Revista de Educación Religiosa, volumen III, nº 2, 2024, DOI 10.38123/rer.rer.v3i2.485
Marcia Victoria Pocasangre Fonseca 1
mapocasangre@ucatolica.ac.cr
Universidad Católica de Costa Rica
Resumen
El ser humano, por naturaleza, es un ser espiritual, y esto enriquece su esencia como persona, ser único, pero con múltiples dimensiones. En un contexto de constante cambio social, tanto a nivel local como global, surgen interrogantes existenciales que las personas intentan responder según su inteligencia. Es ahí en donde la educación integral juega un papel importante, tarea que debe ser abordada desde los procesos de enseñanza-aprendizaje, con el fin de trascender en la cotidianidad. Por ello, se propone el desarrollo de la inteligencia espiritual (IES) como un eje transversal en el currículo educativo costarricense, específicamente desde la Educación Religiosa.
Esta asignatura ofrece un espacio de encuentro en el que los estudiantes, a través del proceso educativo, pueden descubrir nuevos horizontes como seres integrales, potenciando sus propias habilidades. La Educación Religiosa atraviesa un nuevo paradigma dentro del sistema público, lo que hace necesario resaltar su importancia en la formación de los estudiantes, independientemente de si son creyentes o no. Enfrentarse a los desafíos de la vida y prepararse para optar por un proyecto de vida requiere, ahora más que nunca, romper con los modelos tradicionales que han encasillado esta asignatura y promover el desarrollo de la inteligencia espiritual como parte de la educación por competencias.
Palabras clave: inteligencia espiritual, Educación Religiosa Escolar, paradigma, competencia espiritual, educación
Abstract
Human beings are spiritual beings by nature, and this enriches their essence as unique human beings, but with multiple dimensions. In the midst of the changing social reality in all areas of local and global life, questions about existence arise that people try to answer according to their intelligence. This is where comprehensive education plays an important role. This task is to be addressed from the teaching-learning processes to transcend everyday life. For this reason, the development of spiritual intelligence is proposed as a transversal axis in the Costa Rican educational curriculum, specifically from the subject of Religious Education, which is a meeting place where the student, through the educational process, sets new horizons as an integral being, improving his or her own abilities. Religious education is experiencing a new paradigm within the public system. It is necessary to emphasize the importance it has in the formation of the student, whether believer or non-believer, who must respond to the demands and challenges of life, preparing to choose a life project, and to achieve this it is urgent to break the traditional and imaginary paradigms in which this subject has remained and to propose the development of IES as part of competency-based education.
Keywords: spiritual intelligence, religious education, paradigm, spiritual competence, education
Ante la realidad cambiante de la sociedad, tanto a nivel nacional como global, que afecta al ser humano como un ser multidimensional que está en constante búsqueda de identidad y de felicidad en su cotidianidad, es necesario plantear espacios en el ámbito educativo que permitan trascender y encontrar respuestas a preguntas existenciales. Estos espacios deben contribuir a la realización plena de la persona, facilitando la construcción de proyectos de vida.
Esta es una tarea que implica ser abordada desde los procesos de enseñanza-aprendizaje. Dentro del currículo educativo costarricense, la asignatura de Educación Religiosa se constituye en ese espacio de encuentro en el que la persona estudiante puede descubrir que es capaz de trascender y plantearse nuevos horizontes como un ser integral.
El objetivo de este trabajo es analizar el desarrollo de la inteligencia espiritual en el nuevo paradigma de la Educación Religiosa en el sistema educativo costarricense, a partir de teorías actuales, documentación existente y la opinión de expertos, con el fin de promover una educación por competencias.
Esto implica romper los paradigmas tradicionales e imaginarios que asocian esta asignatura exclusivamente con creyentes, específicamente en el marco de la confesionalidad católica. Al plantear el desarrollo de la inteligencia espiritual (IES) como un eje transversal en el currículo educativo para una educación por competencias, se propone un nuevo paradigma de Educación Religiosa Escolar (ERE) inclusiva, dirigida a todos los estudiantes, respetando las creencias y valores propios de cada persona. Este enfoque busca preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos de la vida desde una perspectiva integral.
Torralba (2015) señala que Howard Gardner, promotor de las inteligencias múltiples, se refiere a la inteligencia espiritual como
la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos, con respecto a los rasgos existenciales de la condición humana como el significado de la vida, el significado de la muerte y el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la inmersión en un trabajo de arte. (p. 45)
Esta referencia pone a la inteligencia espiritual como esa capacidad que tiene el ser humano para entrar en sí mismo, conocerse y darle un significado a su existencia, afrontando situaciones relacionadas con la vida, la muerte y su realización en el trabajo cotidiano, desde cada experiencia vivida.
