza las oportunidades de aprendizaje, sino que también contribuye a mejorar la calidad educativa y a fomentar la participación activa de todos los miembros de la comunidad. En resumen, la literatura revisada destaca la educación inclusiva como un camino hacia la construcción de comunidades educativas más equitativas y enriquecedoras.

En el contexto educativo actual, cabe preguntarse: ¿Qué posición histórica estamos tomando las y los educadores de este país respecto de la instauración de un paradigma inclusivo? Durante varios años, diversas iniciativas han impulsado la redefinición de la educación para personas con necesidades educativas especiales (NEE), con el objetivo de derribar progresivamente las barreras que han limitado el acceso de muchos estudiantes a condiciones menos restrictivas. Estas iniciativas buscan promover prácticas que no solo salvaguarden sus derechos, sino también los de todos los miembros de la comunidad. En sintonía con este propósito, la institución objeto de este estudio ha manifestado su compromiso para responder de manera coherente a estas necesidades, alineándose con sus principios generales y reflejando estos valores inclusivos y respetuosos en su filosofía institucional.

Es importante destacar que esta orientación inclusiva también se evidencia en la adhesión de la institución a la UNICEF (2006), que aboga por la necesidad de brindar atención y educación de calidad a la primera infancia a nivel mundial, según lo señalado por Larraguibel (2012). Este enfoque se plasma no solo en las políticas institucionales, sino también en la cultura y prácticas implementadas, a fin de consolidar un ambiente que promueve la inclusión y el respeto hacia todos los integrantes de la comunidad educativa.

El objetivo principal de la Declaración de Incheon, ratificada durante el Foro Mundial sobre la Educación (UNESCO, 2015), es “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”. Por consiguiente, se asume el compromiso de abordar todas las formas de exclusión y marginación, así como las disparidades y desigualdades en el acceso, la participación y los resultados de aprendizaje, estableciéndose asimismo que “ninguna meta educativa debería considerarse lograda a menos que se haya logrado por todos” (p. 7). En este sentido, existe el compromiso de implementar los cambios necesarios en las políticas educativas y de enfocar esfuerzos orientados a ese propósito.

El proyecto que se presenta en este artículo viene a complementar este trabajo minucioso y arduo, el cual, mediante el compromiso afectivo del equipo y un trabajo profesional permitió cimentar las primeras bases de una educación inclusiva. Podemos declarar que este espacio educativo brinda experiencias en las que todos los niños y las niñas, independientemente de sus características, condiciones personales, culturales o sociales, discapacidades o enfermedades, entre otras, son agentes activos de su proceso de enseñanza y aprendizaje, enfocado desde la premisa ineludible de nuestra esencia primera como sujetos de derecho, pues nuestro fin, según las directrices oficiales, es “Mejorar la calidad y equiparar oportunidades para aprender” (Mineduc, 2015).

Las Bases Curriculares de la Educación Parvularia, por su parte, destacan la importancia de garantizar el acceso, participación y aprendizaje de todos los niños y niñas, reconociendo y valorando su diversidad, promoviendo la equidad y generando ambientes educativos inclusivos que respondan a las necesidades y características de cada niño y niña (BCEP, 2018).

La intervención realizada en el nivel parvulario es parte fundamental de un camino que requería de nuevas estrategias, un orden que permitiera el éxito y las mejoras necesarias. A pesar de la vasta experiencia de la institución en atención a la primera infancia, del constante perfeccionamiento y del trabajo colaborativo con diferentes instituciones, el proyecto de inclusión requería de claridad para alcanzar sus objetivos y especialmente potenciar y creer que lo que se realiza tiene un sentido. Existe la conciencia de que el futuro que se avecina demanda un enfoque humanista, centrado en el bienestar y el desarrollo integral de los niños y la niñas. Nos impulsa la convicción del valor de crear entornos educativos que ofrezcan experiencias diversas, brindando una atención diferenciada y ajustada a las necesidades individuales de cada uno, sin caer en estigmatizaciones. Era necesario validar que la idea de inclusión supone que todos somos diferentes y plantea a la escuela el desafío de poner en marcha objetivos, contenidos, y un sistema de enseñanza y de evaluación que asuman esa diversidad y procuren incluir a todos en el proyecto educativo de la comunidad (Valdez, 2019). En este contexto, el papel del educador adquiere una importancia central, según lo planteado por Larraguibel (2012), ya que sus creencias, actitudes y prejuicios influyen directamente en el desarrollo de las prácticas inclusivas (Larraguibel, p. 86). Se hace imprescindible contar con educadores que no solo respeten y valoren las diferencias, sino que también consideren enriquecedoras las diversas expresiones culturales. Este compromiso redefine la educación y transforma la sociedad, estableciendo la inclusión, la diversidad y el respeto a las particularidades individuales como fundamentos esenciales de la formación de los estudiantes.

