Introducción
La catequesis, como tarea de la acción evangelizadora de la
Iglesia, desde el mismo momento de la expansión del cristianismo
se constituyó en un espacio primordial donde el aspirante a
seguidor de Jesús era acogido (físicamente hablando), pero sobre
todo recibía una formación inicial que lo invitaba a poner por
obra concreta lo aprendido mediante la recepción de los
sacramentos.
A lo largo de la historia de la Iglesia universal y de las
iglesias particulares, esta ha sido la manera más directa y
visible de realizar la inserción del aspirante a la comunidad
cristiana, aunque no siempre se haya tenido en cuenta que es solo
una parte del proceso para iniciarse en el camino de seguimiento
de Jesús. Ese camino ha sido transitado a veces transgrediendo
orientaciones que tienen como fuente los relatos de los
evangelios, en los cuales se percibe el proceso que hizo Jesús en
la formación de sus discípulos.
Es oportuno recordar la etimología de la palabra catequesis,
“gritar desde lo alto, resonar, hacer eco”. Eso nos ayuda a volver
la mirada a su origen y comprobar que las prácticas catequísticas
de la Iglesia no siempre han respondido ‒incluso actualmente‒ al
objetivo y a su alcance original en el sentido señalado de “hacer
eco de la Palabra de Dios en la vida del interlocutor”. A veces,
en realidad, nos hemos quedado solamente en un aprendizaje de
contenidos ininteligibles muy divorciados de la vida, sin lograr
conectar la vida cotidiana con la propuesta de Jesús: hacer
discípulos.
Desde la práctica y experiencia que tuve durante diez años
(2005-2015) al frente del Departamento de Catequesis de la
Conferencia Episcopal Ecuatoriana, pude percibir algunos rasgos y
particularidades de la manera en que se ha llevado a la práctica
la acción catequística, especialmente en las parroquias, ya que
estas fueron visitadas permanentemente en el tiempo que duró mi
servicio. Ciertamente, una prioridad en la gestión realizada fue
la formación de catequistas para responder a los ejes propuestos
por el Directorio General para
la Catequesis (DGC): el saber, el saber hacer y la
espiritualidad del catequista; este acercamiento posibilitó
descubrir vacíos en el ser del catequista, en lo que tiene que ver
con su iniciación personal a la vida cristiana. La realización de
Encuentros Nacionales con temas coyunturales, intercambios y
experiencias, inyectaron, como a un niño en crecimiento, las
vitaminas apropiadas para el ejercicio del catequista.
Tomar la temperatura al quehacer catequístico de la Iglesia en el
Ecuador y evidenciar sus fortalezas, oportunidades, debilidades y
amenazas puede ser un ejercicio obligatorio como herramienta para
realizar ajustes y, de ser necesario, enmendar caminos, ya que de
eso se trata en el proceso de intentar formar discípulos de Jesús.
1. Fortalezas de la catequesis
1.1. Organización
- Una primera fortaleza del período mencionado fue la
conformación de la Comisión Nacional de Catequesis de la
Conferencia Episcopal. Estaba integrada por los veintidós
responsables diocesanos de catequesis (tales jurisdicciones
eclesiásticas estaban divididas así: cuatro arzobispados, once
obispados y siete vicariatos), coordinados por la Responsable
Nacional nombrada por el Directorio de Obispos de la Conferencia
Episcopal. La tarea principal era planificar la catequesis
nacional teniendo en cuenta los lineamientos generales desde el
Directorio General para la
Catequesis, (DGC) el Directorio
Nacional de Catequesis (DNC), el Departamento de
Catequesis del CELAM y las opciones catequísticas adoptadas en
las Asambleas Anuales de los Obispos ecuatorianos que, en sus
dos reuniones al año, estaban destinadas a la planificación
general y a la evaluación pastoral.
- Para un mejor acompañamiento desde la Comisión Nacional, las
diócesis se unificaron en zonas geográficas bajo la
responsabilidad de un coordinador elegido entre los responsables
diocesanos. Su tarea era sondear las necesidades de capacitación
y otros requerimientos para el desarrollo de la catequesis, lo
que permitía la elaboración de un cronograma de capacitación y
realización de actividades especialmente para la formación de
los catequistas.
