Revista de Educación Religiosa, Volumen II, Nº 1, 2020, DOI 10.38123/rer.v2i1.46/

Ecoteología para la práctica pedagógica: una estrategia para retornar al origen del ser

Sylvia Maldonado-Cisterna1
Colegio Carolina Llona
Chile

Luis Serrano Aldana2
Laboratorio de Antropología Social y Cultural (LASyC), Universidad del Zulia, Venezuela

Introducción

Recientemente, el Instituto Escuela de la Fe de la Universidad Finis Terrae, la Vicaría de Pastoral Social Cáritas y la Vicaria para la Educación del Arzobispado de Santiago unieron sus esfuerzos para generar un espacio formativo de reflexión, investigación-acción y transferencia pedagógica sobre la indagación y recontextualización de los saberes de orden cognitivo, ético, pedagógico, didáctico y disciplinar en el contexto sociocultural de la ecoteología. A partir de esa iniciativa interinstitucional, surgió la decisión de ofrecer un diplomado para profesores de Religión, con el fin de fomentar la toma de conciencia de la responsabilidad ecológica ante los desafíos de la necesidad de recursos y el cuidado del medioambiente (Gómez et al., 2019). Todo esto en forma dinámica y pedagógica desde la dimensión social de la ecología a la luz de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco sobre “el cuidado de la casa común” (2015). Ya el título de esta bella encíclica revela la intencionalidad-autoconciencia central que se mostrará a lo largo del texto. “Alabado seas, mi Señor, cantaba San Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos…” (LS, #1).

Después de constatar, en la primera parte de la encíclica, los graves signos del deterioro ambiental y desequilibrios que se observan en la contaminación atmosférica, en el calentamiento global, en el acceso al agua potable, en la contaminación de los océanos, en la destrucción sin precedentes de ecosistemas y atentados a la biodiversidad (LS, #17-61), el Papa concluye que es evidente el gran detrimento de la casa común, de la hermana tierra (Parra, 2015). En este sentido, señala que:

Hoy esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que ‘gime y sufre dolores de parto’ (Rm 8:22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2:27). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura (LS, #2).

Por consiguiente, la ecología integral debe constituir uno de los ejes centrales de la dimensión formadora que debe insertarse transversalmente en el currículo de la formación docente para que promueva la investigación-acción y la práctica pedagógica, de modo tal que permita la transposición didáctica, es decir “el proceso por el cual se modifica un contenido de saber para adaptarlo a su enseñanza. De esta manera, el saber sabio es transformado en saber enseñado, adecuado al nivel del estudiante” (Chevallard, 1998, p. 45).

En este contexto, la ecoteología es comprendida como una forma de teología constructiva que se enfoca en las interrelaciones de la religión y la naturaleza, particularmente a la luz de las preocupaciones ambientales recogidas por la Iglesia Católica. Esta concepción de ecoteología parte de la premisa de que existe una relación entre la cosmovisión cristiana y la degradación, restauración y preservación de la naturaleza. En este sentido, se explora la interacción entre los valores ecológicos, como la sostenibilidad, y su relación con la dominación humana de la naturaleza.

La creciente conciencia de la crisis ambiental ha llevado a una reflexión religiosa generalizada sobre la relación humana con la tierra. Tal reflexión tiene fuertes precedentes en la mayoría de las tradiciones religiosas, en los ámbitos de la ética y la cosmología. Es importante tener en cuenta que la ecoteología explora la relación entre religión y naturaleza no solo en términos de degradación del ambiente, sino también en cuanto gestión del ecosistema en general. Específicamente, la ecoteología busca no solo identificar problemas importantes en la relación entre la naturaleza y la religión, sino también formular posibles soluciones. Esto es de particular importancia puesto que muchos partidarios y contribuyentes de la ecoteología argumentan que la ciencia y la educación simplemente no son suficientes para inspirar el cambio necesario en nuestra actual crisis ambiental (Guridi, 2018).

El estudio de la ecología no se reduce a su dimensión medioambiental, a los desafíos que enfrentamos, como el calentamiento global y el cambio climático, sino que también existe una dimensión social que implica el análisis del modo como interactuamos entre nosotros; una dimensión personal de la ecología, que se refleja en la manera como cada ser humano habita el mundo y hace uso de los recursos naturales.

El movimiento de la ecoteología, por su parte, ha producido numerosos proyectos religioso-ambientales en todo el mundo, y en este contexto se inserta el Diplomado en Ecoteología y Práctica Pedagógica ofrecido por la Universidad Finis Terrae (2019), el cual centra su atención en la ecología desde una perspectiva global, que plantea una interrogante: ¿Cómo nos representamos nosotros habitando el mundo, y cómo se traduce esa manera de imaginarnos en cuestiones prácticas y en nuestro estilo de vivir día a día? Por lo cual, se hace necesario profundizar la reflexión docente sobre los desafíos sociales y medioambientales de la creación del ser humano como imagen y semejanza de Dios, desde el contexto de la crisis ecológica (Guridi, 2018).