La visión subyacente implica la creación de entornos educativos que no solo desempeñen el papel de facilitadores del aprendizaje, sino que también sirvan de fuentes de inspiración y celebración de la riqueza inherente a cada niño y niña. De esta forma, se abre un camino hacia un futuro más equitativo y compasivo, en el que se reconoce, valora y fomenta la singularidad de cada persona como un elemento que enriquece al conjunto de la sociedad.

En el ámbito del aula, Stainbak y Stainbak (2007) proponen que la filosofía adoptada en espacios más reducidos debe reflejar un sentido de pertenencia que integre la vida cotidiana de la escuela. La diversidad, según estos autores, refuerza y brinda mayores oportunidades de aprendizaje para todos los estudiantes.

En el caso de la institución investigada, se puede visualizar una curva de aprendizaje pionera en la implementación de este medio único y diferenciado, afianzado en una cultura organizacional que enfatiza el componente de las habilidades blandas para el desarrollo exitoso de las prácticas pedagógicas. A lo largo del proceso de aprendizaje, como institución se generaron espacios de ensayo y error, para luego llegar a este nuevo proyecto que introduce innovación, la cual es fundamental que sea sostenible en el tiempo. Por ser una organización pequeña, se facilita la permanencia y transmisión de la cultura. Este aspecto se corrobora a través del proceso de diagnóstico, que revela que la cultura organizacional ya está arraigada en las personas que conforman la comunidad educativa.

En consonancia con esta perspectiva, Stainbak y Sainbak (2007) abogan por las aulas inclusivas como redes naturales de apoyo. En este tejido virtuoso participan compañeros, amigos, familias, equipos educativos y demás actores, todos los cuales fomentan el aprendizaje cooperativo entre pares y la colaboración profesional, entre otros aspectos.

Metodología o procedimiento

El presente estudio adopta la teoría fundamentada según las directrices de Andréu et al. (2007) con el objetivo de explorar la dinámica de la educación inclusiva en una institución de educación inicial. La metodología abarca dos fases cruciales.

Primera fase: Microanálisis y codificación abierta

Se realizó un minucioso microanálisis de registros extensos, siguiendo las indicaciones de Assáel y Soto (1992). Este proceso involucró la anotación sistemática de preguntas, impresiones, reacciones, interpretaciones y reflexiones. Se identificaron conexiones con otros elementos teóricos y observaciones. La etapa concluyó con una codificación abierta mediante la técnica del etiquetado.

Segunda fase: Construcción de categorías

Se identificaron núcleos temáticos y se construyeron categorías basadas en la codificación abierta y las directrices de Prieto (2001). Dos categorías centrales emergieron: “Inclusión como necesidad de todos los miembros de una comunidad educativa” y “Proyecto de educación inclusiva: énfasis en el trabajo colaborativo” (p. 21).

Interpretación y refinamiento continuo

Utilizando referentes teóricos pertinentes (Assáel y Soto, 1992), se interpretaron las categorías, se anticiparon sus significados y se analizaron sistemáticamente los relatos seleccionados. Constantemente se buscaron contraejemplos para generar nuevas interrogantes. Se procedió a un refinamiento continuo a fin de redefinir y desglosar categorías, buscar conexiones entre distintos tópicos, así como levantar problematizaciones teóricas que enriquecieran el análisis.

Contribución y perspectivas futuras

Este enfoque metodológico aporta una comprensión rica y matizada de la dinámica de la educación inclusiva. Las categorías generadas no solo ofrecen una síntesis de las manifestaciones observadas, sino que también constituyen pilares para la comprensión del fenómeno estudiado. Las conclusiones y recomendaciones finales se derivan de este proceso, y esperamos que esta investigación sirva como referencia para futuros estudios en el ámbito de la educación inclusiva.

