Revista de Educación Religiosa, Volumen II, nº 1, 2020, DOI 10.38123/rer.v2i1.64
Javier Díaz Tejo es profesor de Religión y psicólogo organizacional, con grado de Licenciado en Catequética por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma y Magíster en Educación. Actualmente es Director de Investigación y Publicaciones del Instituto Escuela de la Fe de la Universidad Finis Terrae.
El libro se divide en seis apartados principales, que son fruto
de profundas investigaciones realizadas por académicos de
distintas instituciones de educación superior del país, y que
tienen, como denominador común, la formación de profesores de
Religión Católica.
Para iniciar la lectura, el editor de este libro realiza una motivante presentación, poniendo énfasis en el singular origen de esta obra, la que es seguida de una introducción de la autoría de Claudio Pastén Palma y Javier Cortés Cortés, académicos de la Universidad Católica del Norte.
El primer artículo se titula “La asignatura de religión en Chile.
Algunos antecedentes preliminares” (Loreto Moya Marchant y
Francisco Vargas Herrera, Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso) y el segundo lleva por título “La dimensión espiritual
de las Bases Curriculares según directores de escuelas no
confesionales de Santiago” (Cristián Prado Medel y Javier Díaz
Tejo, Universidad Finis Terrae). Ambos constituyen un diagnóstico
preciso respecto del escenario al cual se enfrenta el profesor de
Religión hoy en Chile. Las siguientes tres investigaciones
presentadas dialogan sobre la formación inicial docente y los
desafíos de los profesores de Religión neófitos o, incluso,
quienes están ad portas
de ejercer la pedagogía.
Estos artículos son “Profesores principiantes de Religión católica: aportes para la formación inicial docente” (Jessica Navarro Navarrete, Efraín Sáez Montero y Daniel San Martín Cantero, Universidad Católica de Temuco); “Valoración de la formación inicial docente y las condiciones que afectan la formación permanente según profesores de Religión chilenos” (Javier Espinoza San Juan y Alejandra Nocetti de la Barra, Universidad Católica de la Santísima Concepción); e “Identidad profesional. Percepción de estudiantes de pedagogía en Religión en Chile” (Mónica Hernández del Campo y Albertina Quezada Bravo, Universidad Católica del Maule). Finalmente, la obra se cierra con un ensayo titulado “El profesor de Religión como agente de cambio: desafíos sociales y eclesiales al perfil de egreso” (Javier Cortés Cortés, Universidad Católica del Norte).
Si bien podría parecer complejo analizar una obra de estas características, es decir, de múltiples autores que se desempeñan en realidades socioculturales, académicas y pedagógicas diversas a lo largo de Chile, resulta interesante descubrir un sinnúmero de elementos universales que unifican a la Educación Religiosa Escolar Católica chilena. Destacan entre ellos: la importancia de la diversidad cultural creciente en nuestra sociedad y la urgencia de dar respuesta a ella desde la asignatura de Religión; los obstáculos que los profesores de Religión encuentran en los establecimientos educacionales, muchas veces propiciados por políticas de Estado, el gobierno de turno o el Ministerio de Educación; la falta de capacitación en la didáctica de la disciplina; la necesidad de formación permanente, tanto en la etapa de pregrado como durante el ejercicio docente; la figura estereotipada y sobreexigida del profesor de Religión a nivel pastoral, personal y ético, entre otros.
Profundizando en la conciencia de esa creciente multiplicidad
cultural, religiosa y social del país, cabe destacar que este es
uno de los motivos que explican la génesis de esta obra y la
mirada diversa y amplia de distintos académicos y académicas de
diferentes universidades del país que aportan, gracias a esa
diversidad, una riqueza única desde sus propias realidades.
Junto con presentar una serie de investigaciones de vanguardia en
torno a la Educación Religiosa Escolar Católica en Chile, este
texto oportuno resulta de gran interés para quienes comienzan a
desempeñarse en este rol y que desconocen las múltiples aristas de
la realidad sociocultural a la que se enfrentarán laboralmente
pues, según constatan algunos de los autores, su formación de
pregrado no les entrega todas las herramientas que necesitarán al
momento de ejercer la docencia. Por su parte, el libro también es
un aporte para quienes llevan años en la educación religiosa, en
el contexto de la imprescindible necesidad de una formación
permanente y sistemática que refresque la didáctica y los
fundamentos pedagógicos en un contexto dinámico y diverso. No solo
es una a contribución para quienes están a diario en el aula, sino
también para toda la comunidad educativa, partiendo por los
directivos que, como queda en evidencia en el segundo texto,
referido al desarrollo de la dimensión espiritual en la enseñanza,
sería necesario que fuera liderado por quien encabeza la escuela,
como lo intentan garantizar los Objetivos de Aprendizaje
Transversales, con una comunidad completa que se sienta
responsable de este proceso de educación integral.
En todo momento se visualiza en esta obra el desafío al que se invita a los profesores de Religión de ser agentes activos dentro de sus comunidades educativas, levantando propuestas interesantes de articulación de esta asignatura con otras, por ejemplo, mediante un trabajo interdisciplinario con Educación Ciudadana, dialogando en torno a la historia y los aportes de la religión en Chile; conociendo, asimismo, el desarrollo de la educación chilena llevada a cabo por los jesuitas; el papel desempeñado por la Iglesia en la defensa de los Derechos Humanos, a través de la Vicaría de la Solidaridad, durante la dictadura militar; o bien, siendo envión a una mirada ética que contribuiría a formar hombres y mujeres que aporten de manera justa a la sociedad; o con el área de Ciencias, iluminando el diálogo fe-razón, entre otra conexiones interdisciplinarias.
Religión católica. Una asignatura con nuevas oportunidades y desafíos a la Educación Religiosa Escolar indica la importancia de levantar investigación en torno al tema, ya que, como manifiestan muchos de los autores del texto, esta área posee poca o casi nula literatura en Chile. Se trata de un libro que comprende una mirada realista del contexto educativo nacional en torno a la clase de Religión, pero además se presenta como un impulso para dar ese paso necesario a su actualización en nuevos escenarios sociales y culturales y, así, otorgarle a la asignatura el lugar central que merece.
Álvaro Almendra Soto
Universidad Católica de Temuco