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Revista Realidad Educativa, enero 2023, v. 3, n° 1, ISSN: 2452-6134, doi 10.38123/rre.v3i1.257

Educación patrimonial en un liceo histórico de Santiago: experiencias de dinamización cultural en el archivo escolar

Heritage education in a historic high school in Santiago: experiences of cultural revitalization in the school archive

Leonardo Cisternas Zamora

Universidad Finis Terrae
Chile

Resumen

El objetivo del presente artículo es reflexionar sobre las prácticas archivísticas, pedagógicas y comunitarias de las y los estudiantes de la Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional (en adelante ADESIN) en torno a su Archivo Histórico. Con este fin, examinaremos los conceptos de dinamización cultural, educación patrimonial y archivos comunitarios para que nos permitan comprender el trabajo archivístico de las y los estudiantes. Posteriormente, analizaremos el recorrido histórico de la Academia de Estudios Sociales, identificando las principales actividades realizadas durante sus más de 10 años de existencia. Finalmente, evaluaremos las potencialidades de un trabajo de dinamización cultural vinculado con archivos escolares.

Palabras clave: dinamización cultural, archivos escolares, archivos comunitarios, educación patrimonial

Abstract

The aim of this paper is to ponder on the archival, pedagogical and community practices of the students of the Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional (National Institute’s Academy of Social Studies, ADESIN) around its Historical Archive. For the above, we will examine the concepts of cultural revitalization, heritage education and community archives that may allow us to understand the archival work of students. Subsequently, we will analyze the historical path of the Academia de Estudios Sociales, identifying the main activities carried out during its more than 10 years of existence. Finally, we will evaluate the potentialities of a cultural revitalization work linked to school archives.

Keywords: cultural revitalization, school archives, community archives, heritage education

Introducción

La presente reflexión se enmarca en el trabajo realizado en los últimos años por la Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional (ADESIN) y en la investigación que surgió de la ejecución del proyecto titulado “Archivando las historias de mi liceo: taller de archivos comunitarios para estudiantes secundarios y secundarias”, financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en cuya realización participaron estudiantes y docentes de los talleres patrimoniales del Liceo de Aplicación, el Liceo 1 y el Instituto Nacional.

En este contexto, el artículo tiene como objetivo reflexionar sobre las prácticas archivísticas, pedagógicas y comunitarias de las y los estudiantes de la ADESIN en torno a su Archivo Histórico.1 Para ello, examinaremos los conceptos de dinamización cultural, educación patrimonial y archivos comunitarios a fin de que nos permitan comprender el trabajo archivístico de las y los estudiantes. Posteriormente, analizaremos el recorrido histórico de la Academia de Estudios Sociales, identificando las principales actividades realizadas durante sus más de 10 años de existencia y para proyectar posibles acciones futuras.

Marco teórico: educación patrimonial, dinamización cultural y archivos comunitarios

El análisis de las prácticas pedagógicas realizadas por la ADESIN en el Archivo del Instituto Nacional se enmarca en los postulados de la educación patrimonial y de la dinamización cultural. Respecto de la primera, Neus González plantea que se debe distinguir entre lo que se entiende por didáctica del patrimonio y educación patrimonial. Según expone la autora, si bien en los inicios de esta disciplina se hablaba de didáctica del patrimonio, con el tiempo el concepto ha evolucionado al de educación patrimonial. Sin embargo, González considera que ambos se encuentran en el mismo campo semántico y que, por lo tanto, tendrían más puntos en común que discrepancias (2019, p. 129).

En este sentido, la diferencia entre ambos conceptos estaría dada por el enfoque educativo. Mientras la didáctica del patrimonio “tendría una tendencia más educativa y se centraría más en el ámbito escolar, formal y curricular” (González, 2019, p. 130), la educación patrimonial no solo realizaría actividades para cumplir con el currículum escolar, sino que ampliaría su campo de acción a lo no formal e informal.

Para efectos del presente estudio, optaremos por trabajar el concepto de educación patrimonial, en tanto la Academia de Estudios Sociales no orienta sus prácticas en torno a los objetivos de aprendizaje del currículum. Por el contrario, forma parte de la extensión educativa, conjunto de actividades extracurriculares realizadas en el Instituto Nacional; vale decir, aquella función educativa que, si bien es intencionada y planificada, no tiene un carácter de obligatoriedad.

Consideramos que una de las ventajas de la aplicación del trabajo patrimonial en las escuelas, independientemente de su vinculación curricular, responde a que permite “al estudiante percibir su dimensión histórica, fortaleciendo su compromiso con la sociedad” (Teixeira, 2006, p. 139); y, al mismo tiempo, alcanzar elementos prácticos relacionados con el ejercicio ciudadano. Desde una perspectiva socioemocional, Tània Martínez y Joan Santacana (2018) plantean que el patrimonio cultural –tanto material como inmaterial– tienen un fuerte componente emotivo, en especial por la capacidad de generar empatía y sorpresa en quienes interactúan con este. En este sentido, según describen Mónica Trabajo y José Cuenca (2017), un trabajo patrimonial podría constituirse como un factor clave en el desarrollo integral de la persona, desde lo emocional y como favorecedor de la interacción y cohesión social.

Dicha valoración emocional del patrimonio se relaciona con la definición de educación patrimonial presentada en el Plan Nacional de Educación y Patrimonio de España (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2015). En dicha propuesta, se señala que la educación patrimonial coloca el acento en la dimensión relacional entre los bienes y las personas que dotan de valores culturales al patrimonio (patrimonialización); vale decir, en el contenido del aprendizaje y las formas de relación referidas a la identidad, propiedad, cuidado, disfrute, transmisión, entre otros aspectos.

Respecto de los archivos como objeto patrimonial y la archivística como práctica que permite dar acceso a los documentos, creemos que existen tres dificultades para una aplicación de la educación patrimonial. En primer lugar, la concepción vigente en torno al patrimonio como objeto e intermediario educativo. Según plantean José Monteagudo y Carmen Oliveros (2016), su enseñanza se vería limitada a “la visión restrictiva del mismo que docentes, alumnos, materiales didácticos y gestores del patrimonio le otorgan al poner énfasis casi exclusivamente en los elementos monumentales, sin dar valor a otras formas de patrimonio que sería lo deseable” (p. 69). En este sentido, el patrimonio conservado por las comunidades educativas no sería considerado al momento de trabajar la educación patrimonial tanto en el ámbito formal como en el no formal e informal, dado que se encontraría en los márgenes de lo que normalmente se conoce como historia oficial. En segundo lugar, tal y como plantean los autores, las limitaciones en este ámbito obedecerían a la falta de formación del profesorado, quienes no han tenido, necesariamente, una formación inicial y permanente en temáticas vinculadas a la didáctica patrimonial.