Esta propuesta es parte de un camino que busca que los profesores de Religión al servicio de las comunidades escolares de la Arquidiócesis de Santiago sean protagonistas de sus procesos formativos, y supone preparar a los docentes desde una ecología integral fundamentada en la tradición propia de la teología cristiana, con una visión globalizante, que no queda reducida a problemáticas medioambientales específicas, sino que incorpora problemas sociales. Todo planteamiento medioambiental es necesariamente un planteamiento social. Por tanto, no existe ecología sin una adecuada antropología, es decir, una manera de pensar al ser humano habitando el mundo (Guridi, 2018). Su finalidad es que cada docente se transforme en un agente multiplicador para el cambio y redescubra, en su servicio, una opción profunda de compromiso con el Reino de Dios y sus valores fundamentales.

En este artículo se presentan los resultados de uno de los proyectos de intervención educativa desarrollados en el marco del Diplomado Ecoteología y Práctica Pedagógica, con el propósito de contribuir en la formación continua de los profesores de Religión, y coadyuvar en el fortalecimiento del aprendizaje de las clases de Religión y el fomento de la espiritualidad en las comunidades escolares (Gómez et al., 2019).

A través de la observación de la problemática ecológica identificada en el colegio San Nicolás de Maipú, se analizaron un conjunto de variables que conllevaron la elaboración de un proyecto de intervención pedagógica en el aula que buscaba, principalmente, una solución para potenciar el cuidado ecológico del espacio educativo y promover la participación activa de toda la comunidad en pos de esta tarea; todo esto con la intención de fomentar el pensamiento ecológico de los estudiantes del colegio.

En consecuencia, daremos cuenta de la experiencia de intervención educativa sobre la elaboración y mantenimiento de un jardín medicinal, basada en la ecoteología, a partir del diseño metodológico de la investigación y acción participativa; su implementación, seguimiento y evaluación, en un proyecto que involucró a la comunidad del colegio San Nicolás de Maipú, y que pretende dar respuesta a algunas interrogantes sobre los problemas socioeducativos de la crisis ecológica, todo esto como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser.

En este sentido, el artículo se ha estructurado en cuatro partes: en la primera parte se presenta la descripción del contexto, el escenario, justificación y objetivos del proyecto de intervención; en la segunda, se describe el marco teórico-metodológico, asumido desde el enfoque cualitativo, basado en el método de la investigación-acción participativa, para abordar el estudio de la práctica pedagógica y la dimensión social de la ecoteología, con la finalidad de analizar la crisis ecológica a la luz de la encíclica Laudato si’; en la tercera parte se presenta el desarrollo del proyecto de intervención, consistente en la descripción, contextualización, diagnóstico situacional, plan de acción, seguimiento y evaluación de esta intervención; finalmente, en la cuarta parte se presentan las reflexiones finales y se sintetizan los aprendizajes construidos durante esta experiencia, que dan cuenta de la intervención educativa realizada, con la finalidad de fomentar iniciativas similares desde la política educativa, la gestión escolar, la gestión del aula y la educación religiosa.

1. Descripción del contexto

El lugar donde se ejecutó el proyecto fue el colegio particular San Nicolás, ubicado en la calle Mateo de Toro y Zambrano n.° 3016, comuna de Maipú, Región Metropolitana de Santiago de Chile. Este establecimiento educacional se declara católico desde el año 2019, ya que anteriormente era un colegio laico de inspiración católica, por lo que el proceso de enseñanza-aprendizaje se fundaba solo en valores humanistas. El colegio comenzó su servicio en 1999, con una pequeña comunidad escolar conformada por un 1º básico, que a lo largo de los años ha ido creciendo y consolidándose hasta llegar a contar con todos los niveles de educación científico-humanista desde prekínder hasta IV año de Educación Media. Esta iniciativa, impulsada por una familia de Maipú, se propuso responder a una necesidad de la comuna y sus alrededores, por lo que fue creciendo en alumnos, cursos, infraestructura y profesores, hasta lograr su primera promoción de IV medio en 2010.

Algunos hitos clave en estos años han sido la expansión de la infraestructura, la certificación ambiental, la incorporación a la red de colegios católicos Gestora Educacional, la apertura de jornada extendida como alternativa para las familias que requieren dejar a sus hijos hasta más tarde en el colegio y la conformación del área de formación.

El colegio San Nicolás cuenta con áreas verdes que son apropiadas para que los estudiantes tengan la oportunidad de fomentar la conciencia ecológica que les permita cultivar los principios de la fe cristiana y comprender el origen del ser humano a través del contacto con la naturaleza. Asimismo, el establecimiento cuenta con diferentes espacios que facilitan la transposición didáctica para la implementación del proyecto de intervención, lo que contribuye a utilizar estos espacios ecológicos como ambientes para las clases de Religión; y reflexionar sobre lo que puede aportar nuestra tradición religiosa respecto de la crisis ecológica.

