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Editores paraguayos en Buenos Aires. Reconstrucción cuantitativa y cualitativa del catálogo de Editorial Ayacucho

Editores paraguayos en Buenos Aires. Reconstrucción cuantitativa y cualitativa del catálogo de Editorial Ayacucho

Mariano Damián Montero *
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina

Editores paraguayos en Buenos Aires. Reconstrucción cuantitativa y cualitativa del catálogo de Editorial Ayacucho

Amoxtli, núm. 12, 2024

Universidad Finis Terrae

Recepción: 05 Junio 2024

Aprobación: 08 Octubre 2024

Resumen: Enmarcado en el campo de estudios de la historia del libro y la edición, el presente texto se propone una reconstrucción tanto cuantitativa como cualitativa del catálogo de Editorial Ayacucho S.R.L (E.A), sociedad integrada por políticos e intelectuales del liberalismo paraguayo en el exilio porteño de inicios de la década del cuarenta del siglo XX que, entre 1943 y 1957, publicaron 139 títulos. La experiencia de E.A, enmarcada no casualmente dentro de los que se consideró como la edad de oro de la industria editorial argentina, demuestra la imposibilidad de encarar una historia del libro y la edición en el Paraguay prescindiendo del marco regional e internacional. Sus cambiantes políticas y estrategias editoriales diferenciadas en dos claras etapas dan cuenta de ello.

Palabras clave: Buenos Aires, Paraguay, exilio y edición, peronismo, Edad de oro de la edición en Buenos Aires.

Abstract: Framed by the field of history of books and publishing studies, this article proposes a quantitative and qualitative reconstruction of the catalogue by Editorial AyacuchoS.R.L (E.A). E.A. was a society composed by Paraguayan liberalist politicians and intellectuals in Buenos Aires during their exile in mid 20th century. Between 1943 and 1957 they published 139 titles. It is not a coincidence that E.A.’s experience is framed within what was considered Argentine publishing industry’s golden age,which demonstrates the impossibility of facing a history of books and publishing in Paraguay, disregarding the regional and international context. E.A.’s changing editorial policies and strategies, differentiated into two clear stages, make this evident.

Keywords: Golden age of publishing in Buenos Aires, Paraguay, exile and publishing, Peronism.

1. Introducción

El campo de estudios sobre la historia del libro y la edición desarrollado en los últimos cuarenta años no encontró un campo fértil en el ámbito historiográfico paraguayo. Bastan solo unas líneas para dar cuenta de un estado de la cuestión pobre y escaso. Por ejemplo, en el portal de EDI-RED (Editores y Editoriales Iberoamericanas siglos XIX-XXI) solo se cuenta con un breve texto de Liliana Brezzo sobre la experiencia de Editorial Histórica (1985-1988) y otro, más breve aún, sobre una editorial cartonera, Yiyi Jambo (2007 - presente). Pese a no estar incluido allí, existe un artículo de 2019 en donde se aborda el análisis de Editorial de Indias y Editorial Guarania, siendo el único estudio profundo de caso del campo editorial paraguayo1.

A fines de 2020 se formó el Grupo de Estudios sobre Historia de la Edición en el Paraguay. Sin embargo, todavía no contamos con más estudios de casos publicados. La presentación de este colectivo en el XI Seminario Internacional de Redes Públicas y Relaciones Editoriales2, con una breve reseña de la historia de la edición en el Paraguay a cargo de Liliana Brezzo, expuso algunas debilidades de este campo en formación en el Paraguay. La principal de ellas es una cierta mediterraneidad en el análisis de los motivos y de las condiciones para la radicación en Buenos Aires de tres editoriales paraguayas a fines de los años treinta y comienzos de los cuarenta —Guarania, Tupá y Ayacucho—, en donde omiten las condiciones creadas por Guerra Civil Española en la retracción de la producción editorial ibérica y el impulso de la misma en Argentina y México. Al contrario, explican ese desplazamiento de editores paraguayos hacia Buenos Aires como resultado de causas internas del Paraguay —Guerra del Chaco, 1932-1935— y no tienen en cuenta el entorno favorable para la inversión en esa industria creado en la capital porteña, como tampoco diferencian entre las motivaciones de cada emprendimiento. Al incipiente campo de la historia del libro y la edición en el Paraguay todavía le cuesta abandonar el estrecho marco de las historias nacionales y entender que es inevitable un marco transnacional para entender ciertos movimientos y desplazamientos que conduzcan a preguntas que vayan más allá de un relato descriptivo y coherente.