- Cada parroquia tenía un coordinador de catequistas nombrado
por el párroco, y del grupo general de coordinadores se nombraba
al Coordinador de Catequistas de la Diócesis. Su tarea
fundamental era organizar cursos de capacitación para los
catequistas, separándolos por años de experiencia: los que se
iniciaban, aquellos entre cinco a diez años y, de ahí, los de
mayor experiencia. Desde la Coordinación Nacional se llevaba un
registro minucioso de estas personas, con las cuales había una
comunicación permanente (un cuadro con nombres, direcciones,
teléfonos y correo electrónico en algunos casos).
- El Departamento de Catequesis hacía un trabajo conectado con
otros departamentos de la Conferencia Episcopal, tales como
Biblia, Liturgia, Misiones, Familia, Jóvenes y Pastoral
Indígena, de tal manera que se procuró la convergencia en
actividades incluso para abaratar costos económicos. Esta acción
conjunta fortaleció las actividades y, en cierto momento, se
adoptó una sigla integradora que se denominó JUVOMICA (juventud,
vocaciones, misión, catequesis). Fue una experiencia
enriquecedora que posibilitó intercambios, conocimiento y
articulación pastoral.
1.2. Capacitación
- La capacitación fue el eje vertebrador de la acción
catequística en el Departamento Nacional. Para ello se elaboró
una propuesta que abarcaba una formación introductoria, una
formación básica y una formación permanente. En primera
instancia estaba dirigida a los Responsables Diocesanos, sobre
todo para el conocimiento y manejo del DGC, el DNC, así como las
Orientaciones para la
Catequesis en América Latina (CELAM). También se
trabajó fuertemente en la planificación catequística con los
párrocos.
- El otro grupo que fue capacitado en aspectos de organización
catequética, conocimiento del DNC y temas vinculados a la
catequesis fue el de los coordinadores de catequistas. Los
encuentros bimensuales facilitaron el desarrollo y conocimiento
de los temas propuestos y otros de interés.
- También los catequistas de base (los de experiencia media y
los de experiencia avanzada) fueron objeto de atención
preferencial por el Departamento Nacional. Se elaboraron
diversos proyectos para financiar todas las actividades de este
tipo de formación, se presentaron a las instancias
internacionales de ayuda a la Iglesia y en todos los casos
recibieron financiamiento. Para este paso siempre se contó, de
manera incondicional, con el respaldo de la Directiva de Obispos
de la Conferencia Episcopal, así como de la Comisión de
Magisterio. En este punto cabe resaltar la presencia permanente
y pastoral del obispo Presidente del Departamento de Catequesis.
- Una actividad que apoyó fuertemente la formación de los
catequistas fue la de los Encuentros Nacionales. Cada año había
una temática coyuntural, pero vinculada con las demás a lo largo
de los años. La representación de las jurisdicciones mantuvo una
asistencia de entre 350 y 400 catequistas, sobre todo con
experiencia al servicio de la catequesis. Se debe indicar que
los lugares asignados para la realización de los eventos tenían
por base las consultas que se hacían a los responsables
diocesanos para ofrecer la casa de alojamiento y el apoyo
logístico necesario. Todo ello permitió conocer otros lugares
geográficos e intercambiar experiencias entre los catequistas.
En los últimos años, el alojamiento se realizó en las casas de
los catequistas del lugar. Es digno de destacar que algunos
miembros de la Sociedad de Catequetas Latinoamericanos (SCALA)
animaron varios de los temas de estos encuentros. Así, contamos
con la presencia de la Hna. Ma Irene Nesi (Venezuela), del P.
Manuel Jiménez (Colombia) y del Sr. Marcelo Murúa (Argentina).
- Un momento clave de capacitación fue la realización del
Congreso Nacional (2010), a propósito del centenario de la
Pascua del Santo Hno. Miguel, patrono de los catequistas
ecuatorianos. El tema general fue “La educación de la fe en el
Ecuador de hoy”, y su lema “Respuestas para un mundo nuevo”. Se
contó con la presencia de todas las jurisdicciones, ponentes
nacionales y extranjeros. Entre estos últimos estuvo el Hno.
Israel Nery FSC (Brasil) que en ese momento fungía como
Presidente de SCALA.