1.1. Justificación

Ante la problemática de la crisis ecológica y el valor de la ecoteología como una estrategia pedagógica para fomentar el cuidado de la naturaleza, regresar al origen del ser humano y reflexionar sobre la necesidad de fortalecer el vínculo con Dios creador, se hace imprescindible usar los espacios ecológicos del colegio para una intervención pedagógica orientada a alcanzar un aprendizaje significativo en el trabajo con la tierra, mediante la elaboración de un jardín medicinal, para el bienestar de la comunidad educativa; especialmente, para aquellos estudiantes que presenten síntomas como dolor estomacal, dolor de cabeza, y para las niñas cuando están en su período premenstrual y en los momentos de mayor tensión debido a las exigencias que tienen jóvenes y niños al momento de enfrentar alguna situación de estrés, circunstancias relacionadas con el trabajo en equipo, la solidaridad, la empatía; siendo estos últimos valores propios de los contenidos curriculares de la asignatura de Religión.

Dios ha creado libremente y por amor este mundo que estamos llamados a habitar y a cuidar. Dios ha creado los cielos “con inteligencia” (Jr 10:12; Sal 136:5) y la tierra “para ser habitada”, nos dice Isaías (Is 45:18). Es más, todo lo creado es bueno, muy bueno: Dios vio lo que ha creado y “he aquí que estaba muy bien” (cf. Gn 1:31); el relato sacerdotal reitera siete veces la bondad de la creación (Gn 1:4.10.12.18.21.25.31), expresando así su profunda convicción teológica.

La tierra es un don, un regalo de Dios. Si somos criaturas, nuestra propia existencia tiene su razón de ser en un acto gratuito y amoroso de Dios. Existimos por gracia de Dios, el mundo es y existe por gracia. La totalidad es don divino y solo caben el asombro y el agradecimiento por la vida como un regalo del Padre creador. Si somos creados, somos seres finitos y limitados, ciertamente: “No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada” (LS, #67).

Por consiguiente, para el cristiano todo lo que existe fue creado por Dios para el bienestar del ser humano. No obstante, determinadas interpretaciones bíblicas habrían contribuido a justificar la crisis ecológica, legitimando el dominio irresponsable del ser humano sobre el uso de la tierra (Parra, 2015). Asumiendo esta crítica, el Papa Francisco señala que:

Si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás criaturas. Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a “labrar y cuidar” el jardín del mundo (cf. Gn 2:15). Mientras ‘labrar’ significa cultivar, arar o trabajar, ‘cuidar’ significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza. Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras (LS, #67).

En tal sentido, no somos dueños de la tierra, estamos llamados a administrar un regalo que hemos recibido, que nos ha sido dado para habitar y compartir responsablemente con todas las criaturas: “La tierra es del Señor” (Sal 24:1, cf. Dt 10:14; Lv 25:23) (LS, #67). Por todo lo expuesto, sin duda alguna la fe bíblica contiene una riqueza insondable para comprender el mundo y la naturaleza. El antiguo concepto “creación” tiene muchísimo que aportar al actual debate en torno a la crisis ecológica que afecta a nuestro entorno vital, y a nosotros mismos (Parra, 2015).

En este contexto es necesario tomar en consideración que el nuevo programa de Educación Religiosa Escolar Católica, establece que:

La clase de Religión, inserta en el currículo como una asignatura con las mismas exigencias que las demás, aporta una visión del ser humano que lo relaciona con lo trascendente. Esta conexión se logra a través del desarrollo de una mirada profunda sobre todo lo que es posible conocer y que permite hacerse preguntas acerca del sentido del origen, existencia y fin de la vida humana, y de su responsabilidad respecto al presente histórico y de su orientación hacia el futuro (Vargas, 2020).

Por tanto, es indispensable abordar la problemática ecológica como una nueva forma de relacionarse con el entorno, como una necesidad de desarrollar la cultura y la educación, tal como lo refiere Franchi (2016): “Más recientemente, el Papa emérito Benedicto XVI empleó el ‘humanismo integral’ como un lente a través del cual evaluar una amplia gama de desarrollos culturales y educativos” (p. 5).

De esta manera, esta propuesta de intervención, además de abordar la ecoteología para la práctica pedagógica como una estrategia para retornar al origen del ser, incluyó el aspecto relacionado con la cultura de los estudiantes a fin promover una nueva mirada hacia la humanidad como creación de Dios y sentir que todo lo existente es su creación: “En el principio Dios creó el cielo y la tierra y todo lo que en ella existe” (Gn 1:1-2).