Si es poco lo investigado sobre historia de la edición en el Paraguay, en lo referente a la experiencia de Editorial Ayacucho S.R.L (E.A) la ausencia es total y las menciones sobre su existencia y actividad son mínimas, y en algunos casos erróneas. El investigador Fernando Larraz Elorriaga apenas la menciona en dos líneas para decir que se fundó en 1942 y que en su catálogo predominaron los títulos de Louis Bromfield, lo cual es cierto, pero equivocándose al afirmar lo mismo de Upton Sinclair, de quien solamente se publicó un título3. Sin embargo, más allá de esta imprecisión, lo más importante es que omite la característica fundamental de E.A: la de constituir un proyecto comercial a la vez que político que tenía sus raíces en el Paraguay. Por su parte, el colectivo del Grupo de Estudios sobre Historia de la Edición en el Paraguay se limita a señalar que E.A fue fundada por el historiador paraguayo Julio César Chaves, omitiendo la importancia de socios claves como Policarpo Artaza, Igor Domicelj o Max Nieto Patiño.

Enmarcado dentro de aquello que Martyns Lyons y Jean-Yves Mollier denominaron “giro transnacional” en la historia del libro y la edición, el cual se diferencia de historias comparadas, proponiendo analizar otro tipo de vínculos geográficos que atraviesan a los libros y a sus editores, esas “historias enredadas” entre naciones; el presente texto se propone una reconstrucción tanto cuantitativa como cualitativa del catálogo de Editorial Ayacucho S.R.L (E.A), sociedad integrada por políticos e intelectuales del liberalismo paraguayo en el exilio porteño de inicios de la década del cuarenta del siglo XX que, entre 1943 y 1957, publicaron 139 títulos. A través de esta reconstrucción se distinguirán diferentes etapas en los casi quince años de existencia de la editorial, las que se encuentran justificadas en la cantidad de títulos, temáticas y autores/as publicados/as, con el objetivo de alcanzar un equilibrio entre el aspecto cuantitativo y el cualitativo de los datos obtenidos del relevamiento. Para el primero de los aspectos hemos recurrido como fuentes primarias a los Boletines Bibliográficos publicados entre 1942 y 1949 por la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual y entre 1950 y 1956 por la Junta Nacional de Intelectuales4. A esto sumamos la consulta por editorial del catálogo de diferentes bibliotecas. Para el segundo de los aspectos se analizó título por título y autor/a por autor/a, para establecer las diferentes temáticas y perfiles para cada año de actividad con el fin comparar la política editorial de E.A con relación al resto de las empresas competidoras.

2. Contexto, 1938-1943

2.1. Los efectos de la Guerra Civil Española y el auge editorial de Buenos Aires

Diversos autores coinciden en la existencia de lo que se denominó como “época de oro” para la industria editorial en Buenos Aires entre 1938 y 1953/55, originada por los efectos negativos de la Guerra Civil Española sobre la producción ibérica5. Los casos de Sudamericana, Emecé y Losada, fundadas en Buenos Aires entre 1937 y 1939 por españoles, exiliados republicanos algunos de ellos, dan cuenta de este inicio de los años dorados aludidos. Las nuevas condiciones del mercado internacional editorial en castellano implicaban la posibilidad, en lo externo, de incrementar la exportación de libros ante la retracción española; y en lo interno, mayor colocación gracias al crecimiento cuantitativo del público lector, resultado de las políticas de alfabetización de la educación pública y gratuita6.

Pese a que ya existían progresos previos en el campo editorial americano, a partir de finales de los treinta los números crecen exponencialmente. Algunos datos son contundentes: las exportaciones argentinas de textos llegaron a representar el 80% de los libros importados en España7 y los títulos publicados en Argentina pasaron de 977 en 1935, a 6088 en 194187, además de que la tirada media de un libro argentino en 1936 era de 3.500 ejemplares para crecer a 11.000 en 19539.