Resultados

Categoría 1: Inclusión como necesidad de todos los miembros de una comunidad educativa

En la institución educativa en la que se llevó a cabo el proyecto y el estudio del mismo, la inclusión tiene dos grandes acepciones.

Por un lado, se trata de un proceso vinculado a minimizar o eliminar las limitaciones en el aprendizaje y en la participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Este es el significado predominante expresado por los distintos actores entrevistados. Al mismo tiempo, también se alude a la inclusión vinculándola específicamente con la incorporación de niños y niñas con alguna discapacidad o necesidad educativa especial a los espacios educativos. Cabe destacar, sin embargo, que este es un significado subsumido en la concepción anterior.

Subyace así la noción de la inclusión como una convicción, un derecho de todos quienes pertenecen a una comunidad, en este caso, educativa. En este escenario se ha conformado una noción de realidad en la cual se ha naturalizado, en oposición a la noción hegemónica, que todos pueden aprender y participar. En otras palabras, la exclusión no es una posibilidad en esta institución educativa.

La importancia de la investigación y sus resultados se manifiesta claramente en el contexto del nivel parvulario, donde los hijos e hijas de las funcionarias asisten, y algunos de ellos están escolarizados en distintos niveles de la institución. Este ejemplo ilustra la firme convicción de las educadoras de que la exclusión no debería ser considerada como una alternativa en los procesos educativos.

Un aspecto interesante surge cuando las estudiantes de educación diferencial, durante su práctica profesional, plantean a la directora del establecimiento la dificultad que experimentan al tratar con niños y niñas con necesidades especiales, sabiendo que las madres de estos niños están presentes en el mismo entorno educativo. Ante esta situación, la directora responde destacando la necesidad educativa y la importancia de implementar condiciones que permitan la participación de estos niños y niñas, asegurando que se beneficien de la experiencia educativa.

El significado de la inclusión, según lo expresado por las entrevistadas, comprende la idea de un proceso en el que las responsabilidades son compartidas entre educadores, profesionales de apoyo e incluso los propios niños y niñas.

Nos movemos en distintas realidades, a veces uno no ve la diferencia y a veces queremos que seamos todos iguales; pero eso es imposible, todos somos diferentes y hay que incluir todas las necesidades e incluso las nuestras. (Directora)

Dentro de la institución, el enfoque de inclusión no solo aborda las limitaciones en el aprendizaje de todos los miembros, sino que también se enfoca específicamente en la incorporación de niños con discapacidades. La triangulación metodológica desplegada garantiza coherencia en los informes al recoger perspectivas del equipo de gestión, educadoras, padres y apoderados. Esta metodología robusta refuerza la validez y la representatividad de los resultados obtenidos, subrayando la relevancia de la investigación para la promoción de prácticas inclusivas y para la comprensión de los desafíos y logros en el contexto educativo del nivel parvulario.

Yo, es primera vez que trabajo en un jardín con tema de inclusión: este proyecto educativo que recibe a todos y a todas, niños cada uno con sus diferencias individuales. Yo no lo manejo perfectamente como la directora, pero creo que es un supermegaproyecto. Yo, hace muchos años atrás, … llegó un estudiante y luego se incorporó otro y otro; es maravilloso trabajar con necesidades educativas especiales y hay familias también. (Educadora nivel medio menor y mayor)

Categoría 2: Proyecto de educación inclusiva: énfasis en el trabajo colaborativo

Las profesionales entrevistadas plantean que el proceso educativo con los párvulos está en un constante desarrollo que implica permanentes cambios en su propuesta pedagógica y funcionamiento, con el fin de dar respuesta continua a la diversidad de necesidades educativas de toda la comunidad. Esto se materializa en que cada postulante es aceptado independientemente de su condición, lo que genera que cada cierto tiempo las educadoras traten con niños y niñas con características que les son desconocidas. En este contexto se activa una serie de acciones para enfrentar esta situación, entre las que destacan el trabajar colaborativamente, aprender en conjunto con otros sobre inclusión y estudiar y adaptar las características del jardín a los nuevos requerimientos de los estudiantes.