El proyecto de intervención educativa desarrollado estuvo orientado hacia la elaboración de un jardín que contempló plantas medicinales, tales como manzanilla, menta, laurel y lavanda, con la intención de aliviar los síntomas descritos anteriormente, además de fomentar el trabajo en equipo, pero sobre todo que los estudiantes comprendieran que el ser humano tiene la necesidad de volver a su origen, es decir retomar el “vínculo con la naturaleza, con ese equilibrio a veces quebrado por nuestras prácticas diarias” (Sánchez, 2019); asimismo, para que comprendieran que todo lo que existe en el cielo y la tierra, incluyéndose ellos mismos, son creados por Dios, que el ser humano está puesto en la tierra para ser un representante de Dios, y como representante debemos cuidar y proteger la creación.

En consecuencia se elaboró el proyecto ecológico para la intervención pedagógica en el aula llamado: Mi colegio, un jardín de semillas que dan frutos de bienestar y me vuelven al origen de mi ser, iniciativa que surgió ante la necesidad de reflexionar en torno a la interrogante: ¿Porque el ser humano con el pasar de los años olvidó la importancia del cuidado de la naturaleza? En este sentido, el Papa Francisco, en la encíclica Laudato si’ (2015), nos orienta en la respuesta al afirmar que: “En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura” (LS, #19); por lo tanto este proyecto vincula al estudiante con ese deseo de la antigua generación y con la fascinación de saber que con sus manos obtendrá su propio bienestar obedeciendo el querer de Dios: “Produzca la tierra pasto y hierbas que den semilla y árboles frutales que den fruto” (Gn 1:11).

1.2. Objetivos:

Para el desarrollo del proyecto de intervención se formularon los siguientes objetivos:

General: Elaborar un jardín medicinal basado en la práctica de la ecoteología, como una estrategia pedagógica para retornar al origen del ser. Específicos:

2. Marco teórico-metodológico

2.1. Componente teórico

Es evidente el impacto que algunas culturas han ejercido sobre la naturaleza a lo largo de distintas etapas de la historia, imponiendo una visión de dominio y superioridad sobre el medioambiente; el hombre ha subestimado el valor de los recursos naturales, creyendo que estos tienen una capacidad infinita, por lo cual pueden ser utilizados indiscriminadamente ya que siempre estarán ahí para sostener la vida sobre el planeta. Esto ha llevado al ser humano a situarse bajo una concepción antropocéntrica, en la que el ambiente es considerado como algo fuera de él y del que se puede hacer uso sin importar el futuro. Hoy, bajo la visión de un paradigma distinto, biocéntrico (integrador, sistémico), se está entendiendo que la postura de sentirse dueño de la naturaleza es relativa (Franchi, 2016). Al respecto, Castro y Balzaretti (2011) plantean que:

Parte del deterioro de la naturaleza se debe a los problemas ambientales, que se dan en diferentes niveles, desde la escala global de las grandes ciudades y poblaciones, hasta los entornos más inmediatos: el hogar, la escuela, las fábricas. Es necesario que desde todos los ámbitos se aborden opciones para generar diferentes soluciones que lleven a una reflexión sobre el valor que se les da a las actitudes y los hábitos tales como el consumo, el uso del agua, del suelo, los sistemas económicos de producción, entre otros. Todo esto con la mira puesta en el futuro, hacia la búsqueda y construcción de sociedades sustentables. La idea de la vastedad de los recursos ya es cuestionada por la realidad que se vive en el mundo (p. 1).

Efectivamente, gran parte de la crisis ambiental es consecuencia del modelo de desarrollo que se ha seguido, el cual ha transformado el ambiente y, en muchos casos, ha producido situaciones críticas caracterizadas por el agotamiento de los recursos energéticos y alimentarios y la disminución del espacio para la recreación. Además, el impacto sobre la naturaleza ha generado problemas de contaminación y ruptura del equilibrio ecológico, extinción de especies, pobreza, desnutrición, consumismo, violación de los derechos humanos y otros daños socionaturales alarmantes. Indudablemente, se ha llegado a esta situación porque el ser humano no ha comprendido que no es otra cosa que una parte integrante de la naturaleza y que, al destruirla, provoca su propia desaparición.

La complejidad de la problemática ambiental exige que el hombre reaccione y pase, tal como lo señala Freire, de una “inmersión sumisa” a una “inmersión crítica” que conduzca a la “conciencia liberadora” (1982, p. 32). Por esta razón, el hombre necesita una alfabetización en este ámbito, para lo cual se requiere del conocimiento de la realidad ambiental y la identificación de sus problemas, la comprensión de los procesos sociales, históricos y ecológicos, el desarrollo de una sensibilidad ambiental, la búsqueda de soluciones y medios de acción disponibles. Siguiendo este orden de ideas, la herramienta para contribuir a solventar los problemas de contaminación y la adquisición de una actitud conservacionista ante lo expuesto está en la difusión de la educación ambiental.