Las ventajas que implicaba editar desde Buenos Aires durante la década del cuarenta, enfrentadas a las condiciones de la industria editorial española, eran la ausencia de censura, papel de calidad a bajo precio, tarifas preferentes e incentivos fiscales10. Por lo tanto, habría que matizar —no descartar— las afirmaciones que se efectúan en los escasos trabajos o ponencias sobre la historia de la edición en el Paraguay en relación a qué fue lo que motivó a aquellos intelectuales paraguayos de principios de los años cuarenta a emprender proyectos editoriales en Buenos Aires. Estas condiciones favorables para una inversión rentable podrían relativizar algunos aspectos del exilio político. Sin embargo, en el caso de los socios de E.A sostenemos que confluyeron ambos aspectos: la situación del exilio político, pero también las perspectivas de ganancias comerciales en un negocio para el cual se requería un capital para nada menor.

2.2. Las editoriales paraguayas en Buenos Aires y Montevideo

Así como Santiago de Chile fue refugio de exiliados políticos provenientes de Perú y Venezuela, Buenos Aires recibió a exiliados paraguayos entre 1936 y 1942 por los sucesivos cambios de regímenes políticos. De esa diáspora surgieron cuatro proyectos editoriales de capitales paraguayos: Editorial Guarania (1937), del intelectual colorado Natalicio González11; Editorial Tupá (1943), del intelectual cercano a posiciones de izquierda Anselmo Jover Peralta12; y Antequera (1949), fundada por el político liberal Carlos Pastore en su exilio de Montevideo, la cual, más que una editorial, fue un sello utilizado por Pastore para publicar sus propios libros como arma política tanto contra la dictadura de Morínigo, como contra la de Alfredo Stroessner (1954-1989). El cuarto de estos emprendimientos fue nuestro objeto empírico de estudio, EA, la cual fue la única de todas que asumió un perfil comercial ambicioso y alejado de las temáticas nacionales y regionales que predominaron en el resto, por lo menos en su primera etapa.

Existen datos que demuestran que estos intelectuales paraguayos que fundaron editoriales en Buenos Aires no lo hicieron pensando en exportar su producción al Paraguay, ya que hubiera sido una empresa inviable económicamente. Por ejemplo, del total de paquetes de libros exportados desde Argentina al resto del mundo en 1942, los destinados al Paraguay representaron solo el 1,7% del total y, al año siguiente, ese porcentaje bajó casi a la mitad13. Pese a que en las editoriales paraguayas mencionadas su actividad y criterios de selección estuvieron motivados por su horizonte y proyecto político, más allá de las posibles ganancias, en el caso de E.A, esta se diferencia del resto para constituirse en una editorial que se planteó seriamente disputar el mercado editorial en castellano, más allá de los resultados obtenidos. Estos intelectuales paraguayos vieron la posibilidad de un negocio rentable por los factores internacionales mencionados, a la vez que una oportunidad de contar con un espacio en el cual poder publicar sus textos y adquirir un cierto capital simbólico como editores, es decir, conjugaron variables estrictamente comerciales con otras intelectuales, como la necesidad de poder publicar sus obras.

2.3. Julio César Chaves y el antecedente de Difusam, 1941-1943

Entre 1941 y 1943 existió una quinta editorial de capitales paraguayos omitida en los escasos estudios de la historia de la edición en el Paraguay, la cual constituye el antecedente directo de la fundación de E.A. Nos referimos a Difusam, sello fundado por Julio César Chaves, principalmente para publicar su propio libro actuando como autor-editor, El Supremo Dictador. Biografía de José Gaspar de Francia (1942), pero que también publicó otras cuatro obras de autores paraguayos14 y una traducción original de un relato de viajes del siglo XIX15. No pudimos encontrar documentación que explique la breve existencia de este sello, existiendo la posibilidad de que haya tenido que cambiar de denominación debido a la similitud con otra editorial de aquel momento llamada Editorial Difusión. Lo concreto es que E.A constituyó la continuación de Difusam.