- Otro momento importante fue la realización de las IV Jornadas
de Estudio de SCALA, en agosto de 2011, en la Casa de
Espiritualidad de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; su tema
fue “Palabra de Dios y catequesis”. Sin dudas, constituyó una
experiencia inolvidable para los catequistas que compartieron
por primera vez con catequetas de dieciséis países
latinoamericanos.
- En esta misma línea de formación nació el proyecto
“Catequista On Line”,
como una respuesta especialmente a los pedidos de catequistas
con dificultades de movilización en sus lugares geográficos. Los
contenidos se agruparon en niveles, se contó con la colaboración
de presbíteros, religiosos y laicos con experticia en algunos
campos de la formación catequística. La administración de la
plataforma le correspondió a la Conferencia Episcopal a través
de su departamento técnico, y la coordinación general al
Departamento de Catequesis.
- Una fortaleza, sin dudas, fue la animación y continuidad en
la gestión de obispos encargados de la Presidencia de
Catequesis. Ello fortaleció la ejecución de proyectos
presentados, así como el apoyo en forma de aval para el
financiamiento conseguido en las oficinas internacionales desde
la Secretaría General de la Conferencia.
- Entre 2011-2012 se realizó una especie de censo para conocer
el número de catequistas a nivel nacional, con amplia
colaboración de las jurisdicciones eclesiásticas. Se registraron
70.000 catequistas en servicio.
1.3. Recursos pedagógicos, materiales y relación con medios de
comunicación
- En un primer momento se elaboraron guías didácticas para el
uso de los textos que serían utilizados por los catequistas.
Luego se diseñaron nuevos textos (manuales de catequesis) para
niños y padres de familia, a fin de responder al Itinerario de
la Catequesis Parroquial, el cual había sido aprobado en
Asamblea de Obispos, con seis niveles y con los siguientes
temas: Iniciación, Reconciliación, Eucaristía, Año Bíblico,
Renovación de Promesas Bautismales y Confirmación, considerando
las edades y tiempos de formación a modo de iniciación
cristiana.
Otro recurso como ayuda didáctica lúdica fueron los bingos. Su
objetivo era reforzar contenidos y realizar una evaluación. Se
acompañaron con CDs de música para los encuentros con niños, jóvenes
y padres de familia.
- Para la formación de los catequistas se elaboró una colección
de doce folletos con temáticas en las cuatro áreas según el DGC,
así como guías para preparar convivencias y una publicación
sobre Espiritualidad Bíblica
para Catequistas, de Marcelo Murúa (Argentina), quien
la publicó desde la Conferencia, así como un librito de
oraciones para niños, también de su autoría.
- Desde la Secretaría General de la Conferencia Episcopal se
solicitó durante varios años al Departamento de Catequesis la
elaboración de la Novena de Navidad para las familias.
- Con la ayuda de un grupo de catequistas que acompañaban a
niños con capacidades diferentes se sistematizó su experiencia
en la elaboración de un Manual de Catequesis que fue revisado y
aprobado por los obispos de la Comisión de Magisterio y quedó
listo para la impresión, para lo cual se preparó un proyecto de
financiamiento que tuvo respuesta positiva.
- También se realizó la revisión del Directorio Nacional de Catequesis que estaba
en vigencia. En su actualización se incorporaron las
orientaciones sobre catequesis adoptadas en la V Conferencia
General de Aparecida. Esta edición sigue vigente hasta hoy.
- En cuanto a la relación con los medios de comunicación, es
posible mencionar la producción, dirección y locución de
programas de radio difundidos en Radio Católica Nacional: por un
lado, “Lámpara para mis pasos”, un día a la semana, de una hora
de duración, programa dirigido a los catequistas con temas
prácticos, orientaciones sobre su misión, testimonios, agenda de
actividades desde el Departamento de Catequesis y curiosidades.
Se mantuvo al aire durante diez años. Por otro lado, “Palabra y
canción”, programa dirigido a todo público, con frecuencia
diaria, de una hora de duración, estructurado así: texto bíblico
del día, mensajes variados, temas del Papa Francisco alternados
con música cristiana. Su emisión fue durante los tres últimos
años antes de que yo dejase la Conferencia.