La educación ambiental es un proceso formativo, sistemático y permanente que propicia la toma de conciencia de los individuos como seres sociales que interactúan con el ambiente y todos sus componentes (Lameda, 2016). Se refiere también al enfoque holístico que se plantea la educación ambiental mediante la modalidad formal y la no formal que permite la participación ciudadana. Desde esta perspectiva, en el ámbito educativo, el estudio de los sujetos y su interrelación con el contexto obliga a diseñar modelos que contengan contenidos y aspectos fundamentales que orienten a los alumnos en su integración con la vida cotidiana, en función de su dinámica interrelación con el entorno y con el contexto.

Para ello es necesario basarse en criterios y principios éticos, que se encuentran establecidos claramente por el Papa Francisco en la encíclica Laudato si’, a fin de proponer los desarrollos conceptuales, procedimentales y actitudinales que involucrarán al docente, los estudiantes, la escuela y a toda la comunidad educativa. Estas relaciones se consolidan dándole un sentido amplio al mantenimiento del ambiente como elemento fundamental en el compromiso de una conciencia ciudadana, para el hombre, la naturaleza, la cultura, el deporte, la recreación y demás componentes de tipo geográfico, histórico, sociodemográfico, económico y político.

En medio de la profunda crisis ecológica existente se hace eminentemente necesario generar estrategias pedagógicas que fomenten la reflexión, no solo para corregir el modelo de desarrollo, o de redefinir el progreso, sino de “salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo” (LS, #163). La globalización en curso, la interdependencia de todos con todos, exige hoy y de modo urgente pensar “en un solo mundo con un proyecto común”, reconociendo el origen común y un futuro igualmente común (Parra, 2015). Por tanto, no se trata solo de reformas, sino de buscar “un nuevo comienzo” (Carta de la Tierra, 2000). En opinión del Papa, la Carta de la Tierra nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a comenzar de nuevo, pero todavía no hemos desarrollado una conciencia universal que lo haga posible. Por eso el Papa insiste:

… Me atrevo a proponer nuevamente aquel precioso desafío: Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo [...] que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida (LS, #207).

Por tanto, “la conciencia de la gravedad de la crisis cultural y ecológica necesita traducirse en nuevos hábitos, nuevos estilos educación y de vida” (LS, #209). Se trata entonces de avanzar sin duda hacia una “ciudadanía ecológica”, con la consiguiente normativa legal en los diversos niveles de la sociedad. Sin embargo, “para que la norma jurídica produzca efectos importantes y duraderos, es necesario que la mayor parte de los miembros de la sociedad la haya aceptado a partir de motivaciones adecuadas, y que reaccione desde una transformación personal. Solo a partir del cultivo de sólidas virtudes es posible la donación de sí en un compromiso ecológico” (LS, #211).

En consecuencia, se hace eminentemente necesaria una nueva actitud ante la naturaleza en su conjunto y el Papa Francisco destaca la riqueza de la espiritualidad cristiana aprendida y vivida durante siglos y la ofrece como camino a seguir: más que de ideas se trata de motivaciones profundas que brotan de nuestra espiritualidad (Parra, 2015). Esta verdadera conversión ecológica implica y requiere un conjunto de nuevas actitudes:

Las orientaciones que nos ofrece el Papa Francisco en su encíclica nos invitan a adoptar una actitud consciente ante el medio que nos rodea y del cual formamos parte indisoluble, actitud que depende en gran medida del aprendizaje y la educación ambiental desde temprana edad. Por esta razón, corresponde a la escuela desempeñar un papel fundamental en este proceso. Desde el inicio, deben inculcarse en el niño los fundamentos de la ecología integral. El maestro debe realizar su labor docente de manera que forme en los estudiantes respeto, amor e interés por el “cuidado de la casa común” (LS) y la conservación de todos los elementos que conforman el ambiente. Es en la escuela y en el hogar donde debe iniciarse la toma de conciencia sobre la crisis ecológica y la conservación del plantea como agradecimiento a la creación de Dios.

Las criaturas, seres humanos, animales, astros, todos los seres se dirigen hacia Dios alabándolo (cf. Sal 148). “La alabanza es la alegría de existir que se vuelve a Dios, y esta alegría de existir caracteriza a la Creación como un todo” (Kehl y Westermann, 1987, pp. 79-80). Todos los seres creados manifiestan a su modo rasgos de la creación divina; por ello, todos son símbolos de una presencia misteriosa que se revela en el devenir del mundo. Sostiene el Papa Francisco, como fundamento del valor del cosmos y sus criaturas, que “el universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo. Entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre” (LS, #159). El ideal no es solo pasar de lo exterior a lo interior para descubrir la acción de Dios en el alma, sino también llegar a encontrarlo en todas las cosas” (LS, #233). Asimismo, la vida sacramental cristiana nos ayuda a vivir esta relación nueva con la naturaleza (LS, #235-236).