Finalmente, consideramos que en Chile gran parte de la producción académica y pedagógica ha puesto su atención en museos, bibliotecas y en la ciudad como espacio educativo.2 Un ejemplo de ello se muestra en el trabajo publicado por Macarena Ibarra, Cecilia Ramírez y Humberto Bonomo (2017), quienes realizan una revalorización del patrimonio inmaterial, mueble, inmueble y natural en el ámbito educativo sin considerar dentro de sus recursos las instituciones archivísticas.

No obstante, como veremos más adelante, en la actualidad hay incipientes trabajos orientados tanto a la educación formal como a la no formal, como lo evidencia la investigación respecto del vínculo entre el Archivo, la educación patrimonial y la formación inicial docente publicado por Lorena López, María Ignacia Castro y Priscila López (2021).

Desde una perspectiva archivística, se han desarrollado estudios que han propuesto la necesidad de una vinculación efectiva entre los archivos y la sociedad. La historiadora Gemma Tribó (2005) plantea que “sin archivos no hay memoria, sin memoria no hay derechos, sin derechos no hay ciudadanía” (p. 92). Para Tribó, en concordancia con lo señalado por los archiveros Ramon Alberch i Fugueras y Joan Boadas (1991), es necesario establecer nuevas funciones de los archivos que contribuyan a la formación de ciudadanos. Postula que debemos pasar de la visión tradicional del Archivo, que lo concibe como depósito de documentos ordenados al servicio de la administración y los investigadores (diferenciación entre Archivo administrativo y Archivo histórico), al de divulgación o dinamización cultural.

Para lograr este objetivo, el archivero Julio Cerdá (2010) propone que toda dinamización cultural de los archivos debe desarrollar, previamente, una planificación. Señala que dicha hoja de ruta debe contemplar “la identificación de los objetivos, el tipo de público al que va dirigido y una valoración de los recursos documentales y económicos de los que dispone” (p. 5). Del mismo modo, según señala el autor, se debe analizar y valorar los contenidos, lo que permitirá la elaboración de un guion o producción, según sea el caso. Finalmente, Cerdá establece como imprescindible la evaluación de la actividad realizada.

Basándonos en los trabajos realizados en Chile, tanto de dinamización cultural como de educación patrimonial, creemos importante destacar los desarrollados por el Liceo de Aplicación y el Liceo 1, en particular la labor de los talleres de patrimonio. En el primer caso, este inició su trabajo el año 2015 y planteó una metodología fundada en la didáctica de la educación patrimonial con un enfoque comprensivo-situado. En palabras de los integrantes del taller (Mellado, 2019), esto consistió en que:

Los estudiantes nos hicimos protagonistas de nuestro proceso de aprendizaje-enseñanza, comprendiendo que estamos en un espacio de tradición donde nosotros mismos, como sujetos históricos, fomentamos la memoria, la identidad, la pertenencia y la conciencia histórica de nuestra comunidad. Nuestro objetivo a mediano y largo plazo es proteger, conservar, investigar y difundir el patrimonio y memoria histórica de la comunidad del Liceo de Aplicación, porque consideramos que es una necesidad desde y para la comunidad liceana […]. Esto, dado que rescatar el carácter patrimonial del establecimiento es una forma de lucha para que las nuevas generaciones de estudiantes valoren su entorno. (p. 120)

Al momento de preguntarse sobre por qué, cómo y para qué recuerdan, plantean que es una necesidad fundamentada en mantener viva la memoria de la comunidad mediante lo que denominan “el descubrimiento, averiguar, la curiosidad de un mundo que está ahí, pero que oculta muchas cosas que no son mencionadas” (Taller Patrimonial del Liceo de Aplicación, 2021, p. 8), buscando construir visiones alternativas a lo que se enseña tradicionalmente.

Igualmente, otro trabajo educativo y patrimonial que merece ser resaltado es el realizado por el Liceo 1 en torno a un estudio histórico de las prácticas pedagógicas en su establecimiento educacional de mujeres (Guzmán, et al., 2019). A partir de documentación de su Archivo, las estudiantes y docentes se propusieron como objetivo analizar las demandas sociales de igualdad al interior del liceo mediante un contraste entre fuentes primarias y entrevistas, examinando la conciencia histórica de las integrantes de la comunidad educativa. Por lo tanto, buscaron revisar líneas de continuidad y de cambio en el proceso que denominan de “madres de familia” a una “educación no sexista”, con la finalidad de comprender la situación actual del establecimiento y las demandas de su respectivo movimiento secundario.

El trabajo archivístico y pedagógico realizado por los y las integrantes de los talleres patrimoniales del Liceo de Aplicación y el Liceo 1 se vincula con lo que varios autores denominan archivos comunitarios; en particular, por la vinculación identitaria desarrollada por sus estudiantes. En el caso chileno, y utilizando para su análisis literatura anglosajona,3 la archivera Gabriela Andaur (2015) señala que los archivos comunitarios se caracterizan por poseer tres atributos básicos, como son que:

  1. El Archivo hubiese sido creado por la comunidad;
  2. El Archivo documentara aspectos de la identidad o de interés de la comunidad que lo creó;
  3. El control de las prácticas de la documentación descansara, en gran medida, en la misma comunidad.

Respecto de los archivos escolares, sostenemos que uno de sus componentes importantes es la participación de la comunidad educativa en las intervenciones archivísticas. La archivera Joanna Newman (2011) plantea que la participación de sus integrantes es esencial para la sustentabilidad de estos, puesto que, eventualmente, podría nutrir con más fuentes los fondos documentales y, también, permitiría cumplir con el propósito de mantener y brindar acceso a la memoria colectiva.