Danah Zohar y Ian Marshall (2001) proponen otro concepto de importancia:
Por IES me refiero a la inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores, la inteligencia con que podemos poner nuestros actos y nuestras vidas en un contexto más amplio, más rico y significativo, la inteligencia con que podemos determinar que un curso de acción o un camino vital es más valioso que otro. IES es la base necesaria para el eficaz funcionamiento tanto del CI como de la IE. Es nuestra inteligencia primordial. (p. 19)
Esta definición pone de manifiesto que es una inteligencia vital para la vida de la persona, que la enriquece y da sentido a su existencia desde las decisiones que adopta y las acciones que realiza.
La dimensión espiritual es natural en la persona humana, pero se le ha brindado poca atención a su desarrollo. Al igual que cualquier otra inteligencia, debe ser potenciada si se busca que la persona la desarrolle. El ser humano, al estar tan centrado en sí mismo, a menudo encuentra difícil observar el potencial interior que posee, tanto en él mismo como en los demás, para alcanzar una vida más feliz y con un significado más pleno. Zohar y Marshall (2001) mencionan características que reflejan una alta IES en la persona:
Estas características aportan elementos fundamentales para que la persona sea productiva en todos los contextos en los que se desenvuelve: individual, familiar, laboral y social. Se trata de una persona que ha encontrado un sentido profundo a su vida, enfrentándola con una visión amplia orientada hacia la plenitud y la trascendencia. Esto le permite aportar creatividad y valores tanto a sí misma como a los demás, impactando de manera positiva en su entorno.
El cultivo de la inteligencia espiritual es un proceso que busca dar respuestas a las preguntas fundamentales sobre la existencia, tanto a nivel personal como colectivo. Este proceso invita a las personas a plantearse proyectos de vida desde una comprensión profunda de su realidad y autoconocimiento. Además, pone de relieve las experiencias de vida como base para la toma de decisiones, promoviendo una armonía consigo mismas, con los demás y con el entorno.
Educar en el cultivo de la inteligencia espiritual (IES) es educar para la vida. Estimular esta inteligencia en niños, jóvenes y adultos facilita que desarrollen un potencial que les permita mejorar su entorno vital, reconociéndose como parte integral de él. De esta manera, contribuyen a su realización personal y social en el ciclo de la vida. Isabel Gómez (2014) señala:
La inteligencia espiritual nos abre a la cuestión del sentido, nos permite tomar distancia e identificar los puntos débiles y las fortalezas de nuestra vida. Esto es fundamental para diseñar inteligentemente un proyecto de vida feliz, y se consigue cultivando conjuntamente todas las inteligencias, incluida la espiritual. (p. 29)
La educación de la inteligencia espiritual debe darse en todos los ámbitos, tanto privados como públicos, sin ningún tipo de obstáculo. Para ello, es necesario entenderla como parte de una educación integral. En el contexto de la escuela pública, es urgente romper con los extremos tanto del confesionalismo como del laicismo, ya que ambos, en sus formas más rígidas, afectan negativamente el desarrollo de la dimensión espiritual. Según Torralba (2012), “El confesionalismo sucumbe a un error por exceso de celo y el laicismo excluye, por definición, lo religioso de la esfera educativa, por considerarlo un mal social” (p. 85).
El desarrollo de la IES no afecta las creencias ni los valores de ningún ser humano. Al contrario, la persona que la cultiva se fortalece y educa de manera integral para integrarse a la sociedad de manera responsable y solidaria. En el ámbito educativo, su desarrollo favorece una apertura al diálogo interreligioso para la construcción de una cultura de paz.
Se puede, entonces, hablar de un desarrollo de la inteligencia espiritual que promueva una educación holística, integrada desde los diferentes aprendizajes. Una educación que forme para la vida y desde la vida. Según Torralba, la educación holística debería incluir lo espiritual, no de manera aislada o fragmentada, ya que lo espiritual evoca la identidad más íntima del ser humano. Al verse afectada esta dimensión, se impactan también otras áreas de la existencia personal, lo que refuerza la necesidad de una educación que considere al individuo en su totalidad.
No es extraño que un ser espiritualmente inteligente sea capaz de controlar y dominar sus emociones negativas y tenga, simultáneamente, gran capacidad para el desapego y para la práctica de la benevolencia universal. Estas aptitudes emocionales y sociales no son ajenas a sus prácticas espirituales, a la meditación, a la oración, al silencio, a la contemplación que, con frecuencia, practica. (Torralba, 2012, p. 92)
La educación holística toma como referencia diversos aprendizajes que implican un compromiso basado en la responsabilidad y el respeto hacia los demás. Así se expone en la Figura 1.
Fuente: Elaborado a partir de Torralba (2012).
Educar desde la inteligencia espiritual es educar a la persona en su ser más íntimo, en su capacidad de trascendencia. Una educación que excluya o mutile la dimensión espiritual corre el riesgo de formar individuos limitados a ser máquinas de producción laboral, carentes de una verdadera capacidad para relacionarse de manera plena con los demás. Esto conduce a una sociedad con seres humanos desconectados, con poca consciencia de sus actos y enfocados en intereses egoístas, olvidando el bienestar común.