Para mí significa que todos y todas tienen distintos desafíos, independientemente de niños con educación regular o niños que tengan dificultades que requieran de un educador; que tenga que implementar mayores herramientas para conseguir un aprendizaje o un desarrollo motor o una herramienta emocional, eso tiene que ver la inclusión para mí. Todos son bienvenidos, independientemente de las condiciones, características, lugares culturales, de donde vengan o como sean. (Educadora nivel sala cuna)
Trabajo colaborativo

En el marco de la investigación, se ha identificado la práctica educativa como una experiencia que se asume colectivamente, trascendiendo la esfera de los profesionales para abarcar a toda la comunidad escolar. Esto se ve reflejado principalmente en el trabajo colaborativo entre las educadoras de párvulos y las educadoras diferenciales. Se constata una concepción amplia que reconoce que la práctica educativa no es exclusiva de los docentes, sino que involucra a los diversos actores que desempeñan roles fundamentales en la construcción y evolución del entorno educativo.

Un aspecto destacado de este enfoque es la promoción del trabajo colaborativo a través del intercambio social. La investigación revela que, mediante la colaboración, los diferentes actores participantes en la práctica educativa asumen roles diversos, contribuyendo de manera significativa a la identificación de problemas y la generación de soluciones. El trabajo aislado de los docentes no tiene cabida; la colaboración es parte importante del desempeño de los estudiantes, ya que es el centro educativo el que educa y los docentes deben estar dispuestos y ser expertos en colaboración (Marina, 2011).

Las entrevistas realizadas a las educadoras y al equipo de gestión han proporcionado evidencia clara de la buena organización que se articula en torno a este enfoque. La interacción y la comunicación efectiva entre los miembros de la comunidad educativa han propiciado un ambiente adecuado para el intercambio de ideas, la identificación de desafíos y la propuesta de soluciones constructivas.

Entonces yo siento que hacemos un gran esfuerzo; en todo, todos hacemos un gran esfuerzo, un trabajo en equipo, un trabajo colaborativo para que estemos bien. Estamos todos bien donde estamos. (Directora)
Es un proceso de la comunidad educativa; no es solo un crecimiento personal. (Directora)

Este enfoque no solo enriquece la calidad de la enseñanza, sino que también fortalece a la comunidad educativa en su conjunto, estableciendo bases sólidas para la identificación y resolución conjunta de los desafíos que se presentan.

Porque la co-docencia hay que entenderla como dos disciplinas, de dos seres que deben de alguna manera trabajar en forma alineada para conseguir un objetivo en común, que tiene que ver con que los niños puedan aprender o puedan desenvolverse de la mejor manera con los desafíos que tengamos que resolver. Pero para mí eso es la co-docencia, un trabajo en equipo que al principio es difícil porque existen egos profesionales. (Entrevista educadora de párvulos)
Aprender en conjunto con otros

Una de las estrategias a través de las cuales la institución ha enfrentado el desarrollo de la inclusión es el aprender en conjunto con otros. Esta estrategia consiste en coordinarse con instituciones, profesionales y padres para informarse sobre las características de las necesidades, trastornos y discapacidades que les eran desconocidas. Las entrevistas reflejan la importancia de esta capacitación a través de la coordinación permanente con las familias y otros profesionales que permitan vislumbrar las estrategias docentes que es necesario seguir.

Hicimos el nexo con la Universidad Metropolitana, la cual nos envió a estudiantes de educación diferencial a través de la escuela Hans Asperger (Escuela para niños y niñas con autismo). Las estudiantes de último año también nos entregaron todos sus conocimientos e indicaciones, eso nos permitió sentirnos más seguros de lo que hacíamos. (Directora)
Lo que nosotros hacemos es pedirle a la familia la ayuda necesaria que nos permita conocer y aprender sobre la necesidad de su hijo, la diferencia que tiene con el resto, cuénteme, de qué se trata; y ahí nosotros podemos ayudar, y lo mismo que hace usted lo podemos hacer acá. (Directora)
Un niño que ya no está acá tenía autismo y otra niña tenía microcefalia; ahora tenemos un niño con síndrome de Down. Es que uno tiene que aprender mucho de ellos y la co-docencia con el grupo diferencial es enriquecedora para uno; vivirlo desde lo que va aprendiendo, muchas cosas desde la diferencia, y que hay que estar preparado para todo esto. (Educadora nivel medio menor y mayor)
Tenemos un vínculo con la escuela Hans; ahí se hacen intercambios de prácticas pedagógicas y también acá se hace acompañamiento del aula, donde nosotras mismas vamos a hacer observaciones de clases a nuestras mismas colegas para ver: “A ti te resultó esto, a mí no”. Y hacemos reuniones técnico-pedagógicas entre las técnicas y las educadoras. (Educadora nivel sala cuna)
Desde hoy, tías, Lucas va a usar tal tipo de zapatos que le va a ayudar mejor y ellas también como, ¿quién se los recomendó?, ¿cómo se hace?, ¿y por qué?, ¿para qué?, ¿cuántas horas? Entonces ellas se informan de uno y además preguntan o se informan ellos en sus otras redes. (Apoderada)
Formación continua y adaptación al entorno