Dicho trabajo con la comunidad implica, al igual que en la educación patrimonial, una vinculación emocional. La archivera norteamericana Michelle Caswell (2018), a través de una investigación realizada en el Laboratorio de Archivos Comunitarios de la Universidad de California, propone el concepto de “pertenencia representacional” para describir las formas en que los archivos comunitarios empoderan a las personas que no necesariamente forman parte de los relatos oficiales y que, no obstante, se sienten identificadas con la información referida a sus comunidades. En este sentido, sostiene que una vinculación afectiva con documentos sería esencial para construir lazos fuertes y saludables entre sus miembros.

Como vimos en los casos del Liceo de Aplicación y del Liceo 1, y tal como analizaremos en las prácticas pedagógicas del Instituto Nacional, el Archivo representa un espacio que permite trabajar la pertenencia representacional en contextos educativos en los que las identidades de las comunidades educativas se encuentran en crisis.

Metodología

A partir de la revisión tanto de la memoria a 10 años de la creación de la ADESIN como de los proyectos de extensión enviados año a año, es posible visualizar tipos de actividades y etapas que caracterizan el trabajo de esta academia extracurricular. De un total de 47 actividades registradas entre abril de 2009 y octubre de 2022 (Gráfico 1), identificamos diversas acciones relacionadas con lo que diversos autores han expuesto sobre la dinamización cultural, educación patrimonial y, también, respecto de las características del trabajo de los archivos comunitarios. Estas acciones responden tanto a las finalidades y objetivos de la Academia como a las prácticas concretas realizadas por las y los estudiantes.

Gráfico 1: Cantidad de actividades realizadas por estudiantes de ADESIN. Abril 2009 - octubre 20224
Gráfico 1: Cantidad de actividades realizadas por estudiantes de ADESIN. Abril 2009 - octubre 2022

Fuente: Base de datos sobre actividades realizadas. Archivo ADESIN

En función de la bibliografía antes mencionada y de los títulos y descripciones contenidas en el Archivo de la Academia de Estudios Sociales, se establecieron estas 6 acciones. Tal como lo muestra la Imagen 1, que representa un “nube de palabras” construida sobre la base de los títulos dados a las actividades, se observa el predominio de conceptos vinculados a presentación y participación; patrimonio y centros patrimoniales; archivos y archivística; investigación y momentos históricos; e identidad. De este modo, se definieron los siguientes criterios:

Imagen 1: Nube de palabras sobre actividades de la Academia de Estudios Sociales (2009-2022)
Nube de palabras sobre actividades de la Academia de Estudios Sociales (2009-2022)

Fuente: Base de datos sobre actividades realizadas. Archivo ADESIN

Respecto de la preponderancia de cada una (Gráfico 2), en primer lugar, destaca la cantidad de actividades de carácter archivístico, que representan un tercio del total; siguen la investigación histórica y de trabajo de identidad, con un 20% y un 18%, respectivamente. Finalmente, presentaciones públicas (13%), visitas a centros patrimoniales (12%) y actividades patrimoniales internas (3%) son las que representaron una menor cantidad, lo que se debió a las movilizaciones, tomas y al contexto pandémico de los últimos años.

Gráfico 2: Porcentaje de acciones realizadas por la Academia de Estudios Sociales (2009-2022)
Gráfico 2: Porcentaje de acciones realizadas por la Academia de Estudios Sociales (2009-2022)

Fuente: Base de datos sobre actividades realizadas. Archivo ADESIN

A partir de esta información, a continuación realizaremos un análisis contextual e histórico de las prácticas educativas, patrimoniales y archivísticas al interior de la Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional.

El Archivo Histórico del Instituto Nacional: Breve historia y características

El archivo es el deposito mas recomendable a todo establecimiento. Su omisión ha hecho jemir siempre a la posteridad; causa daños incalculables i con nada puede suplirse. Por eso lo habrá en el instituto de todos los papeles anexos a su erección, conservación i progresos, guardándose en el mejor órden los expedientes matrices i documentos, así en la parte literaria, como en la económica i de administración. (Sesiones de los cuerpos legislativos de la República de Chile, 1887, p. 313)

Uno de los primeros gestos republicanos importantes durante las guerras de la Independencia fue la fundación del Instituto Nacional. Con el triunfo de los criollos y la disminución del poder político de la monarquía española, creció el interés por crear instituciones educativas y culturales que permitieran fortalecer las nuevas ideas del Estado-Nación en nacimiento. El filósofo Carlos Ruiz describe que, para el pensamiento de la época, la educación “tiene un papel central que jugar en las vidas republicanas: formar la virtud cívica de los ciudadanos, es decir, lo que constituye el sostén fundamental de un régimen libre, que lo diferencia del despotismo, fundado en el terror, o de las monarquías, fundadas en el honor” (2010, p. 15).

A la par de la formación de ciudadanos, fue fundamental conservar la documentación generada por el Instituto Nacional que, durante gran parte del siglo XIX, se erigió como la principal institución educativa del país. Dicha necesidad por archivar los diversos documentos producidos respondió tanto a una política nacional de construcción de archivos (Cisternas, 2022), así como también a que era fundamental dejar respaldo del quehacer pedagógico con fines administrativos y educativos.5

Durante más de 200 años, dicha documentación quedó almacenada en oficinas, bodegas y otros espacios del establecimiento educacional. Sus más de 120 metros lineales de fondos documentales son representación del quehacer pedagógico y de las políticas educativas estatales, y comprende diversos momentos y periodos históricos.

Según describen el archivero Rodrigo Sandoval y la historiadora María José Vial (2016), entre los años 2004 y 2007 el Consejo de Monumentos Nacionales invitó a los establecimientos educacionales a declarar sus patrimonios muebles e inmuebles como Monumento Histórico, siendo el Instituto Nacional uno de los primeros colegios en recibir dicho título. En mayo de 2004, mediante decreto 337, se declara Monumento Histórico las colecciones de libros, óleos y bienes muebles. Se incorporaron documentos de Archivo, tales como libros de matrícula, certificados y correspondencia (Ministerio de Educación, 2004).