3. Primera etapa: una edad de oro dentro de otra edad de oro, 1943-1946

E.A se constituyó como empresa editorial a fines de 1942 con un capital de $80.000 moneda nacional, fijando domicilio en la ciudad de Buenos Aires y comenzando a publicar al año siguiente volúmenes con su sello. Entre 1943 y 1944 utilizaron los talleres de impresión de Juan López —donde también imprimió la Editorial Losada en sus inicios de 1938-39—, Guillermo Kraft y Macagno Landa y Cia.

3.1. 1943

Durante su primer año de actividad, en el que todos los aspectos del negocio fueron asumidos prácticamente por Julio César Chaves, publicaron 19 títulos correspondientes a 19 autores, en donde predominaron las obras de origen norteamericano. Cabe aclarar que el porcentaje de autores norteamericanos se incrementaría hasta casi un 70% si sumamos los dos autores alemanes y el húngaro, quienes escribieron sus obras residiendo en Estados Unidos y sus textos son expresión de aquella cultura16.

Cuadro 1
Autores publicados en 1943

Nacionalidad

Cantidad

Porcentaje

Norteamericana1152%
Argentina314%
Paraguaya314%
Alemana210%
Húngara15%
Inglesa15%

TOTAL

21

100%

Cuadro 2
Tipos de textos 1943

Tipo de texto

Cantidad

Porcentaje

Primeras traducciones al castellano1571%
Segundas o terceras ediciones en castellano419%
Títulos originales210%

TOTAL

21

100%

Este predominio de textos escritos originalmente en lengua inglesa se expresa en los resultados del cuadro 2 relativo a los tipos de texto de acuerdo a si corresponden a textos originales o primeras traducciones en castellano, resultando evidente la opción por una estrategia comercial destinada a adquirir los derechos de obras norteamericanas para su primera traducción al castellano, línea que se repetiría en 1944, 1945 y 1946.

Cuadro 3
Géneros de textos 1943

Género

Cantidad

Porcentaje

Novelas838%
Ensayos de actualidad/Geopolítica524%
Historia419%
Biografías210%
Memorias/Testimonios14,50%
Poesía14,50%

TOTAL

21

100%

En cuanto a los géneros literarios, se centraron en la novela seguida de los ensayos de actualidad y geopolíticos, revelando una clara dirección hacia el hecho internacional más importante de esos años: la Segunda Guerra Mundial (SGM, 1939-1945). De los 21 títulos que E.A publicó en 1943, 15 de ellos tienen relación directa con la SGM, ya sean novelas, ensayos o biografías, revelando una clara línea editorial pro aliados, pero, fundamentalmente, pro norteamericana. Un aspecto de esto es la decisión de hacer la primera traducción al castellano de libros de autores norteamericanos en los que se basaron para filmar películas recientemente estrenadas y con éxito de público17, cumpliendo con esta característica cuatro de las ocho novelas publicadas.

Los mayores éxitos, condición inferida de futuras reediciones en 1944 y 1945, fueron La extraña pasajera18 (Now, Voyager, 1941, de Olive Higgins Prouty); la primera versión en castellano de una biografía de San Martín —Captain of the Andes, traducida como Capitán de América— escrita por Margaret Harrison; Hasta que amanezca, un libro de Louis Bromfield, escritor de éxito de la época; y Revelaciones del embajador Dodd.

Un texto llamativo es el de Arturo Bray, militar paraguayo de amplia trayectoria vinculado a sectores del liberalismo conservador paraguayo y quien en 1943 efectuó tres traducciones para E.A. Nos referimos a uno de los dos únicos títulos originales publicados este año, La España del brazo en alto, un análisis de la situación de España entre 1939 y 1940, período en que fue titular de la legación paraguaya en aquel país.