En síntesis, tomando como base los contenidos curriculares del Diplomado en Ecoteología y Práctica Pedagógica, a la luz de la encíclica Laudato si’, se diseñó este proyecto con el fin de que los profesores de Religión lograran analizar la realidad ambiental para desarrollar una conciencia ecológica sustentable, y posteriormente a través del método de la investigación-acción, pudieran llevar a cabo la transposición didáctica, es decir, la adaptación de los conocimientos adquiridos en el Diplomado para poder transmitirlos a los alumnos en su práctica pedagógica en el aula de clases. De esta manera, “el saber sabio es transformado en saber enseñado, adecuado al nivel del estudiante” (Chevallard, 1998, p. 45)

2.2. Componente metodológico

2.2.1. Muestra

En el presente proyecto de intervención en aula, el campo de observación estuvo dirigido a los treinta y dos (32) estudiantes del segundo básico “A”, veintiséis (26) estudiantes del tercero medio; y tres (3) docentes del área de Religión. Como beneficiarios indirectos se constituyó a toda la comunidad escolar del colegio San Nicolás de Maipú.

2.2.2. Enfoque, tipo, diseño y métodos de la investigación

Debido a que el objetivo de investigación consistió en diseñar un proyecto de intervención educativa en las clases de Religión, con el fin de fortalecer el conocimiento sobre el uso y aprovechamiento de las plantas medicinales basado en la práctica de la ecoteología, el diseño metodológico utilizado en el desarrollo de esta investigación fue de tipo cualitativo, ya que este enfoque permite direccionar el estudio inicialmente con la investigación exploratoria atendiendo la descripción del problema y su estado de arte en favor del acercamiento al tema, poco estudiado en el campo institucional (Hernández et al., 2018).

En el diseño se adoptó la modalidad de proyecto factible (Hernández et al., 2018), ya que su propósito se centra en la búsqueda de una solución a cierto problema y la creación y ejecución de una propuesta acorde a las necesidades de la comunidad (Serrano, 2019). En el caso de nuestra intervención, se busca una solución a la necesidad de reflexión en las clases de Religión sobre la crisis ecológica y el uso de la tierra para el bienestar de la salud, como una forma de vincularnos con Dios. Esta metodología se encontró adecuada, ya que permitió la elaboración de un jardín medicinal, basado en la ecoteología, como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser. Asimismo, los resultados fueron medidos a partir de observaciones y diálogos con alumnos y demás miembros de la comunidad educativa.

El método utilizado para abordar la realidad estuvo enmarcado dentro de la investigación-acción participativa (IAP), la cual se apoya en el paradigma sociocrítico y la teoría crítica de la educación, que propone que los docentes deben ser investigadores de su propia praxis, con la finalidad de intervenir para cambiar el trabajo didáctico cotidiano, mediante la autorreflexión y la autocrítica. La IAP es considerada un proceso activo, sistemático y riguroso de indagación dirigida, en la que se toman decisiones sobre lo investigado, en tanto se está en el campo de estudio. Se subraya, en este caso, que el foco de atención de los investigadores desde el enfoque cualitativo radica en la realización de descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y comportamientos observables, incorporando la voz de los participantes, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones, tal y como son expresadas por ellos mismos (Serrano, 2019).

Las técnicas de la investigación cualitativa fueron adaptadas a la IAP, con el objetivo de recoger la información requerida. Se estudiaron los criterios científicos y de credibilidad para asegurar la fiabilidad y confianza de la investigación. Luego, se realizaron el análisis de la información, la elaboración de la propuesta de intervención educativa y la construcción de las conclusiones mediante el proceso de codificación y categorización. Finalmente, se argumentaron los aspectos que sustentaron el proyecto de intervención educativa mediante la elaboración de un jardín medicinal, desde una mirada crítico-reflexiva de la ecoteología, como una estrategia pedagógica para retornar al origen del ser y lograr la transformación social.

La IAP se presenta en este caso, no solo como un método de investigación, sino como una herramienta epistémica orientada hacia el cambio educativo, desde la perspectiva de la integración escuela-comunidad con fines ecológicos. Se asume una postura desde la dimensión de la ecoteología, fundamentada en la encíclica Laudato si’, que podríamos vincular con el paradigma sociocrítico, que parte del enfoque dialéctico, dinámico, interactivo, complejo de una realidad que no está dada, sino que en permanente deconstrucción, construcción y reconstrucción por los actores sociales, donde el investigador es sujeto activo en y de su propia práctica indagadora. De allí que “la relación dialéctica entre la mente y la participación, el individuo y la sociedad, con lo teórico y lo práctico, es directa y constante. El pensamiento y la acción individuales adquieren su sentido y su significado en un contexto social histórico, pero a su vez contribuyen ellos mismos a la formación de los contextos sociales e históricos” (Serrano, 2019, p. 20). En esta doble relación dialéctica de la teoría y la praxis de lo individual y lo social se sustenta el uso de la IAP como método de intervención educativo en las clases de Religión, método mediante el cual se logró un proceso participativo y colaborativo de autorreflexión sobre la ecoteología como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser.