La educación continua de los educadores desempeña un papel crucial en la evolución constante de los espacios educativos, ya que no solo enriquece la práctica docente individual, sino que también contribuye a la adaptación y transformación de los entornos educativos en verdaderos centros dinámicos de producción de conocimiento y aprendizaje, proporcionando herramientas actualizadas y metodologías innovadoras que les permiten mejorar constantemente sus habilidades pedagógicas. La adquisición de nuevos conocimientos se traduce directamente en prácticas más efectivas y enriquecedoras para los estudiantes.

Lo que yo he hecho es estudiar mucho, mucho, o sea todo lo que…, hubo un tiempo del TEA, éramos todas expertas en autismo; entonces, hacíamos capacitaciones, íbamos a cursos, miles de cursos de autismo.
Pero con los años me sorprendo con algo nuevo y me dicen tal cosa y yo les digo es que es eso, explíqueme; los papás me traen libros, los papás me dicen “tía, aquí está toda la información”. Hay que investigar, ser profesional con lo que a uno le gusta y con lo que puede servir para los estudiantes. (Directora)

La formación continua despierta la sensibilidad de los docentes hacia las diversas necesidades de los estudiantes, promoviendo la creación de ambientes inclusivos. Este enfoque no solo atiende las diferencias individuales, sino que también transforma los espacios educativos en entornos enriquecedores donde cada voz es apreciada (Stainbak y Stainbak, 2007). Se destaca de manera enfática la necesidad de que los maestros se comprometan plenamente con la inclusión y reconozcan a todos sus estudiantes como miembros valiosos con pleno derecho a aprender. Subrayan que este compromiso debe surgir de una convicción personal y genuina, y que las ventajas de la inclusión se manifiestan a través de una actitud positiva por parte de cada maestro.

La institución ha ido realizado adecuaciones de su infraestructura física y curricular en correspondencia con las necesidades de sus estudiantes.

Y la idea es que hagan la misma actividad, que la adecuación se trate de la misma tarea que van a realizar todos los niños; si son lápices, por ejemplo, el niño con dificultades manifiesta no quiero lápices: será tempera, será papel arrugado o será lo que ellos quieran para sentirse ellos cómodos, haciendo la misma actividad al igual que sus compañeros. Entonces, eso es un poco el aporte desde lo profesional. (Directora)
Retroalimentación de la experiencia con los padres

La última iniciativa llevada a cabo en este centro educativo consiste en anticipar a los padres sobre la experiencia que se vive en el jardín infantil, aun cuando esto conlleve la posibilidad de que algunos opten por no inscribir a sus hijos en este nivel, o incluso decidan retirarlos una vez que ya han comenzado su escolarización.

En este contexto, la investigación resalta la necesidad de implementar acciones que faciliten una incorporación más efectiva de los padres y apoderados. Esto implica sensibilizarlos mediante acciones pertinentes que respeten la filosofía y cultura de la institución, especialmente entre aquellos padres cuyos hijos no tienen necesidades educativas específicas o alguna discapacidad.