Como síntesis de la producción de 1943 —basada en la trilogía norteamericanismo / Segunda Guerra Mundial / primeras traducciones al castellano—, podemos resaltar que el criterio editorial es la búsqueda rápida de recuperación de la inversión expresado en la preferencia por novelas llevadas con éxito al cine y en autores de best sellers como Louis Bromfield. En contraste, se encuentran ausentes obras que busquen acumular capital simbólico. Se podría interpretar que la posición aliadófila en la selección del material publicado puede deberse tanto a que en 1943 ya se tenían signos claros de una futura derrota alemana, como a un reflejo de la oposición a la dictadura militar de Morínigo en Paraguay —por la cual Chaves partió al exilio—, la cual, más allá de sus alianzas reales, siempre fue percibida en la opinión pública como simpatizante de las potencias del Eje.

3.2. 1944, ingreso de nuevos socios y crecimiento

Este año es clave en el crecimiento de E.A, lo que resultaría en el pico de producción de 1945. En junio de 1944 la editorial pasó a constituirse como Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L) con el ingreso de nuevos socios e inversores19, uno de ellos relevante desde el punto de vista intelectual y comercial: Policarpo Artaza. La otra incorporación de relevancia fue la del impresor esloveno Igor Domicelj, unión que se expresó en el logo adoptado en 1945 en donde aparecen tres lanzas de tacuara atravesando las iniciales de la editorial. Exceptuando a Domicelj, Chaves y Artaza tenían historias en común y transitaron por experiencias comunes a una generación de políticos e intelectuales paraguayos liberales: la de cumplir funciones en algún área de gobierno, ya sea como juez, legislador o ministro; la de participar de la Guerra del Chaco (1932-1935) desde roles alejados del frente de batalla gracias a su posición de miembros de la élite económico social; y la de haber sufrido más de un exilio por motivos político-partidarios.

Julio César Chaves (1906-1989) formaba parte de una familia perteneciente a la alta sociedad de Asunción constituida luego de la Guerra Guasú (1864-1870). Compartió con Artaza los mismos y exclusivos espacios de sociabilidad de Asunción (Unión Club, Club Centenario, etc.), además de pertenecer a la misma fuerza política —Partido Liberal— y de cumplir funciones en sus diferentes gobiernos. La diferencia fundamental radicaba en que Chaves no tuvo una faceta empresarial como Artaza y se dedicó a las investigaciones históricas, publicando su primer libro durante su primer exilio en Buenos Aires, Historia de las relaciones entre Buenos-Ayres y el Paraguay 1810-1813, editado por la Librería y Casa Editora de Jesús Menéndez en 1938. A partir de 1942, con la publicación de su biografía sobre el dictador Francia, comenzaría a ser reconocido como historiador tanto en Paraguay como en la región. Otra diferencia, que cobrará mayor significado durante la década del sesenta, es que ante el autogolpe y disolución del congreso que llevó a cabo el presidente José Estigarribia en febrero de 1940 en el Paraguay, Chaves fue uno de los jóvenes del partido que apoyaron entusiastamente esas medidas, mientras Artaza se distanció de las mismas.

Policarpo “Poli” Artaza (1895-1974) nació en la provincia argentina de Corrientes en 189520 en el seno de una familia de la élite correntina que se trasladó a Asunción y pasó a formar parte del mismo segmento social. Cursó el secundario en el Colegio Nacional de la Capital y continuó en la Facultad de Derecho. Su familia estaba identificada con el sector liberal que se apropió del poder en 1904 mediante un movimiento armado. Gracias al capital económico familiar, Artaza emprendió dos caminos simultáneos y paralelos que terminarán confluyendo. El primero de ellos como empresario, fundando junto a dos de sus hermanos la empresa importadora Artaza Hermanos (1926-presente). El segundo de ellos, como intelectual del Partido Liberal, trabajando como periodista en el periódico El Diario y redactor principal de El Orden (1923-1935), medio de prensa que en 1935 modificó su nombre a El País, del cual pasó a ser propietario y director. Esta notable influencia como empresario de medios afines al régimen liberal se vio acrecentada con la adquisición, junto a sus hermanos, de ZP9 Radio Prieto en 1933. Sus medios de prensa y radiofónicos fueron fundamentales en el control y selección de la información que debía llegar a la población durante la Guerra del Chaco, conflicto bélico que enfrentó a Paraguay con Bolivia entre 1932 y 1935. Cabe mencionar que los comunicados que se enviaban a los medios de Asunción desde el cuartel de la comandancia en el frente de guerra, para ser leídos en la radio propiedad de los hermanos Artaza, fueron redactados por un joven Julio César Chaves, quien siete años después sería socio de Policarpo en E.A.