Al apoyarse en este tipo de investigación, el proyecto de intervención educativo permitió desarrollar un análisis participativo en el que los miembros de la comunidad del colegio San Nicolás de Maipú, conjuntamente con los investigadores, se convirtieron en los protagonistas del proceso de construcción del conocimiento de la realidad sobre el objeto de estudio, en la detección de problemas y necesidades y en la elaboración de propuestas, soluciones y cambios.

Al respecto, Ortega-Ibarra et al. (2019) refieren que:

Estos cambios se logran al articular el conocimiento específico o cotidiano con el conocimiento científico. Mediante el proceso de acción-reflexión-acción, en el que participan investigador e investigados en coherencia con metas comunes. De esta forma, el investigador interviene en la acción y en el cambio para transformarse en participante y protagonista del estudio (p. 8).

Estas consideraciones hacen de la IAP la metodología más adecuada para la realización de este proyecto de intervención educativa en las clases de Religión, dado que el interés de los investigadores es lograr la participación de los actores sociales en la integración escuela- comunidad, de tal modo que se produzca un proceso de desplazamiento actitudinal y reflexivo entre los estudiantes del colegio San Nicolás de Maipú, a través de la elaboración de un jardín medicinal basado en la ecoteología como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser.

3. Desarrollo del proyecto de intervención

La secuencia didáctica de la intervención educativa realizada facilitó la labor de investigar, intervenir y tomar conciencia de la importancia de la ecoteología como práctica educativa para abordar el estudio de la crisis ecológica. La secuencia didáctica realizada se caracterizó por el desarrollo de las siguientes etapas:

A continuación se hace la descripción de cada una de las fases desarrolladas.

1. Diagnóstico situacional3, observación y exploración de la realidad educativa En esta fase del proyecto se tomó en consideración la fortaleza del colegio San Nicolás de Maipú, de tener una posición privilegiada al contar con áreas verdes, lo cual se consideró como una oportunidad que constituye un factor positivo y favorable que permitió a los estudiantes reflexionar sobre la necesidad de crear conciencia sobre la crisis ecológica, cultivar el pensamiento cristiano y comprender el origen del ser humano a través del contacto con la naturaleza. 2. Identificación, jerarquización y selección de las necesidades de los estudiantes del Segundo (2°) Básico “A”, y los estudiantes del Tercero (III) Medio del colegio San Nicolás de Maipú, Santiago de Chile. Para el desarrollo de esta fase se utilizó la técnica de la observación y se aplicó la matriz FODA como herramienta de análisis, lo cual permitió identificar los aspectos positivos (F-O) (Sánchez, 2018) que se encontraban dentro del colegio San Nicolás, facilitándose la toma de decisiones sobre la alternativa de solución. 3. Planteamiento de la pregunta de investigación. Alternativas de solución. Justificación e impacto social. Propuesta de alternativa. En este aspecto, los estudiantes identificaron y justificaron la selección de la alternativa más viable para resolver y satisfacer las necesidades de la comunidad; para ello, los participantes contemplaron su viabilidad, formulando una pregunta como eje de la investigación propuesta, la cual otorgó orientación a la búsqueda de respuestas acerca de: ¿Cómo mejorar el conocimiento sobre el uso y aprovechamiento de las plantas medicinales, a través de un proyecto de aula, basado en la encíclica Laudato si'? La instrumentación de la alternativa fue posible desde el punto de vista de los recursos (físicos, financieros, talento humano, de tiempo); por consiguiente, la alternativa seleccionada sobre la elaboración de un jardín medicinal, basado en la ecoteología, como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser, permitió lograr el objetivo del proyecto de intervención educativa en las clases de Religión.

4. Planificación de las actividades del proyecto

El proyecto contempló la elaboración de un plan acción, constituido por cuatro (4) actividades:

  1. Los estudiantes, a través de una presentación digital, se informaron acerca de las características y propiedades medicinales de hierbas y plantas que contribuyen al bienestar físico de las personas, para luego conocer más a fondo sobre la manzanilla, la menta, la lavanda y el laurel, que son las plantas que ellos utilizaron en la siembra de su jardín.
  2. Los estudiantes seleccionaron el lugar dentro del colegio donde prepararon el terreno (limpieza de malezas y piedras) y realizaron la siembra.
  3. Los estudiantes prepararon las piedras que sirvieron para ornamentar cada siembra, así como las señales de identificación del lugar.
  4. Los estudiantes realizaron la siembra de semillas y se distribuyeron las tareas de mantener el jardín medicinal, para lo cual elaboraron la Matriz de Proyecto (Serrano, 2019).