Casi 10 años más tarde de la declaratoria de Monumento Histórico, en 2013, el Programa de Archivos Escolares de la Pontificia Universidad Católica en conjunto con estudiantes de la Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional rescataron, limpiaron y organizaron el Archivo del establecimiento educacional mediante financiamiento del Programa para Bibliotecas y Archivos Latinoamericanos de la Universidad de Harvard. Este impulso llevó al año siguiente, el 7 de noviembre de 2014, a su inauguración oficial, lo que permitió su apertura tanto a la comunidad educativa como a los investigadores.

Es precisamente este hito el que queremos resaltar y analizar: el paso de un almacén de papeles al establecimiento formal de un Archivo Escolar que se constituye como un espacio de dinamización cultural en la medida que los estudiantes de la Academia de Estudios Sociales y la comunidad educativa en general lo revisitan y resignifican tanto con intervenciones archivísticas como pedagógicas.

Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional: Trayectoria y principales actividades

La Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional fue creada a fines del año 2008 por la profesora Nancy Aballay e inició formalmente sus actividades en abril de 2009. En un primer momento, ADESIN tuvo como finalidad aportar al proceso de enseñanza-aprendizaje del subsector de Historia y Ciencias Sociales a través “de los ámbitos referidos al conocimiento y la autoafirmación personal, invitando a los alumnos a que reflexionen sobre los procesos estudiados a partir de sí mismos y de sus vivencias” (Aballay, 2009). De esta forma, se pretendía potenciar las habilidades de investigación, de comunicación y de interpretación y síntesis de la información, tal como se establece en el currículum nacional.

Del mismo modo, se buscaba revitalizar la misión del Instituto Nacional, haciendo presente “el espíritu de los fundadores, formando ciudadanos líderes capaces de tener una visión crítica de la sociedad, fortaleciendo la conciencia ciudadana con relación a la valoración de sus deberes y derechos” (Aballay, 2009). Al respecto, en una presentación realizada en el Segundo Congreso de Educación y Patrimonio (2016), uno de sus estudiantes resaltaba que el nacimiento de la ADESIN (2016) se debió precisamente a la crisis institucional que los afectó en 2008. En relación con el contexto histórico referenciado, Juan Pablo Paredes y Katia Valenzuela señalan que en dicho año “secundarios y universitarios se movilizaron en contra de la promulgación de la Ley General de Educación (LGE), diseñada en respuesta a la revolución pingüina, aunque sin incluir las propuestas estudiantiles en su formulación” (Paredes y Valenzuela, 2020, p. 78).

A lo largo de los más de 10 años de la ADESIN, es posible identificar tres etapas de trabajo en que se manifiestan con más fuerza algunas acciones por sobre otras. Sostenemos que los cambios se debieron, en un primer momento, a la incorporación del Archivo como herramienta de trabajo y, posteriormente, al contexto histórico que vivió el establecimiento educacional.

Una primera etapa, que hemos denominado de “conformación y afianzamiento de ADESIN”, la que va desde su nacimiento, en 2009, hasta el 2013-2014 con la institucionalización del Archivo Histórico del Instituto Nacional, se caracterizó por dos tipos de acciones: la activación de la identidad y las visitas a centros patrimoniales. Respecto del primer punto referido a la identidad, este se enfocó mediante la participación en tres concursos: i) “¿Qué significa ser Institutano?”6 (2009); ii) “¿Cuáles son los ideales del Institutano en el Bicentenario de la Patria?” (2010); y iii) “Tras los pasos de Carrera” (2012), este último organizado en conjunto con el Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera.7

La realización del primer concurso se vinculó con la conformación de una identidad republicana y esencialista de lo que significaba ser estudiante del Instituto Nacional en el contexto nacional, más que una mirada crítica sobre el rol de la comunidad educativa. De esta manera, uno de los poemas ganadores describió lo que implicaba pertenecer a la institución:

[…] Ser Institutano es una responsabilidad
De llevar día a día un país adelante.
Ser Institutano no es solo llevar
Una insignia, es el orgullo de
Representarla.
Ser Institutano no es solo ser
Un estudiante, sino ser uno
Que represente a
Todos los de un país […]
8

Durante esta primera etapa de la Academia de Estudios Sociales también se asistió a diversos centros patrimoniales; estas acciones, tal como menciona Nancy Aballay, tuvieron como finalidad complementar el currículum nacional. También se describe la participación en el Día del Patrimonio Cultural, con la visita guiada a la “Galería de los presidentes”. Esta actividad, organizada por las diversas academias del Instituto Nacional, se ha desarrollado durante más de 10 años, aunque en forma discontinua, dadas las constantes tomas del establecimiento educacional. Con el paso del tiempo, se incorporó el Archivo Histórico dentro del relato patrimonial generado por profesores y estudiantes.

Un segundo periodo, que va entre los años 2014 y 2018, lo hemos denominado “apropiación e intervención archivística del Archivo Histórico”. Dicha etapa se caracterizó por el trabajo conjunto con el Programa de Archivos Escolares de la Pontificia Universidad Católica en la visibilización, desarrollo de habilidades archivísticas y difusión del patrimonio escolar conservado por el establecimiento educacional.

A tres años de la creación de la ADESIN, en el año 2012, comenzaron los primeros acercamientos del Programa de Archivos Escolares de la Pontificia Universidad Católica (PAE), coordinado por Rodrigo Sandoval, que ya venía interviniendo archivísticamente diversos fondos documentales de establecimientos educacionales. Dicho programa está formado por un equipo interdisciplinario dedicado a la preservación y socialización del patrimonio escolar de Chile. Según señalan, su trabajo se desarrolla en dos dimensiones: i) recuperación, identificación y organización de archivos de establecimientos educacionales; y ii) puesta en valor y difusión de su patrimonio educativo y memoria escolar por medio de diversas acciones, entre las que destacan la investigación histórica y la producción de conocimiento por parte de los propios estudiantes.