- En cuanto a impresos, durante ocho años se colaboró con la
revista Anunciar, una
producción de Editorial Don Bosco (Quito) para acompañar a los
catequistas. Desde el Departamento se aportó con artículos
mensuales en la sección “Pedagogía para la catequesis”. En esta
misma línea, se diseñaron trípticos con información actualizada
de materiales a disposición y de los servicios ofrecidos desde
el Departamento de Catequesis.
- Como testimonio de la realización de las IV Jornadas de
estudio de SCALA se publicó el texto Biblia y catequesis. En él se recogen las
ponencias que se dictaron en esa ocasión y se constituyó en un
material de apoyo para trabajar el tema “Biblia y catequesis”.
De igual manera, se hizo la publicación de las Memorias del Congreso de
Catequesis y del folleto sobre el Hno. Miguel, catequista,
patrono de los catequistas ecuatorianos, como se indicó.
2. Debilidades de la catequesis
- No se ha logrado integrar un grupo de catequetas de entre los
responsables diocesanos, ya que ninguno tiene una formación
específica en este campo.
- Hay párrocos desinteresados en la formación permanente de sus
catequistas porque están más preocupados de mantener una
catequesis sacramentalista, repetitiva, que no toma en serio la
iniciación a la vida cristiana.
- Se puede hablar, también, de falencias en la catequesis
familiar, centrada únicamente en las aportaciones económicas
para las celebraciones. Hace mucha falta el acompañamiento a
esta catequesis. Los mejores momentos para ella se reducen a la
celebración de la Novena de Navidad y, en algunos casos, el Mes
de María; en el interior del país, las fiestas de los santos
patronos.
- Otro aspecto que preocupa es la poca relevancia que tiene la
catequesis en los santuarios. Las festividades de los santos
patronos son oportunidades propicias para hacer catequesis. Sus
testimonios de vida pueden motivar la renovación espiritual y la
vida cristiana de los peregrinos.
- Otro aspecto deficitario son los cambios frecuentes de los
responsables diocesanos de catequesis, así como el de los
párrocos. Estos últimos, a veces, dan orientaciones sin mayor
criterio y hacen intervenciones sin mayor conocimiento del
proceso que se realiza en catequesis, lo que causa desconcierto
entre los catequistas y padres de familia. Tal es el caso
cuando, por ejemplo, obligan a utilizar otros textos ‒de su
autoría o de algún conocido‒ y reemplazar así el material que se
venía utilizando por años; o los obstáculos que ponen para
asistir a talleres de formación porque, según ellos, lo harán en
su parroquia. Se aprecia en ellos un desconocimiento de una
pastoral orgánica y mucho más de una catequesis que guarda
relación con Biblia y liturgia, por ejemplo.
- En ciertas parroquias, los párrocos recurren al “examen” de
conocimiento doctrinal para permitir la recepción o no del
sacramento en los niños que acuden a la catequesis; alientan la
improvisación de catequistas al entregar el Manual de Catequesis
para que él/ella lo siga sin ninguna preparación previa.
- Hay que mencionar la ausencia de planificación de la
catequesis parroquial, donde los destinatarios se ubiquen en el
lugar central, se clarifique el papel del catequista, el
acompañamiento de los padres de familia y se articule con los
demás servicios pastorales.
- En muchos párrocos nuevos es notorio el desconocimiento del
DGC y peor aún del DNC, porque se cree que su responsabilidad se
juega más en lo administrativo, desconociendo que el párroco es
el primer catequista.
- También es una debilidad la conexión entre catequesis y la
educación religiosa escolar (ERE) de las escuelas y colegios
ubicadas en el perímetro territorial de la parroquia, ya que las
celebraciones sacramentales suelen desarrollarse dentro de la
institución educativa.
3. Oportunidades
- Hubo una fuerte vinculación con instituciones preocupadas por
la catequesis, tanto en los lineamientos, reflexiones,
materiales y ofertas de formación. Entre ellas se puede
mencionar al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en las
reuniones anuales de actualización a las que asistí con los
Responsables de Catequesis de las Conferencias Episcopales de
América y como miembro integrante del equipo de expertos de
catequesis, en principio como responsable del departamento y
luego a título personal.