Ante estos riesgos, surge una pregunta crucial en la coyuntura actual: ¿se está educando de manera armoniosa e integral, o seguimos implementando una educación fragmentada que descuida aspectos esenciales del ser humano?
Mientras prevalezca la idea de que cada profesor educa de manera aislada y exclusiva en su área de conocimiento, la educación continuará fragmentada. Este enfoque perpetúa una distancia entre la teoría y la práctica, impidiendo que se logre una verdadera educación integral y holística. Así, aunque en el discurso se enfatiza que el centro de la educación es la PERSONA, en la realidad esta premisa queda solo en el papel, sin reflejarse plenamente en la práctica educativa.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) contextualiza el concepto de Educación Religiosa Escolar (ERE) a partir de los programas de estudio vigentes en Costa Rica, los cuales se centran en la formación integral de la persona. En este marco, se busca enriquecer el proceso humano y social dentro de un sistema educativo formal, específicamente a través de una asignatura relevante del currículo.
La Educación Religiosa en el sistema educativo es asignatura del plan de estudios y componente importante del currículo educativo; por eso colabora con la formación integral del educando y enriquece los procesos humano y social de nuestra educación, mediante la interpretación cristiana de los aportes de otras disciplinas, al proporcionar elementos específicos de la fe cristiana, al brindar la visión religiosa a los procesos de desarrollo humano y social del educando, y al trascender la esfera de lo científico, social, histórico y cultural a un ámbito religioso, espiritual y ético. (MEP, 2005, p. 7)
Esta definición ilumina el camino pedagógico que debe seguir la asignatura dentro del currículo educativo costarricense, contribuyendo a la formación integral del estudiante en armonía con otras disciplinas enfocadas en el desarrollo humano y social. Además, permite ampliar otros elementos importantes, como la convivencia fraterna, promoviendo la apertura al diálogo ecuménico e interreligioso en una sociedad cultural y religiosamente diversa.
En el campo educativo, las diferentes disciplinas siempre llevan a nuevos conocimientos, que permiten que la persona pueda alcanzar su desarrollo desde la trascendencia. Según Pocasangre y Soto (2016):
Trascender es el movimiento, dinamismo, es ir de lo conocido a lo desconocido, es caminar hacia lo que no se conoce, es moverse a una espera del conocimiento mayor. Trascender tiene conexión con transformar, ya que el trascender requiere cambios, de conocimientos, emocionales, espirituales y, en última instancia, físicos. (p. 63)
Por lo tanto, fortalecer la dimensión espiritual, trascendente y religiosa del ser humano contribuye al desarrollo social y global de la persona, como lo señala Delors (1996) en el informe de la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI:
la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. (p. 8)
La Educación Religiosa Escolar, al igual que otras asignaturas del currículo costarricense, ha experimentado ajustes necesarios en su enfoque curricular. Estos cambios buscan mejorar la calidad de la educación mediante una adaptación significativa de los programas de estudio, de manera que respondan a las necesidades de los estudiantes y se alineen con el entorno en el que se desenvuelven.
Desde 2016, se ha promovido una transformación hacia un enfoque educativo que favorece el trabajo autónomo y el desarrollo de habilidades. En este contexto, la ERE ha adaptado sus programas vigentes para alinearse con el aprendizaje basado en habilidades, que incluye la creatividad e innovación, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, así como la comunicación y la colaboración.
No solo se busca mantener las habilidades a desarrollar a través de los aprendizajes, sino que también se promueve una educación por competencias. En este sentido, la ERE debe adaptarse a este enfoque, orientándose explícitamente al desarrollo de competencias básicas: competencias para la vida, competencia para la ciudadanía responsable y solidaria, y competencia para la empleabilidad digna. Estas competencias tienen su origen en las directrices establecidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Toda transformación curricular puede ser impulsada por diversas razones, entre las cuales se incluyen la necesidad de actualizar el contenido de los programas de estudio, la demanda de una educación más inclusiva y diversa, y la necesidad de formar a los estudiantes en habilidades y competencias relevantes para el mundo laboral y social. Esta necesidad de transformación es fundamental, ya que el ser humano es inherentemente cambiante; por lo tanto, la sociedad también evoluciona, y las estructuras que la sustentan deben adaptarse para responder a esos cambios
De ahí que se busque un relanzamiento de la ERE que busca refrescar su concepto, enfrentando retos ante un nuevo paradigma, para incidir sobre todas las dimensiones humanas. En tal contexto, se propone el desarrollo de la inteligencia espiritual, que facilitará una comprensión profunda del ser y quehacer del estudiante en el proceso educativo sistemático.