Al fin del régimen liberal (1904-1936) le suceden unos itinerarios de exilios, retornos, y nuevos exilios, comunes a la mayoría de los miembros del Partido Liberal que cumplieron funciones en las administraciones de los últimos años: exilio a partir del movimiento armado del coronel Rafael Franco del 17 de febrero de 1936; retorno al país luego del derrocamiento de aquel para volver a integrar el elenco gobernante; y nuevo exilio luego del inicio de la dictadura militar de Higinio Morínigo (1940-1948), de carácter antiliberal.

Igor Luis Mario Domicelj (1902-1971) era un inmigrante esloveno que había llegado a la Argentina en 1929 abandonando la Italia fascista. Anteriormente había estado a cargo de la imprenta y editorial López, por donde habían salido algunos libros de E.A entre 1943 y 1944. Abandonaría E.A a fines de 1946 para adquirir la imprenta Berger e iniciar su trayectoria como empresario, lo que coincidiría con el cambio de rumbo de la editorial.

Con respecto al equipo principal de la editorial, Julio César Chaves asumió el puesto de director-gerente, Policarpo Artaza el de socio-auditor, e Igor Domicelj el de gerente-administrador21. A estos se sumaron uno de los hermanos del director-gerente, Hugo Chaves22, como secretario, y un joven Silvio Baldessari (1916-1987), ilustrador de 29 años, responsable del arte de las tapas, que al poco tiempo se haría muy conocido por su trabajo en la Editorial Losada. Otros socios inversores en E.A fueron el boliviano Manuel Carrasco23, el argentino-paraguayo Victorio Escalante24 y Luis Alberto Toso25, con lo cual podemos considerar a E.A en esta primera etapa como a una editorial conformada por migrantes (dos paraguayos, dos argentinos-paraguayos, un boliviano, un esloveno), casi una empresa pluricultural26.

Durante este año creció levemente la producción, llegando a publicarse 30 títulos de unos 26 autores, en donde se mantuvo la hegemonía de los escritores norteamericanos. Así como en 1943, con la inclusión de europeos-norteamericanos, la influencia estadounidense había llegado casi a un 70%, en esta oportunidad, incluyendo al autor alemán y al húngaro27norteamericanizados, el porcentaje alcanzaría un 57%. Sin embargo, esta comienza a disminuir muy levemente en favor de autores paraguayos que en este año finalizaron investigaciones históricas realizadas en los últimos tres o cuatro años que finalmente publicaron.

Cuadro 4
Autores publicados en 1944

Nacionalidad

Cantidad

Porcentaje

Norteamericana1550%
Paraguaya516%
Argentina310%
Francesa310%
Húngara13,50%
Española13,50%
Holandesa13,50%
Alemana13,50%

TOTAL

30

100%

Cuadro 5
Tipos de textos 1944

Tipo de textos

Cantidad

Porcentaje

Primeras traducciones al castellano1757%
Títulos originales930%
Segundas o terceras ediciones en castellano413%

TOTAL

30

100%

Cuadro 6
Géneros de textos 1944

Géneros

Cantidad

Porcentaje

Novelas827%
Ensayos de actualidad/Geopolítica620%
Historia517%
Biografías310%
Cronica periodística310%
Poesía13,20%
Autoayuda13,20%
Mémoiras/Testimonios13,20%

La vigencia de la trilogía "Norteamericanismo", primeras traducciones al castellano y novelas con acento en la SGM, se mantuvo pese a la irrupción de los textos sobre historia escritos por los intelectuales paraguayos, entre ellos, uno cuyo autor era el director-gerente, Julio César Chaves: Castelli, el adalid de Mayo. A este se sumaron trabajos históricos de Ramón Antonio Ramos, Pastor Urbieta Rojas y Justo Prieto, intelectuales del liberalismo paraguayo que tuvieron el mismo itinerario de exilio que Chaves y Artaza y que formaron parte de distintas administraciones del régimen liberal paraguayo entre 1904 y 1936 y entre 1937 y 1940.