4.1. Beneficiarios directos e indirectos

Los beneficiados directos son los estudiantes del segundo básico “A”, y los estudiantes de tercero medio. Como beneficiarios indirectos se constituyó a toda la comunidad escolar del colegio San Nicolás de Maipú. Cabe señalar que de primer a tercero año medio, cada estudiante contribuyó con una piedra, la cual fue decorada durante la clase de Religión y luego entregada a los estudiantes de los dos cursos beneficiarios directos, los responsables del proyecto.

4.2. Tiempo de ejecución del proyecto

El tiempo de ejecución del proyecto se extendió durante 14 horas de clase de Religión, cada una con una duración de 45 minutos.

4.3. Financiamiento del proyecto

La ejecución del proyecto ocasionó un gasto por la compra de un galón de pintura, la cual fue distribuida entre los estudiantes de los cursos, garantizando una porción suficiente para pintar las piedras que sirvieron de ornamentación al lugar destinado a la siembra. Las semillas y los almácigos fueron donados por la comunidad educativa. Los guantes, mascarillas, un galón de pintura y demás insumos fueron donados por el centro de padres como estrategia de promoción de la participación. Por último, los pinceles fueron aportados por cada estudiante.

4.4. Personas vinculadas al proyecto:

Comunidad educativa, Inspectores de Patio, Encargados de Convivencia Escolar, Centro de Padres.

5. Evaluación del proyecto de intervención

La evaluación de los aprendizajes adquiridos mediante la ejecución de las actividades del proyecto de intervención durante las clases de Religión sobre la elaboración de un jardín medicinal, basado en la ecoteología, como estrategia pedagógica para retornar al origen del ser, se realizó de manera formativa (actitudinal); el docente observó el proceso de aprendizaje de los estudiantes, el interés demostrado, la realización de tareas, consultas bibliográficas, si asumieron responsabilidades y roles de liderazgos, si registraron datos cotejados apropiadamente con sus profesores. Igualmente, el docente logró evaluar las diferentes competencias conceptuales y procedimentales que evidenciaran el desarrollo de los principios de la fe cristiana. Con orientación del docente, los estudiantes desarrollaron un proceso evaluativo a través de las siguientes interrogantes:

En cuanto a lo conceptual, procedimental y con relación a sus conocimientos previos, se realizó una mesa redonda en la que los estudiantes pudieron expresar sus opiniones sobre las siguientes dimensiones:

6. Consideraciones finales

La experiencia de intervención educativa en las clases de Religión ya reseñada permitió el fortalecimiento del pensamiento cristiano, reflexionar sobre la crisis ecológica a través de las orientaciones de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco y adquirir conocimiento sobre el uso y aprovechamiento de las plantas medicinales con fines terapéuticos. Se constató que llevar la ecología y el cuidado de la naturaleza a los colegios es una buena instancia para poder retornar al origen del ser humano, al contacto con la tierra y con la creación. Se aspira que este tipo de iniciativa contribuya con otros educadores que atesoren el mismo deseo de preservar lo creado por Dios y enriquecer la educación con ideas innovadoras que conduzcan al bienestar y la mejoría de la casa común dentro de los establecimientos educacionales.

La escuela es un centro de referencia en toda comunidad, no obstante, no puede constituirse únicamente en depositaria de alumnos que solo busquen adquirir conocimientos académicos. Es necesario que la escuela se constituya en un espacio desde donde la comunidad se forma en el ser y hacer humano, que permita la transformación y configuración de un entorno para la convivencia, para la participación, para la paz y, fundamentalmente, para una vida sana, sustentablemente integrada y equilibrada con el entorno.

Así, Mi colegio, un jardín de semillas que dan frutos de bienestar y me vuelven al origen de mi ser da cuenta de una significativa motivación e interés entre los actores iniciales, conformados por estudiantes y profesores, lo que a su vez facilitó la participación de toda la comunidad educativa del colegio San Nicolás de Maipú en una experiencia que activó valores como la empatía, la solidaridad, la conciencia del bien común, la participación, la colaboración, y una actitud reflexiva ante la crisis ecológica, fomentando una sensibilidad ecológica comprometida en la elaboración del jardín medicinal, en una línea de trabajo coherente con la llamada del Papa Francisco a la conversión ecológica: “Hay educadores capaces de replantear los itinerarios pedagógicos de una ética ecológica, de manera que ayuden efectivamente a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión” (LS, #160).

Finalmente, consideramos que, de acuerdo a lo expuesto en este artículo, es de vital importancia que el ser humano vuelva al sentido más profundo y trascendental de toda persona, volver a religar el estrecho vínculo que mantiene en contacto a la persona con Dios, su creador. De ahí la necesidad de la ecoteología como una estrategia pedagógica para retornar al origen del ser.

Notas

  1. maldonadoitalia.sm@gmail.com
  2. lserranoaldana@gmail.com
  3. Análisis comunitario de Estrategia de Oportunidades-Fortalezas (OF). Usar fortalezas para obtener ventaja de las oportundiades. Revísese Sánchez (2018).

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Anexos

Matriz de proyecto
Serrano, 2019