Y cuando Luca fue a esa prueba, digamos [se refiere a una prueba realizada en la Teletón], para saber si él estaba siendo educado en algún centro, los pasó todos. O sea, me decían “se ve como que él sí asiste a un jardín, sabe permanecer sentado en alguna actividad”, me decía; “aplaude cuando hay canciones, se integra en esto, sabe los cambios de actividad, hay un montón de cosas”, me decía, que, como educadoras, psicólogos, podemos darnos cuenta de que sí, efectivamente, asiste a un centro educacional. (Apoderada)

Explicitación de los procedimientos utilizados para garantizar la rigurosidad de los resultados obtenidos

El principal método para garantizar la rigurosidad de los resultados obtenidos consistió en la triangulación (Prieto, 2001). Primero, una triangulación metodológica, con la utilización de distintas técnicas de recolección y producción de información: cuestionario de indicadores de inclusión-Bristol (2000) y entrevistas abiertas. Basándonos en los análisis cuantitativos y cualitativos realizados, hay coherencia en lo informado por los participantes a través de ambas técnicas.

También se realizó una triangulación de datos, reuniendo información desde las perspectivas de directivos, profesores/as y padres y apoderados, lo que permitió contrastar estas visiones.

Finalmente, se implementó una triangulación de las investigadoras a fin de que las codificaciones del análisis cualitativo fueron realizadas por separado por la autora de este artículo (educadora de párvulos) y la profesora guía de su tesis de magíster (psicóloga), consensuando con posterioridad una única codificación.

Organización del monitoreo y las metas, evaluación del proyecto

El proceso de monitoreo, evaluación y control del proyecto se realizó con base en las entrevistas, y la revisión de los documentos y cuestionarios. Este seguimiento comenzó antes de llevar a cabo la intervención y ha sido el instrumento de gestión que permitió, y permite, hasta ahora, revisar de manera periódica los aspectos sustantivos del proyecto, con el propósito de optimizar los procesos, resultados e impactos. Las metas base que sustentan este monitoreo son:

Durante la intervención se visualizaron los aspectos más débiles del proyecto. En el caso específico del trabajo realizado, el ítem “Desarrollar una escuela para todos” se evaluó como más débil que las otras metas; por lo tanto, y se creó un cuadro que permite la revisión permanente (Di Virgilio y Solano, 2012).

Monitoreo de revisión del proyecto
Qué
  • Revisión continua del avance del proyecto
Por qué
  • Analizar la situación actual
  • Identificar dificultades y buscar soluciones
  • Descubrir tendencias y patrones
  • Medir progresos
  • Tomar decisiones sobre recursos humanos y financieros
Cuándo
  • Continuamente
Cómo
  • Observación directa
  • Registros
  • Informes

Impacto y proyecciones

Efectos en las personas involucradas

El impacto del proyecto se reflejó en la apertura a la diversidad tanto de los estudiantes como de las familias. Las educadoras diferenciales desempeñaron un papel fundamental al fomentar el trabajo colaborativo y establecer una comunidad educativa inclusiva. La ejecución de este proyecto permitió visualizar y evidenciar la transformación que implica recorrer el camino hacia la inclusión. En palabras de Paulo Freire, reconocemos que “No somos seres de adaptación, sino de transformación; nuestra naturaleza nos impulsa no a adaptarnos a las dificultades, sino a convertirlas en posibilidades” (2006). Del mismo modo, la perspectiva de Maturana (1992) nos indica que

El educar se configura en el proceso en el cual el niño o el adulto convive con otro, y al convivir con el otro, se transforma espontáneamente, de modo que su forma de vivir se vuelve progresivamente más congruente con la del otro en el espacio de la convivencia. Por lo tanto, el simple acto de convivir con la diferencia nos obliga a replantear la manera en que concebimos la educación y cómo nos preparamos para ella. (pp. 29-30)

El proyecto se validó principalmente gracias a la implementación de estrategias centradas en la creación de comunidad, el fomento de valores inclusivos y el establecimiento de una escuela para todos, los cuales demostraron ser elementos clave para alcanzar los objetivos iniciales.

A través de la organización del apoyo para atender a la diversidad y la gestión adecuada del aprendizaje, se logró una movilización exitosa de recursos que permitieron abordar las necesidades individuales de cada estudiante de manera efectiva. La ejecución de este proyecto no solo permitió visualizar, sino también evidenciar la transformación que implica el camino hacia la inclusión educativa.

El compromiso con la inclusión no solo transformó la dinámica educativa dentro de los niveles parvularios, sino que también impactó positivamente en la vida de los estudiantes y sus familias, promoviendo un entorno en el que cada uno se siente valorado, respetado y apoyado en sus procesos de aprendizaje.