En el caso específico del trabajo archivístico desarrollado en conjunto con el Instituto Nacional entre los años 2012 y 2015, este se desarrolló con base en dos fondos concursables. El primero, de la Universidad de Harvard, consistente en el rescate, limpieza y organización de la documentación encontrada en diversas bodegas. Según describe Nancy Aballay, dicho trabajo significó para los estudiantes que:

pudieron conocer los Reglamentos del Instituto Nacional a través de su historia, trabajar en el análisis de la institucionalidad por periodos y algunos documentos de utilidad en relación con el cuidado de los registros escritos y del recinto que los custodia, protocolos que son utilizados en la mayoría de los archivos. Si bien no son pautas que deban seguirse “al pie de la letra”, constituyen referencias para preservar de buena manera el patrimonio documental. Nadie podría dudar de que el rescate del Archivo, su conservación y preservación se transformaran en una tarea de extraordinario valor para la institución. (Aballay, 2018)

Lo anterior dio paso a la inauguración del Archivo Histórico del Instituto Nacional el 7 de noviembre de 2014, cuando se dieron a conocer a la comunidad educativa y a la sociedad en general las series documentales resguardadas y se informó sobre su estado de conservación. Según se daba cuenta en la página del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica, la participación de los estudiantes fue clave, puesto que “ellos han sido protagonistas y creadores de un espacio destinado a conservar parte fundamental del patrimonio institutano para ponerlo a disposición de profesores, alumnos e investigadores, fortaleciendo así su propio sentido de identidad local y nacional” (Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica, 2014).

Al año siguiente, en 2015, se dio continuidad al trabajo archivístico gracias a la adjudicación de un fondo de cultura que permitió la descripción y digitalización de documentos de una serie referida a la correspondencia enviada al rector entre los años 1826 y 1900. En este proyecto, los estudiantes de la ADESIN colaboraron tanto en la descripción como en la conservación de los volúmenes seleccionados.

Ambos proyectos fueron presentados públicamente en dos instancias: en el Primer Congreso de Educación y Patrimonio, realizado en julio de 2015 en La Serena; y en el Segundo Seminario Interdisciplinario sobre Archivos en Chile, realizado en noviembre de ese mismo año en la Universidad de Santiago. En este último, con la presentación denominada “Archivo del Instituto Nacional: Fundamento de nuestra identidad”, es posible visualizar los objetivos y metas propuestas por la Academia, luego del desarrollo de dos proyectos en que participaron sus estudiantes. En palabras de los integrantes de la ADESIN, se plantea que el problema que se pretende enfrentar con el rescate permanente del Archivo era

la posibilidad de concretar un proyecto que busque que tanto profesores y estudiantes del establecimiento puedan usar el repositorio documental en trabajos de aula, y en proyectos de investigación. El trabajo con el Archivo pretende motivar la didáctica de la investigación y su incorporación en el currículo. (ADESIN, 2015)

Al mismo tiempo, se propusieron poner en valor los fondos documentales, proyectando el área patrimonial del Instituto Nacional; mejorar el control, conservación y gestión del Archivo Histórico, permitiendo su uso; y generar espacios de difusión que faciliten visibilizar su existencia.

De este modo, sostenemos que comenzó a desarrollarse una apropiación del Archivo Histórico del Instituto Nacional, lo que se manifestó no solo en la intervención archivística, sino también en la difusión de este trabajo, describiendo sus principales logros y señalando posibles rutas para el futuro. Al año siguiente, en 2016, también con la colaboración del Programa de Archivos Escolares, se trabajó en la descripción de los boletines del Instituto Nacional entre los años 1936 y 1960. En la presentación realizada en el Segundo Congreso de Educación y Patrimonio, se daba cuenta del trabajo archivístico llevado a cabo, describiendo y analizando tanto datos contextuales como procesos históricos presentes en la revista (ADESIN, 2016). Al año siguiente, dicha investigación fue presentada por los estudiantes en el Día del Patrimonio y en las Jornadas de Historia de la Educación Chilena, organizadas por la Sociedad Chilena de Historia de la Educación (SCHHE).

Durante el año 2016, los integrantes de la Academia también se especializaron en la conservación de documentación, particularmente a partir de dos instancias.9 Una de estas fue el taller realizado por la Fundación de Rokha10, que a través de un fondo de cultura realizó intervenciones archivísticas del Archivo familiar. Esta instancia formativa consistió en 7 jornadas:

Durante esas sesiones se abordarán temáticas que los alumnos del Instituto ya manejan, pero con modificaciones en el grado de dificultad y actualizaciones respecto de algunos de los criterios que hoy se utilizan en la disciplina de la conservación documental […] se centraron en la confección de embalajes de conservación para documentos sin encuadernar, adaptables a kárdex de carpetas. (Aballay, 2019)

En síntesis, durante estos años la Academia de Estudios Sociales se caracterizó por un fuerte énfasis tanto en acciones de intervención archivística como de investigación histórica. La utilización del Archivo Histórico como principal fuente de información permitió que los estudiantes examinaran la documentación conservada, esbozaran una narración histórica y dieran valor patrimonial a sus fondos documentales. En este sentido, siguiendo lo planteado por Jorge Larraín (2001) respecto de los objetos que conforman la identidad (p. 23), podemos plantear que el Archivo comienza a ser un elemento fundamental que da vida al relato identitario del establecimiento educacional.

Por lo tanto, la incorporación de este Archivo Escolar a la dinámica cotidiana de la Academia potenció los objetivos propuestos inicialmente: por una parte, fortalecer la identidad del Instituto Nacional, y, por otra, desarrollar habilidades propuestas por el currículum. A esto se sumó la formación en prácticas archivísticas y de conservación, lo que permitió que los estudiantes no solo fueran los encargados de investigar sus fondos documentales, sino también de mantener, conservar y resguardar cada uno de los documentos del establecimiento educacional.

Un tercer periodo, que se inició con la toma feminista del establecimiento educacional en mayo de 2018 y que, sostenemos, se mantiene hoy con el regreso a clases luego de dos años de virtualidad a consecuencia de la pandemia, representa una continuidad con el trabajo archivístico y de investigación. Sin embargo, ambos tipos de actividades vincularon el pasado del establecimiento educativo con las problemáticas actuales.

El 15 de mayo del año 2018 más de 200 alumnas de los liceos Carmela Carvajal y Javiera Carrera se tomaron simbólicamente el Instituto Nacional, manifestándose así contra los hechos de violencia machistas ocurridos en el establecimiento. Para el entonces presidente del Centro de Alumnos, esa manifestación fue “un nuevo llamado a la conciencia, tanto para la comunidad educativa como para la sociedad, entendiendo que tenemos que hacernos cargo enérgicamente de esta problemática y no hacer vista gorda” (Yévenes, 2018). Diez días después, el 25 de mayo de 2018, el Consejo Escolar del Instituto Nacional también se pronunció respecto de la problemática expuesta por las estudiantes secundarias. En un comunicado, señalaban la necesidad de hacerse cargo y asumir la responsabilidad como comunidad ante lo que consideraban “prácticas discriminatorias, denigrantes e inaceptables para el género femenino y que especialmente son producto del patriarcal modelo en que se funda la cultura de Chile y sus instituciones educativas” (Instituto Nacional, 2018).