El término “paradigma” se refiere a un conjunto de creencias, valores, teorías y prácticas compartidas por una comunidad científica, que proporcionan un marco de referencia para la interpretación y resolución de problemas en un área específica del conocimiento. Este paradigma guía la investigación y el avance del conocimiento en una disciplina hasta que, en algún momento, es sustituido por otro durante lo que se denomina una “revolución científica”.
En La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn (1962) establece que el cambio de paradigma no es una mera revisión o transformación de una teoría aislada, sino que cambia la manera en que se define la terminología, el modo en que los científicos enfocan su objeto de estudio, y acaso más importante aún, el tipo de preguntas consideradas válidas, así como las reglas utilizadas para determinar la verdad de una teoría particular.
En la actualidad, existe una crisis en la que el ser humano busca desesperadamente encontrarse a sí mismo, pero cuanto más se esfuerza en descubrirse, más vacío se siente. En el ámbito espiritual y religioso, esta crisis se manifiesta en una realidad en la que el desinterés y la apatía por lo espiritual y religioso son los mayores desafíos. Ante esta situación, surge la necesidad de replantear el paradigma emergente en la Educación Religiosa Escolar, promoviendo que el estudiante desarrolle su dimensión espiritual, lo cual puede lograrse eficazmente en el ámbito educativo.
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La inteligencia espiritual favorece, en los procesos educativos, la construcción integradora de aprendizajes, habilidades y competencias esenciales para la vida. Como se mencionó anteriormente, la dimensión espiritual es inherente a toda persona, y no se limita únicamente a la práctica religiosa o confesional. Esta dimensión está profundamente conectada con la búsqueda de sentido de la vida y de uno mismo en relación con lo sagrado. Por ello, es crucial establecer una clasificación que permita diferenciar claramente lo que constituye la dimensión espiritual de lo que no lo es:
SÍ ES | NO ES |
---|---|
1. Algo propio de todos los seres humanos. | 1. Algo propio de una o varias religiones. |
2. Desarrolla integralmente al ser humano. | 2. Desarrolla un aspecto del ser humano. |
3. Genera puntos de encuentro entre los diferentes seres y grupos humanos. | 3. Provoca diferencias y conflictos entre diferentes visiones y credos. |
4. Implica reflexión sobre los desafíos y cuestiones referidos al sentido en la vida de las personas. | 4. Implica sobre todo un conjunto de obligaciones y rituales que dan sentido a las creencias o filosofía. |
5. Provoca un posicionamiento o creencia, incluso religiosa, que desarrolla la identidad personal y el autoconocimiento. | 5. Provoca una serie de acciones y decisiones que anulan la identidad personal. |
6. Desarolla y parte de diversas actitudes básicas, como la creatividad, la curiosidad y el interés por el ser humano. | 6. Desarrolla y parte de una serie de hábitos preferentes como la obediencia, la fe ciega y la tradición. |
Fuente: Federación Española de Religiosos de la Enseñanza de la Comunidad de Madrid (2008).
El desarrollo espiritual en los procesos educativos, especialmente en la Educación Religiosa Escolar, es esencial en todas las etapas de la vida, ya que contribuye significativamente a otras áreas del aprendizaje. Este desarrollo fomenta el ejercicio de la imaginación, la curiosidad, la percepción y la intuición, lo que enriquece el interés por aprender. Además, potencia la capacidad del estudiante para comprender a los demás, haciéndolo más sensible a la belleza del mundo y a la realidad cultural y social que lo rodea.
El desarrollo de la inteligencia espiritual potencia la competencia espiritual en el estudiante, entendida como la capacidad de conectarse y comprender su propia espiritualidad. Esto implica la habilidad de reflexionar sobre las preguntas fundamentales de la vida, como el propósito y el significado de la existencia. Además, la competencia espiritual permite vivir en armonía con los demás y con el entorno natural, y desarrollar una conciencia de la interconexión de todas las cosas. Esto lleva a una apreciación de la diversidad y la capacidad de aceptar y comprender las creencias y prácticas espirituales de los demás.
1. Autoconocimiento, necesidad del sentido y opción vital radical. | La educación para descubrir la propia necesidad de sentido para saber ¿qué hacer?, ¿qué pensar? y ¿qué sentir? |
2. La identificación de los valores. | El descubrimiento de los propios valores: ¿qué es lo más importante para mí?, ¿a qué se debe? ¿qué fundamento tiene?, ¿qué es lo más importante para los que me rodean?, ¿qué quiso trasmitirme mi familia como muy importante para ellos?, ¿y la sociedad?, ¿y las creencias en mi entorno, en mi religión? |
3. Los relatos unificadores y utópicos. | Filosofías totalizadoras que ayudan a comprender o a construir una imagen unificada e integrada de la historia de la humanidad. |
4. El sentido de pertenencia. | Atraviesa la barrera del yo y de la autosuficiencia: la experiencia de la vida común late en todo. Respeta la soledad, pero rompe el aislamiento. |
5. Las preguntas y respuestas desde la filosofía y las religiones. | Que todas ellas tengan especial preocupación en estas cuestiones no significa que todas sean iguales, ni que sus respuestas tengan la misma validez. Que todas ellas tengan vocación de autenticidad es lo natural y lógico, buscando puntos en común. |
6. La admiración y el compromiso con la naturaleza: belleza y ecología. | Contemplar la belleza de la naturaleza abre nuestro espíritu para comprender el misterio de la existencia humana. La comprensión de estos valores ayuda a sumergirnos en un mundo espiritual que permite trascender y equilibrar los aspectos fundamentales del ser humano. |
7. La contemplación. | Exige una actitud interior de paz y de recogimiento profundo. Implica que la atención esté centrada totalmente, sin distracción alguna. Al alcanzar ese estado de simple atención, el contemplativo trasciende las apariencias para entrar en comunión con el misterio de las cosas, de un ser trascendente o de la persona, misterios que se revelan a medida que su contemplación adquiere mayor profundidad. |
Fuente: Federación Española de Religiosos de la Enseñanza de la Comunidad de Madrid (2008).