Desafíos y nuevos conocimientos

El liderazgo transformacional se ha vuelto esencial para impulsar cambios significativos centrados en establecer una dirección clara orientada a promover el desarrollo tanto de individuos como de la organización en su conjunto. Se destaca la imperativa necesidad de fortalecer políticas inclusivas, así como la importancia de la transparencia y la colaboración en los procesos de cambio. Según Bass y Avolio, citados en Cruz-Ortiz et al. (2013), este tipo de liderazgo se caracteriza por un enfoque relacional que evidencia la dinámica social estratégica, global y compleja que surge al interactuar con otros en una institución. Esto resalta la importancia crítica de cultivar un liderazgo transformacional para abordar y liderar eficazmente los procesos de cambio.

Con el fin de fortalecer la meta de “Desarrollar una escuela para todos”, es fundamental contar con un plan de acción que identifique y aborde los aspectos más débiles en relación con esta: estrategias específicas orientadas a promover la inclusión y la diversidad en el entorno escolar.

Plan de acción
Acciones
Fomentar la participación activa de todos los que son parte de la comunidad educativa.
Diseño de actividades inclusivas, adaptando material y utilizando prácticas de evaluación diferenciada.
Capacitación permanente del personal educativo, en relación con las necesidades que se van levantando en el nivel parvulario (pedagogía inclusiva, diversidad cultural, necesidades educativas especiales, entre otras).
Asignación de recursos específicos para apoyar la inclusión y la diversidad. Contratación de personal especializado, adquisición de material y equipo adaptado, y creación de programas de apoyo académico para la educación emocional.

Conclusión: viabilidad del proyecto

En el contexto educativo actual, la investigación e intervención llevadas a cabo en la institución de educación inicial con proyecto inclusivo plantean una reflexión crítica sobre la posición histórica de los educadores en el país en relación con la adopción de un paradigma inclusivo en el ámbito educativo. Mediante diversas iniciativas a lo largo de los años, se ha buscado reposicionar la educación de personas con necesidades educativas especiales, con el propósito de superar las barreras que han limitado el acceso a condiciones menos restrictivas para muchos estudiantes. En este contexto, la institución objeto de estudio ha demostrado un compromiso coherente con los principios de inclusión, evidenciando un enfoque respetuoso y proactivo en su cultura, políticas y prácticas.

El proyecto presentado complementa este esfuerzo continuo, consolidando las bases de una educación inclusiva mediante el compromiso afectivo del equipo y un enfoque profesional. La institución se posiciona como un espacio que posibilita experiencias para todos los niños y niñas, independientemente de sus características, condiciones personales, culturales o sociales. Este enfoque se alinea con la premisa fundamental de garantizar los derechos de todos los miembros de la comunidad educativa, siguiendo el principio rector de “Mejorar la calidad y equiparar oportunidades para aprender” (Mineduc, 2015).

La intervención propuesta es parte integral de un camino que requería estrategias innovadoras para abordar los desafíos y buscar mejoras significativas. Si bien la institución cuenta con experiencia en la atención de la primera infancia e implementa un constante perfeccionamiento en el área, el proyecto de inclusión demandaba una claridad renovada y la firme convicción en la relevancia de las acciones emprendidas. Aunque la institución es pequeña y dispone de recursos limitados, se espera que los resultados de este proyecto marquen el inicio de un cambio más amplio, en el que el enfoque humanista propicie experiencias diversas y una educación sin estigmatizaciones, asentando las bases de una nueva perspectiva tanto en la educación como en la sociedad.

Considerando los aspectos más relevantes de la institución, sus desafíos y mejoras, se concluye que el proyecto es viable en términos de recursos financieros y humanos. A pesar de las limitaciones, la organización ha demostrado habilidad para trabajar con base en la diversidad, fomentando la inclusión a nivel organizacional y en la comunidad educativa. La curva de aprendizaje de la institución en la implementación de este enfoque único se afianza en su cultura organizacional, que respalda el desarrollo exitoso de prácticas pedagógicas inclusivas. Por medio de un proceso de ensayo y error, la institución ha alcanzado una innovación sostenible en el tiempo, gracias a la consolidación de una cultura arraigada en las personas que conforman la organización, lo que asegura la transmisión efectiva de estos valores.

Referencias bibliográficas

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