Enfocando la problemática desde una perspectiva histórica, los estudiantes de la Academia de Estudios Sociales comenzaron una investigación que tuvo como finalidad indagar y reivindicar, a partir de los documentos, el rol femenino en el establecimiento educacional. Según describen en la ponencia “Instituto Nacional, ¿mixto en el siglo XIX?”, en el marco del Tercer Congreso Nacional de Educación y Patrimonio desarrollado en Talca en agosto de 2018, se dieron a la tarea de examinar diversos documentos en el Archivo, lo que concluyó en “el hallazgo de estudiantes femeninas matriculadas en el año 1884 en la asignatura de electricidad” (Programa de Archivos, 2018). Por lo tanto, el trabajo archivístico desarrollado les permitió romper con el paradigma clásico que consideraba que solo hombres habían estudiado en el liceo. Para los integrantes de la Academia, esta investigación tuvo los siguientes objetivos:

  1. Generar cambios de paradigmas sobre el dominio del patriarcado en el IN;
  2. Avanzar en la eliminación de tradicionalismos infundados;
  3. Potenciar la Academia y el rol que esta cumple al interior del IN (Programa de Archivos, 2018).

Por lo tanto, la investigación propuesta permitiría a la ADESIN vincularse con la contingencia nacional; esto era significativo considerando que desde ese momento comenzó a implementarse un plan que pretendía que en 2021 ingresara la primera generación de estudiantes mujeres al Instituto Nacional.

De manera paralela, durante el año 2018 los estudiantes participaron en una actividad denominada “Plebiscito de 1988: 30 años de la victoria del NO”, en la que en conjunto con profesores y profesoras del Departamento de Historia del establecimiento educacional analizaron el desarrollo histórico y declive de la dictadura cívico-militar. De este modo, se hicieron partícipes activos de actividades de carácter político-conmemorativas al interior del liceo, las cuales se reiterarían en adelante.

Al año siguiente, en 2019, dadas las constantes salidas de encapuchados, los estudiantes de la Academia de Estudios Sociales no lograron desarrollar con normalidad ni las intervenciones archivísticas ni las investigaciones históricas al interior de su Archivo Histórico. Sin embargo, en la memoria a 10 años de la fundación de la ADESIN los estudiantes expusieron sus opiniones en torno al trabajo realizado, de las cuales se pueden desprender sus visiones sobre la Academia y el valor del Archivo.11

En el primer caso, describen a la Academia de Estudios Sociales como un espacio de desarrollo intelectual y afectivo importante. En este sentido, resaltamos las palabras de Francisco Jorquera, en ese entonces estudiante del 3° medio B, quien señala que la ADESIN “es una Academia que me abrió los ojos, es un lugar donde se forma una familia y donde se pueden compartir las ideas, nunca un juicio. Es un lugar seguro”. De manera similar, Cristián Fuentealba, del 4° medio G, concebía la Academia como:

un momento de encuentro con el pasado, en el cual se puede indagar para reflexionar sobre nuestras deficiencias para poder mejorar a futuro. Sin embargo, no es algo que solo nos evidencie errores, también nos ayuda distinguir en qué hemos mejorado. Además, nos da una oportunidad inédita, oportunidad para conocer curiosidades respecto del pasado; de esta manera nos enriquecemos cultural y humanamente. (ADESIN, 2019, p. 10)

En esta posibilidad inédita de conocer el pasado con la finalidad de reflexionar sobre sus deficiencias y así mejorar, el Archivo tiene un rol relevante. Este se presenta como un “cofre de datos escondido” y una “nube de conocimientos”. En un testimonio dado por uno de sus exintegrantes, en el marco de las jornadas de archivos escolares organizada por la Pontificia Universidad Católica, se señalaba que una de las contribuciones del trabajo con los archivos era, precisamente, la posibilidad de elaborar conocimiento nuevo a partir de la documentación conservada.

Lamentablemente, la actual pandemia que azota al mundo desde el año 2020 obligó a cerrar los colegios por dos años y, con esto, la Academia de Estudios Sociales se vio imposibilitada de trabajar con su principal fuente de recursos: el Archivo Histórico. Entonces, fue necesaria la reinvención metodológica, en tanto se debió trabajar virtualmente y en cuanto se necesitó trabajar con otras fuentes históricas. A ello se sumó el cambio de coordinación, puesto que la profesora Nancy Aballay asumió funciones administrativas y de jefatura en el liceo.

Durante ese año asumí la Academia, en reemplazo de la profesora Aballay. El desafío de la tarea fue doble: por una parte, comprender el trabajo realizado hasta aquel entonces por la ADESIN, y, por otra, coordinar virtualmente a un grupo de estudiantes que ya tenían una dinámica de trabajo basada en la búsqueda y sistematización de fuentes de archivo. Por lo tanto, había que diseñar un trabajo didáctico que permitiera cumplir con los objetivos investigativos de la Academia sin tener que utilizar presencialmente los documentos del liceo.

Ante este panorama, se acordaron tres tipos de trabajo con las y los estudiantes. En primer lugar, un trabajo colaborativo con los talleres patrimoniales del Liceo 1 y el Liceo de Aplicación por intermedio del Programa de Archivos Escolares y mediante la adjudicación de un fondo de cultura que nos permitió realizar talleres de archivos comunitarios a estudiantes secundarios. En segundo lugar, profundizar y sistematizar el trabajo de las mujeres en el Instituto Nacional considerando que desde el 2021 el establecimiento educacional sería mixto; y, finalmente, comenzar un trabajo intergeneracional con institutanos que vivieron el golpe de Estado en Chile y la dictadura cívico-militar.