En el sistema educativo, es crucial que los estudiantes desarrollen la competencia espiritual para que puedan reconocer el valor de su propia existencia y ser capaces de experimentar e identificar sensaciones de asombro, misterio y reflexión. Esto les ayuda a descubrir quiénes son y cuál es su misión en la vida, brindando un sentido profundo a su existencia. Además, fomenta el desarrollo de un autoconocimiento positivo y dinámico que responde a las demandas y desafíos de la sociedad actual.
La competencia espiritual permite a los estudiantes identificar, explorar y elegir sus propios valores, al mismo tiempo que comprenden los valores de los demás dentro del contexto de la familia, la comunidad y la sociedad a la que pertenecen. Este desarrollo no implica una formación confesional, ya que las etapas más profundas de la competencia espiritual pertenecen a la formación religiosa personal, algo que no se aplica en el contexto de la ERE en un sistema educativo público.
Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes consultadas
La Educación Religiosa Escolar, al ser una asignatura básica en el currículo educativo, proporciona un espacio privilegiado para el desarrollo integral de los estudiantes, incluyendo la competencia espiritual. No solo permite al estudiante acercarse a su realidad como ser humano, sino también le brinda la oportunidad de expresar y reflexionar sobre sus vivencias para crecer como persona, favoreciendo el autoconocimiento y el amor propio sin prejuicios. En este espacio de reflexión, se integran de manera armónica los cuatro pilares fundamentales de la educación: “saber ser”, “saber saber”, “saber hacer” y el “saber convivir”. En una sola asignatura, todos esos saberes enriquecen el proceso de enseñanza para la vida y la realización plena.
La ERE capacita a la persona estudiante para conocer sus creencias, pero también para aceptar las de los demás y para un diálogo fraterno en la construcción de un ambiente de armonía y de responsabilidad. Asimismo, permite dar respuesta a preguntas existenciales: ¿para qué estoy aquí? ¿Cuál es mi misión? ¿Para qué me sirve este aprendizaje? Además, fomenta desde los cursos más pequeños la capacidad de disfrutar los momentos con asombro, ayudando a los estudiantes a caminar día a día con una actitud de apertura y gratitud, lo que contribuye a su bienestar emocional y espiritual.
Desarrollar la competencia espiritual como una habilidad fundamental en el sistema educativo ofrece la oportunidad de trabajar de manera integral y holística en el proceso de enseñanza-aprendizaje, contribuyendo así a la realización plena del estudiante. Este enfoque no solo facilita su crecimiento en el ámbito espiritual o como ser creyente, sino que también permite integrar esta dimensión en todas las asignaturas del currículo. De esta manera, el estudiante se siente conectado con un todo, reconociendo la interrelación entre sus aprendizajes y su desarrollo personal.
Se estaría promoviendo una educación integral en la que la ERE aporta un valor añadido a la formación del estudiante, permitiéndole desarrollarse en diversas áreas. Esto otorga sentido a su existencia y busca la trascendencia en la cotidianidad, habilitándolo para enfrentar los retos actuales, tanto a nivel individual como colectivo. La formación se llevaría a cabo de manera interdisciplinaria, fomentando un aprendizaje significativo para la vida y desde la vida, como se ilustra en la figura 3.
Como graficamos en esta figura, el desarrollo de la inteligencia espiritual contribuye a otras disciplinas del currículo. Este enfoque no solo abarca la dimensión cognitiva del estudiante, sino que también educa y fortalece todas las demás dimensiones de su ser. Un estudiante bien desarrollado espiritualmente se interesará por su propia historia y la de sus pueblos originarios, así como por hacer valer sus derechos humanos y asumir un compromiso como ciudadano (Estudios Sociales y Cívica).