- La vinculación con SCALA es, sin duda, una gran oportunidad
para la catequesis ecuatoriana, pues es un espacio de
actualización y reflexión de la catequesis de alto nivel.
- Un factor del contexto que favorece y apoya a la catequesis
es la valoración que tiene la sociedad civil respecto del
servicio que realiza la Iglesia. Hay un porcentaje estable o
creciente de católicos en la población nacional, así como una
piedad popular viva.
- La participación en el Congreso Mundial de Catequesis
realizado en Roma, cuyo mensaje a los catequistas dado por el
Papa Francisco motivó la preparación de varias actividades para
su profundización.
- La valoración y apoyo de parte de los obispos diocesanos a la
formación permanente de los catequistas.
- El sostenimiento de la Comisión Nacional de Catequesis como
órgano animador de la catequesis,
- La colaboración de varios integrantes del clero ha
posibilitado la elaboración de nuevos textos para apoyar el
itinerario parroquial.
- Las permanentes invitaciones de la Sociedad Bíblica en
Ecuador han sido una invalorable oportunidad para fomentar el
intercambio, así como para conocer materiales bíblicos cuya
donación ha acrecentado la animación de la pastoral bíblica.
- Una oportunidad actual puede ser la publicación del nuevo Directorio para la Catequesis
(2020).
4. Amenazas
- La ruptura de la dinámica productiva de la catequesis, en
todo sentido, principalmente por la indecisión en el
nombramiento de un nuevo responsable. De hecho, el espacio
físico dentro de la Conferencia ha sido utilizado para otras
actividades.
- No se ha dado continuidad a las orientaciones desde la
Conferencia Episcopal.
- En este momento de crisis sanitaria, las restricciones, el
distanciamiento social, la situación económica se constituyen
como serias amenazas porque la experiencia catequística suele
darse en comunidad, en cercanía con otro; porque a través de la
plataforma pueden circular los “conocimientos” como saberes
religiosos, mientras que la clave en la catequesis es el
compartir, el intercambiar, estar en contacto con el signo, el
símbolo, con la Palabra que se hace vida.
- Trasladar lo presencial a lo virtual sin tener presente que
esto último tiene otras exigencias técnicas, otros formatos de
diseño y producción; incluso, un lenguaje más cuidado, directo;
asimismo, el tiempo en el ambiente virtual tiene sus propios
requerimientos.
- La cantidad de materiales audiovisuales producidos en
diferentes formatos y utilizando las más variadas técnicas se
constituye en una fuerte competencia en cuanto a materiales
didácticos para el ejercicio de la catequesis; los materiales
impresos (Manuales de Catequesis) también ofertan variedad en
todo sentido.
- El poco tiempo y espacio dedicados a la formación para la
catequesis en los seminarios y en las casas de formación
religiosa ha provocado que no se haya incursionado en el nuevo
paradigma de la catequesis como es la iniciación a la vida
cristiana, todo esto a pesar de haber sido el tema central de
dos encuentros nacionales de catequistas.
- Otras situaciones dignas de mención son la galopante
secularización, la crisis de la familia, la ideología de género
y las fuertes intenciones de legitimación que sobre estos
asuntos toman cuerpo en nuestros países latinoamericanos. El
nuestro no está exento.
Conclusión
Hacer este recorrido de constatación de lo que se ha hecho permite
replanificar la acción catequística, buscar nuevas respuestas a los
nuevos desafíos que el momento actual plantea; poner en juego la
creatividad para la formación de catequistas. Otra tarea es revisar
a fondo la pedagogía utilizada por Jesús, el Maestro, lo que puede
constituirse en un ejercicio saludable que ayudaría a entender el
sentido de la experiencia como elemento fundamental que supere
aquella persistente visión centrada en lo doctrinal. Parece que aún
no se entiende bien lo que dijo el Papa Benedicto XVI:
No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o
una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con
una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida, y, con ello, una
orientación decisiva. Una auténtica experiencia de encuentro con
el Dios de Jesús, Dios amor, lleva implícita en la persona la
posibilidad de crear y formar comunidad, saliendo de sí misma,
para ponerse al servicio de los más pobres”. (Discurso de apertura
de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
Aparecida, 2007).
Quito, septiembre de 2020