El trabajo colaborativo realizado en conjunto con los talleres patrimoniales del Liceo de Aplicación y el Liceo 1 se llevó a efecto mediante dos instancias formativas. En 2020, el PAE UC se adjudicó un proyecto Fondart para la elaboración de una plataforma digital de archivos escolares, el que contemplaba dentro de sus objetivos:

Establecer y fortalecer una red de trabajo colaborativo entre los Liceos de la Región Metropolitana y el PAE; vincular a las comunidades escolares con su patrimonio documental; [y] visibilizar las acciones de las comunidades escolares en la recuperación de su patrimonio documental. (Programa de Archivos Escolares, 2020)

Dado el contexto de pandemia, el trabajo se realizó de manera virtual y tuvo como finalidad la formación de habilidades de investigación en las y los estudiantes. Como resultado, se elaboraron tres artículos con publicaciones históricas de estudiantes secundarios, en dos de los cuales participaron integrantes de la Academia de Estudios Sociales. El primer estudio, dirigido por las profesoras Catalina Padilla y Lidia Rivera del Liceo 1 (Padilla et al., 2020), denominado “Revista escolar y género. Similitudes y diferencias en la expresión de la vida escolar”, tuvo como objetivo realizar un análisis comparativo de la revista escolar Campana del Liceo 2 de niñas, y la publicación ¡¡¡Sorpresa!!!, de la Escuela Superior 12 de hombres República El Salvador. La pregunta que orientó la investigación fue: “¿Qué significará haber estudiado en un colegio solo de hombres y solo de mujeres?” (p. 2).

Por otra parte, otro conjunto de estudiantes realizó una investigación en torno a la organización de los estudiantes nocturnos del Liceo Federico Hanssen durante 1937. La pregunta que orientó dicha investigación y respectiva tesis fue:

¿Cómo se autorrepresentaba el estudiante nocturno y de qué manera repercutió en la organización estudiantil del liceo nocturno Federico Hanssen? Sostenemos como tesis que los liceanos nocturnos se percibían en otra etapa de madurez, producto de experiencias vividas y el ingreso al trabajo remunerado, por lo que sus demandas y formas de organización van a ser distintas a los de la jornada diurna. (Cisternas et al., 2020, p. 2)

En definitiva, es posible sostener que esta experiencia formativa e investigativa permitió que las y los estudiantes de diversos liceos compartieran sus diversas formas de trabajo e impresiones acerca del patrimonio documental conservado por ellos/as. Así lo reflejaron en la cápsula audiovisual elaborada a partir de las experiencias investigativas. En este sentido, Marcelo Rojas, integrante de la ADESIN, señalaba que “este tipo de instancias ha sido y es importante porque nos permite efectivamente estudiar y difundir nuestro patrimonio estudiantil” (Programa de Archivos Escolares, s/f.).

Una segunda instancia, que comenzó en el año 2021 y se extiende hasta hoy, fue el desarrollo de Talleres de Archivos Comunitarios para las y los estudiantes secundarios, financiado por los Fondos de Cultura. Dicha actividad nació de la necesidad de articular un trabajo común entre las academias y talleres patrimoniales del Liceo de Aplicación, el Liceo 1 y el Instituto Nacional (Cisternas et al., 2022). Con este fin, nos propusimos como objetivo desarrollar talleres formativos de archivística comunitaria con estudiantes de 7° básico a 1° medio, siendo “ellos y ellas protagonistas en la gestión de sus fondos documentales, identificando, describiendo, organizando, conservando, difundiendo e investigando sus historias y empoderándose de sus memorias e identidades” (p. 2).

En la actualidad, estamos en proceso de cierre del proyecto y, también, de proyección del trabajo, puesto que las realidades educativas, sociales y políticas de los liceos son similares. Sostenemos que un trabajo en red, de carácter patrimonial, nos permitiría, por una parte, aportar a solucionar la crisis educativa de estos establecimientos y, por otra, fortalecer la educación pública.

Respecto de la investigación de las mujeres en el Instituto Nacional, su profundización radicó en la decisión de realizar dos acciones. Por una parte, dar a conocer a la comunidad educativa el hallazgo, más aún considerando el contexto del paso a liceo plurigenérico; y, por otra, la profundización del análisis propuesto mediante la comparación entre la realidad decimonónica y el ingreso de mujeres al establecimiento durante los años 2021 y 2022.

Para la realidad del siglo XIX se consideró analizar otras series documentales, tales como correspondencia, decretos y documentación oficial diversa del liceo, las que dieran cuenta de las decisiones que llevaron a que mujeres hubiesen estudiado electricidad en el Instituto Nacional durante el último cuarto del siglo XIX.

En relación con el ingreso actual, se diseñó una pauta de preguntas que permitiera conocer las motivaciones personales y familiares que llevaron a ingresar al establecimiento; las impresiones respecto de aspectos pedagógicos y sociales al interior del colegio; y, finalmente, las proyecciones en cuanto a la visión de la educación pública, el enfoque de género y la resolución de problemáticas al interior del mismo. En los momentos en que se escribe este texto la investigación y su respectiva puesta en valor están en curso; sin embargo, se han visto frenadas por el contexto de múltiples violencias e interrupción de clases que han afectado al establecimiento.

Finalmente, respecto del trabajo intergeneracional con estudiantes que vivieron el golpe de Estado y la dictadura cívico-militar, ante la falta de documentación se decidió comenzar a registrar testimonios orales, práctica a la que denominamos “Archivo oral del movimiento estudiantil institutano”. Para ello, nos basamos en cinco experiencias:

  1. Archivo oral de la Maestranza Barón de Valparaíso (Paredes y Fuentes, 2014);
  2. Archivo oral de Villa Grimaldi (Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, 2012);
  3. Archivo oral del movimiento estudiantil de la Universidad de Chile (Cisternas y Ogass, 2014);
  4. Memorias de Chuchunco (Fauré, 2018);
  5. Archivo oral del movimiento estudiantil en el Liceo de Aplicación (Taller Patrimonial del Liceo de Aplicación, 2021).

De estas experiencias tomamos en consideración la construcción de la pauta de preguntas, la elaboración de una muestra de entrevistados y las recomendaciones técnicas y prácticas al momento de registrar testimonios orales, tanto en la realización misma como en el posterior tratamiento archivístico. Del mismo modo, discutimos los intereses y necesidades respecto de conformar archivos de memorias del movimiento estudiantil, argumentando a partir de las particularidades de la realidad del Instituto Nacional.