Además, mostrará un mayor compromiso con su autocuidado, valorando su cuerpo y cuidando del planeta como parte de un ecosistema (Ciencias). Aprenderá a resolver problemas fundamentales de la vida, abordando desde lo más sencillo hasta lo más complejo (Matemáticas). También se expresará a través de la creación de textos e historias, desarrollando su capacidad de comunicación de manera libre y espontánea (Lingüística). Por último, cultivará habilidades como el trabajo en equipo, la sana competencia (Educación Física) y el descubrimiento de talentos artísticos como la pintura, el baile y el canto, que le permitirán manifestar su interior o espiritualidad en la cotidianidad.
Plantear la IES en un nuevo paradigma para la ERE abre un amplio panorama de la riqueza que aporta esta asignatura al currículo educativo, y de todos los elementos que puede brindar al trabajo integrado con otras asignaturas para la formación global de la persona estudiante. De ahí que se hace necesario hacer una teorización sobre los aportes de la educación por competencias a partir de los contenidos generales de los programas de estudio de la ERE. Esta teorización debe responder a los intereses y necesidades actuales, sin perder de vista la esencia de la asignatura en el contexto educativo costarricense. Es una asignatura que aporta esperanza y fraternidad en medio de una realidad marcada por el vacío y el individualismo que enfrenta la persona humana, y que se desarrolla en contextos personales, familiares, comunitarios y sociales.
Es fundamental no limitar la IES a una única competencia centrada en la dimensión espiritual o religiosa. Aunque puede entenderse como relevante para el ámbito laboral o productivo, es esencial formar en esta área de manera integral, ya que responde a la existencia misma y permite la integración de todos los aprendizajes y saberes del ser humano en la educación formal.
En la práctica, el desarrollo de esta inteligencia en la clase de ERE puede cultivarse de manera que se genere un encuentro en donde la persona estudiante se sienta con la libertad de integrar actividades y contenidos que promuevan la reflexión sobre el propósito de la vida, la ética y los valores personales independientemente de su cultura o credo religioso. Por ejemplo:
El desarrollo de esta inteligencia como un eje trasversal en el currículo educativo costarricense permitiría ir perfilando un estudiante que finalice su proceso educativo formal con las siguientes competencias:
Para alcanzar estos objetivos, también es fundamental el rol del docente de ERE, quien debe estar en constante formación académica y tener un conocimiento amplio en diversas áreas de la ciencia. Este docente debe poseer una conciencia humana profunda, compromiso con la proyección social, y una apertura hacia las diferentes creencias religiosas, practicando empatía y promoviendo el bienestar integral de sus estudiantes. Además, debe ser creativo y dinámico, capaz de identificar las necesidades e intereses de los estudiantes para guiarlos hacia aprendizajes significativos que los preparen para enfrentar desafíos como la depresión, la discriminación social o cultural, la baja autoestima, la convivencia sana y el respeto a la diversidad.
Cabe mencionar que este documento nace de una investigación cualitativa realizada por la autora. El enfoque cualitativo, según Hernández et al. (2014), se define como aquel que “utiliza la recolección de datos para definir o afinar preguntas de investigación o revelar nuevas interrogantes en el proceso de interpretación” (p. 7).
El diseño utilizado es el de teoría fundamentada, la cual, según los mismos autores, implica que “el investigador produce una explicación general o teoría con respecto a un fenómeno, proceso, acción o interacciones que se aplican a un contexto concreto y desde la perspectiva de diversos participantes” (p. 472)
Para las categorías de análisis, los instrumentos utilizados incluyeron la recolección de datos mediante la revisión de documentos o fuentes bibliográficas, el grupo focal y la entrevista estructurada, permitiendo mayor espacio y libertad para que tanto el entrevistado como el entrevistador se expresaran.
Una vez obtenida la información, esta se procesó mediante la interpretación y valoración de las opiniones y aportes brindados en las entrevistas y el grupo focal, utilizando el método de triangulación. En este trabajo, las conclusiones se definen a partir de los datos obtenidos, representados en figuras que muestran la información recolectada para cada una de las categorías de investigación.
Es importante señalar que, para este análisis, se examinaron las preguntas más relevantes y pertinentes para reflexionar sobre el aporte del desarrollo de la IES en el nuevo paradigma de la ERE. Las preguntas de análisis se reflejan en cada figura de los resultados obtenidos.
Las personas participantes fueron seleccionadas por conveniencia, dado que son expertas en el campo educativo, tanto a nivel nacional como internacional, en los temas de Educación Religiosa Escolar e inteligencia espiritual. La recolección de información se llevó a cabo a través de entrevistas semiestructuradas, realizadas mediante plataformas como Zoom o Teams. Además, se obtuvo información adicional a través de un grupo focal que involucró a académicos universitarios, brindando una visión más amplia y enriquecedora para el análisis. En la Tabla 3 se ofrece información de los participantes.