Este año las primeras traducciones al castellano disminuyeron a favor de los textos originales de autores paraguayos. No obstante, esto no dejó de ser un dato de coyuntura que no se profundizaría en el siguiente año. Por lo tanto, durante 1944 se mantuvo vigente la misma política editorial, incrementándose las publicaciones de novelas llevadas al cine28 y manteniendo el interés por la temática de la SGM. Esta veta comercial ligada al cine llevó a E.A a editar una obra inusual para su catálogo como La casa de los siete altillos, de Nathaniel Hawthorne (The house of the seven gables, 1851), autor equiparado con Edgar Allan Poe, novela que había sido llevada al cine en 1940.

Entre sus lanzamientos más interesantes resalta el libro de Vercors —pseudónimo de Jean Bruller—, miembro de la Resistencia francesa, Le silence de la mer, que circuló clandestinamente en Francia en 1942, fue traducido al inglés en 1944 con el título Put out the light, y de ahí se hizo la traducción al castellano de E.A con el título El silencio de Francia. Aunque de todos, el que merece un comentario aparte es La selva siempre triunfa. Novela del África española, uno de los ocho textos originales publicados este año por E.A. En ella, su autor, William Towers —pseudónimo de Guillermo Cabanellas (1911-1983)29—, aborda en clave de ficción al régimen colonial español impuesto sobre el territorio actual de Guinea Ecuatorial, temática que se evitaba tratar ya sea en ensayos o novelas.

Algunos éxitos de venta fueron El aliado olvidado, de Pierre Van Paassen, sobre el pueblo judío como el cuarto aliado en la SGM. En cuanto a promedios de tiradas, la media era de 2.000 ejemplares y, en algunos casos, sumaban a esa tirada otra especial de 100 ejemplares impresa en papel de mejor calidad, como en Retorno de Echeverría, de Abel Chaneton.


1

Los tres principales socios de E.A, Chaves, Domicelj y Artaza

Gaceta del Libro, n.º 6 (agosto de 1945): 20-21.


2

Chaves en la portada de agosto de 1945 de Gaceta del Libro.

Gaceta del Libro, n.º 6 (agosto de 1945): 20-21


3

Frente de la E.A, donde funcionaban sus oficinas, sus talleres y su librería al público, sobre avenida Córdoba al 2240

Gaceta del Libro, n.º 6 (agosto de 1945): 20-21.

3.3. El pico de producción, 1945

La principal novedad e innovación empresarial se dio en este año con la adquisición de una imprenta propia, los “Talleres Gráficos Ayacucho”, con local sobre la avenida Córdoba al 2240, ciudad de Buenos Aires, logrando, de esta forma, independizarse de los servicios de imprenta externos30. A partir de este momento, la sociedad pasó a tener un patrimonio de $600.000.

Este año E.A comenzó a integrar el Consejo Directivo de la Cámara del Libro (CAL), siendo representada por Chaves, quien formó parte de dicho consejo en 1945-46 como vocal suplente; en 1946-47 como protesorero; y en 1947-48 como vocal titula31. Allí interactuó con editores portadores de mayor capital simbólico, como Gonzalo Losada o Santiago Rueda, entre otros.

En este año se publicaron 38 libros, correspondientes a 34 autores, los números anuales más altos en toda la historia de E.A. Se mantiene la hegemonía de autores norteamericanos, llegando a casi un 55% si sumamos a los dos autores húngaros y al alemán norteamericanizados y radicados en Estados Unidos. El pico del año anterior de autores paraguayos se desvanece por las razones que mencionamos anteriormente.