Este proceso de investigación se inició en el año 2020 con un conversatorio virtual referido a las experiencias vividas por exestudiantes en tres momentos históricos –Unidad Popular, golpe de Estado y primeros años de la dictadura cívico-militar–. De las conclusiones de dichos testimonios, y ante la ya mencionada falta de documentación, comenzó a surgir la idea de conformar un Archivo Oral que profundizara y diera a conocer a la comunidad estudiantil las consecuencias de la represión y la violación de los Derechos Humanos en el establecimiento educacional. Actualmente llevamos 4 entrevistas y, durante el presente año [2022], buscamos aumentar la cantidad de testimonios.

En septiembre de 2023, en el marco del “Día de la Memoria Institutana”, instancia organizada por familiares de exestudiantes detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, y en el que la Academia ha participado activamente los últimos años, buscaremos presentar parte de los testimonios recopilados y sistematizados. Desde la ADESIN existe la convicción acerca de la importancia de recordar para el “nunca más” en Chile.

Conclusión. Potencialidades de un trabajo de dinamización cultural en archivos escolares

A partir de la experiencia de la Academia de Estudios Sociales del Instituto Nacional se puede concluir la importancia del trabajo archivístico y de dinamización cultural realizado por las y los estudiantes. Dicha relevancia se manifiesta en los siguientes aspectos: posibilidad de realizar una educación a partir del patrimonio documental de la comunidad estudiantil; consideración de este patrimonio como un espacio no solo de investigación, sino de resignificación de las memorias para su utilización presente; y, finalmente, como espacio que permite repensar las memorias e identidades de los discursos tradicionales.

En el primer caso, el trabajo de educación patrimonial tiene la particularidad de que no solo se usa la documentación, sino que los y las estudiantes son custodios y custodias del Archivo, vale decir, actúan como encargados y encargadas de todas las intervenciones archivísticas: organización, descripción, conservación y puesta en valor. Es la comunidad educativa haciéndose cargo de su carga histórica, como agentes conscientes de su historicidad, quienes ven en el Archivo la posibilidad de resolver problemáticas presentes.

En este sentido, no se trata solo de intervenir archivísticamente por el solo hecho de intervenir, ni tampoco de investigar por investigar, sino de buscar en la documentación histórica pistas que permitan comprender el presente y proyectar el futuro. Esta forma de enfrentarse a los archivos escolares implica necesariamente reflexionar críticamente acerca de cómo estamos construyendo el presente y pensar en qué medida los documentos son útiles en los conflictos que, como comunidad estudiantil, estamos enfrentando.

Finalmente, también aporta al cuestionamiento de los discursos clásicos que tienden a fosilizar las ideas educativas e impiden el cambio y la innovación pedagógica, social, cultural y política de los establecimientos educacionales. El trabajo con documentos escolares permite que los y las estudiantes reflexionen sobre sus memorias e identidades y, por lo tanto, que busquen alternativas que impacten directamente en el quehacer cotidiano de sus espacios educativos.

Más aún, hoy, cuando el Instituto Nacional vive una de las crisis educativas más grandes de su historia, cabe preguntarse por el rol de los patrimonios en la educación emocional. Concretamente, en cómo el Archivo actúa como un elemento que contribuye a la resolución de problemáticas educativas, sociales y políticas que se vienen arrastrando por más de una década en el liceo.

A futuro, sería importante asumir el desafío de vincular efectivamente el Archivo con los procesos educativos de la educación formal. En particular, la posibilidad de incorporar en el currículum, planificaciones y secuencias didácticas de trabajo documental que den cuenta de las identidades que confluyen en el establecimiento a lo largo del tiempo. No solo en la asignatura de Historia, sino también en otras tales como Artes Visuales, Lenguaje, Filosofía y, por qué no, Matemáticas, Biología, Química y Física.

Notas

  1. En el presente artículo se ha tomado la decisión de exponer el nombre del establecimiento educacional. Lo anterior se justifica en orden a relevar las actividades de extensión desarrolladas por el Instituto Nacional; más aún, teniendo en cuenta la sobrexposición mediática que ha puesto el foco casi exclusivamente en las múltiples violencias que, en la actualidad, vivimos como comunidad educativa, lo que invisibiliza los logros alcanzados en diversas instancias de enseñanza-aprendizaje. Particularmente, las más de 40 academias y talleres que año a año funcionan al interior del colegio.
    Para la publicación de este artículo contamos con la aprobación del establecimiento.
  2. Los congresos de Educación, Museos y Patrimonio realizados en Chile desde 2005 son un claro ejemplo de la discusión del museo como espacio educativo.
  3. Particularmente lo escrito por el inglés Andrew Flinn (2007).
  4. En 2011 y 2019 no se registraron actividades. Esto pudo deberse a las movilizaciones estudiantiles constantes que se produjeron en esos años.
  5. Ana María Adriazola (2017) señala que, a partir de los reglamentos, se pueden visualizar los documentos que históricamente han sido conservados por el Instituto Nacional.
  6. Denominación que se les da a los alumnos y exalumnos del Instituto Nacional José Miguel Carrera.
  7. Solo se ha encontrado información respecto del primer concurso; de los dos restantes desconocemos su desarrollo y ganadores.
  8. Primer lugar de la jornada de la tarde en concurso “¿Qué significa ser Institutano?”, 2009.
  9. En el Taller Intermedio de Conservación Documental desarrollado por la Fundación Rokha y el Seminario Internacional de Conservación de Papel organizado por el Archivo Central Andrés Bello, ambos en 2016.
  10. “El Archivo De Rokha está constituido desde el acopio documental conservado en la Fundación, derivado desde la línea familiar constituida por José de Rokha y Patricia Tagle El archivo ha sido sistematizado desde las siguientes series: cartas, prensa, difusión, otros, fotografías y obras. Esto implica un total de 3044 documentos, entendidos por tales títulos identificados en una catalogación, independiente de la cantidad de ejemplares que contenga cada cual” (Fundación Rokha, 2019).
  11. En este artículo se utilizan nombres ficticios para resguardar la identidad de los estudiantes participantes de la ADESIN.

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