Participantes | Cantidad |
---|---|
Docentes de Educación Religiosa Escolar | 5 |
Exdirector del Departamento de Educación Religiosa | 1 |
Asesores Nacionales del Departamento de Educación Religiosa | 1 |
Académicos universitarios | 4 |
Expertos internacionales | 4 |
Total | 15 |
Una vez obtenida la información, esta se procesó mediante la interpretación y valoración de las opiniones recogidas en las entrevistas y en el grupo focal, utilizando tópicos específicos para realizar la triangulación. En este trabajo, se presentarán algunas de las imágenes derivadas de dicho análisis, organizadas según las categorías de investigación establecidas.
Es importante señalar que a los participantes se les solicitó su consentimiento para grabar sus intervenciones y exponer sus aportes de manera escrita. Para garantizar su confidencialidad, se asignó un código aleatorio a cada uno con el fin de no revelar su identidad. Por ejemplo: "experto nacional 1", "experto internacional 1", "docente 1".
En este apartado se presentan algunos resultados generales de la investigación de acuerdo con las categorías establecidas a partir de la información obtenida por medio de los diversos instrumentos aplicados a los participantes. Se procedió a sistematizar la información por medio de cuadros de análisis y figuras, pero en este texto, a continuación, se expondrán únicamente algunas de las figuras de importancia.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
De acuerdo con la Figura 4, el análisis de la documentación existente indica que el desarrollo de la inteligencia espiritual es clave para la persona. Esto se refleja en los círculos internos de la figura, que destacan varios aspectos esenciales, ya que la IES impulsa la búsqueda de sentido en la vida y fomenta la realización de nuevos proyectos.
Las flechas que rodean el esquema de círculos grafican las opiniones que brindan los expertos sobre los aportes de la IES en los procesos educativos. Se resalta que esta inteligencia permite un renovado acceso a lo religioso, es decir, atraviesa todas las áreas del conocimiento ya que aporta un sentido a la existencia misma. Es una búsqueda de integración y permite la capacidad de elegir, de relacionarse consigo mismo ante las situaciones de la vida.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
En la Figura 5 se grafica cómo los aportes de los expertos se alinean con los códigos preexistentes que destacan la relevancia de la ERE en el desarrollo humano y social, así como su capacidad para penetrar el ámbito cultural, es decir, incide sobre la persona de modo integral. Los expertos coinciden en que la ERE no debe limitarse a un conocimiento teórico, sino que debe ser comprendida como un espacio que fomenta las relaciones interpersonales y, en particular, la relación religiosa y espiritual del sujeto.
Asimismo, se subraya la importancia de que la ERE se preocupe por las realidades personales de cada estudiante, adaptándose a sus necesidades y circunstancias.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
La Figura 6 refleja la opinión de los expertos en relación con el paradigma actual de la ERE, que aún se percibe, en muchos sectores, como una formación exclusivamente dirigida a creyentes católicos. Este imaginario persiste a pesar de ser una minoría dentro de la sociedad actual, y genera una fuerte resistencia a la aceptación de la asignatura. Se sigue confundiendo la ERE con la catequesis o la formación doctrinal asociada a la educación eclesial. Una de las razones detrás de esta percepción errónea es el desconocimiento del verdadero contenido del programa de estudio o, en otros casos, el desinterés por fomentar la formación en la dimensión espiritual, que debería ser vista como esencial en el desarrollo integral de las personas, más allá de las creencias religiosas específicas.
En Costa Rica, la ERE pública es laica, lo que permite que sea para todos, sin hacer diferenciación de credos o prácticas religiosas. El Estado es responsable de elaborar el programa de estudios, y la ERE se rige bajo las mismas normas que cualquier otra asignatura dentro del currículo educativo. Actualmente, la ERE ofrece una formación integral que fomenta valores religiosos, espirituales y trascendentes, y se orienta a enseñar a los estudiantes a vivir en armonía, respetando las identidades particulares de cada individuo, y promoviendo una cultura de paz que valora las diferencias y la diversidad.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
La Figura 7 refleja cómo el desarrollo de la inteligencia espiritual en el ámbito de la ERE contribuye a generar cambios significativos en los estudiantes. Los entrevistados coinciden en que la IES ofrece herramientas valiosas para enfrentar problemas existenciales, promoviendo una educación en que los estudiantes pueden encontrar modelos y soluciones que les permitan clarificar su propósito de vida, facilitando la construcción de proyectos de vida que doten de sentido su existencia, lo cual es un aporte clave de la ERE en los procesos educativos.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
La Figura 8 grafica la opinión de los expertos entrevistados, quienes coinciden en que la falta de desarrollo espiritual puede limitar la capacidad de una persona para vivir en la diversidad religiosa. Sin este desarrollo, se dificulta la búsqueda de sentido en la vida, la capacidad de replantearse proyectos y generar un cambio en relación con los demás. Decrece también la capacidad de aceptación del otro, el diálogo interreligioso y cultural, y la posibilidad de trascender desde las creencias y valores propios, así como de sensibilizarse ante las injusticias y sufrimientos de la humanidad.
Al no desarrollarse o cultivarse la IES en los procesos educativos, se pueden generar impactos negativos en la toma de decisiones y en la búsqueda de trascendencia de los estudiantes. Esto afecta directamente el sentido de la vida, lo que puede llevar a situaciones de desesperación o desesperanza.
Fuente: Elaboración basada en la información recopilada en los instrumentos de investigación.
La Figura 9 muestra que, según los expertos entrevistados, el desarrollo de la IES en la educación permite que el estudiante, al finalizar su proceso de enseñanza-aprendizaje integral, adquiera un perfil de salida que lo capacite para desenvolverse de manera responsable y equilibrada en los diferentes ámbitos de relación, como la familia y la sociedad. Este desarrollo le facilita tomar decisiones conscientes y le ayuda en la búsqueda de un proyecto de vida personal y comunitario, fomentando una identidad ciudadana comprometida con el bienestar social y el “bien vivir”.
Como conclusión de la categoría de inteligencia espiritual, se deduce que la espiritualidad es inherente a cada ser humano, independientemente de sus creencias religiosas. En el contexto contemporáneo, los códigos de religiosidad o espiritualidad a menudo se limitan a prácticas o creencias que no contribuyen plenamente al desarrollo humano integral. Esta limitación afecta la realización personal. Al cultivar la dimensión espiritual, la persona logra con más facilidad darle sentido a su vida, enfrentando una realidad que puede parecer oscura y desesperanzada, con el objetivo de construir un proyecto de vida significativo.
El desarrollo de la inteligencia espiritual dentro del currículo educativo costarricense permite un renovado acceso a lo religioso y debe atravesar todas las áreas del conocimiento, ya que aporta un sentido a la existencia del estudiante, estimula su integración a la comunidad y desarrolla su capacidad de elegir, de relacionarse consigo mismo y con los demás en la experiencia cotidiana.
En cuanto a la categoría de Educación Religiosa, se concluye que el contexto actual de la ERE sigue condicionado por un imaginario que no permite entender su verdadera esencia. La Educación Religiosa es una asignatura centrada en la enseñanza cristiana que busca humanizar y personalizar a través de la aceptación de la diversidad religiosa y cultural.
Para cambiar la percepción tradicional de la ERE es necesario trabajar desde dentro del sistema educativo, demostrando que educar en la dimensión espiritual responde a los fines de la educación costarricense. Es urgente visibilizar su importancia en un sistema que busca colocar a la persona como el centro de los procesos educativos, respetando la libertad de credo y promoviendo el desarrollo integral del estudiante.
En la categoría del nuevo paradigma de la ERE, se concluye que integrar la inteligencia espiritual dentro de la educación religiosa requiere una serie de cambios que tomarán tiempo. Esto implica desde la actualización y mejor fundamentación teórica de los programas de estudio hasta la formación docente, de modo que los educadores puedan transformar sus aulas en espacios de diálogo y encuentro, tanto interior como exteriormente. En este contexto, el objetivo es ayudar a los estudiantes a descubrir las competencias necesarias para la vida, sin importar su creencia o práctica religiosa. Incluso, podría ser necesario un cambio en el nombre de la asignatura para eliminar los imaginarios y prejuicios que todavía persisten sobre su contenido y propósito.
El perfil de salida del estudiante, desde una educación integral, estaría caracterizado por el desarrollo de competencias tanto básicas como específicas que le permitan formar parte activa y consciente de la sociedad. Esto implica reconocer y respetar sus propias creencias, valores y principios religiosos, integrados en una formación de calidad. A través de la construcción de su propio proceso de aprendizaje y el desarrollo de su dimensión espiritual, en conjunto con otras áreas del saber, se logra una educación que capacita al estudiante para desenvolverse de manera competente en los diferentes ámbitos de su vida.
Desde el nuevo paradigma de la ERE, es esencial replantear el rol del docente de Educación Religiosa. Este docente debe estar en constante formación académica, no solo en temas religiosos, sino también en diversas áreas de la ciencia y otras disciplinas del conocimiento. Además, debe poseer una conciencia humana profunda y un compromiso con la proyección social, siendo capaz de integrar lo espiritual en su enseñanza. Es fundamental que sea una persona con una espiritualidad propia, abierta a compartir, comprender y respetar las creencias de los demás, con empatía y una disposición al diálogo interreligioso y cultural.
Una proyección a toda la sociedad sobre la verdadera naturaleza de la ERE sería clave para cambiar percepciones erróneas. Esto podría lograrse mediante campañas de sensibilización que destaquen la importancia de la ERE en el currículo educativo, subrayando su papel en la formación integral de los estudiantes. Estas campañas deberían enfocarse en comunicar cómo la ERE no solo aborda lo espiritual y religioso, sino que también contribuye a la formación de ciudadanos responsables, con valores sólidos y capacidad para convivir respetuosamente en una sociedad diversa.
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