Sin dudas, el dato relevante es la aparición en el catálogo de autores rusos, pero no norteamericanizados, sino soviéticos. Esta novedad tiene su explicación en la coyuntura internacional geopolítica resultado del triunfo en la SGM de los Estados Unidos e Inglaterra aliadas a la Unión Soviética, lo que permitió que, por el breve bienio 1945-46, las manifestaciones culturales soviéticas sean permitidas en diferentes países de Occidente. En Paraguay esto se plasmó en la legalización del Partido Comunista Paraguayo durante seis meses en el segundo semestre de 1946. Así, E.A se permitió, por ejemplo, publicar una traducción directa del ruso de los cuentos de Vsévolod Garshin (1855-1888) y dos memorias de militares soviéticos de la SGM32.

Cuadro 7
Autores publicados en 1945

Nacionalidad

Cantidad

Porcentaje

Norteamericana1950%
Rusa38%
Inglesa38%
Austríaca25,50%
Húngara25,50%
Portuguesa25,50%
Francesa12,50%
Alemana12,50%
Española12,50%
Irlandesa12,50%
Boliviana12,50%
Argentina12,50%
Paraguaya12,50%

TOTAL

38

100%

Cuadro 8
Tipos de textos 1945

Tipo de texto

Cantidad

Porcentaje

Primeras traducciones al castellano2976%
Segundas o terceras ediciones en castellano513%
Títulos originales411%

TOTAL

38

100%

Cuadro 9
Géneros de textos 1945

Géneros

Cantidad

Porcentaje

Novelas2258%
Biografías411%
Memorias/Testimonios411%
Libros de viajes25%
Cuentos25%
Historia25%
Autoayuda12,50%
Ensayos de actualidad/Geopolítica12,50%

TOTAL

38

100%

Se consolidaron las primeras versiones en castellano de obras en su mayoría norteamericanas, aunque disminuyeron sensiblemente los temas relacionados a la SGM en todos los géneros y los títulos llevados al cine. Del mismo modo, los títulos originales siguen siendo marginales en el catálogo. Un título a resaltar fue Trío, de Dorothy Baker, primera traducción en castellano realizada por Beatriz Mernes de Prieto, con una trama en la que aparecen implícitas alusiones a relaciones lésbicas; la traducción del primero de los libros de Melville; la aparición de un autor boliviano como Botelho Gosálvez, a diez años de finalizada la Guerra del Chaco —quizá, resultado del ingreso de Carrasco como inversionista—; y una primera versión en castellano de La roja divisa del valor, de Stephen Crane, famoso texto de 1895 sobre la Guerra de Secesión norteamericana.

3.4. El fin de la época de oro de E.A, 1946

En marzo de 1945 Julio César Chaves afirmaba que la industria editorial argentina debía centrarse en “aquel americano alfabeto al que nunca le llegó un libro” y que en Argentina “se debe leer mucho más de lo que se lee en la actualidad”. A lo anterior agregó “Al finalizar la guerra se ha de producir un verdadero despertar del alma americana” y subrayó su “fe invencible, inquebrantable, en el porvenir de la actividad editorial”, sosteniendo que “impresores, editores, distribuidores y libreros deben unirse y dejar las “cuestiones personales”33. En estas declaraciones de Chaves parecería advertirse que el mismo ya percibía las dificultades externas futuras para la industria editorial argentina.

Justamente en 1946 aparecen señales de los cambios que sobrevendrían a partir de 1947 en la actividad y política editorial de E.A. Lo primero es un muy acusado descenso, hasta casi la mitad, de los títulos publicados con respecto al año anterior.

Cuadro 10
Autores publicados en 1946

Nacionalidad

Cantidad

Porcentaje

Norteamericana524%
Rusa419%
Paraguaya419%
Inglesa315%
Boliviana211%
Polaca14%
Canadiense14%
Argentina14%

TOTAL

21

100%

Comenzó a mermar la presencia de autores norteamericanos, pese a que mantienen la primacía y casi un 50% proviene del mundo sajón, a la vez que se inició una mayor participación porcentual de autores regionales de Paraguay, Bolivia y Argentina, con siete autores sudamericanos de un total de veintiuno, poco más de un tercio.

El mantenimiento de la simpatía coyuntural por la Unión Soviética también se expresó en la publicación de Teodoro Dreiser, un escritor norteamericano de izquierda que apoyó al régimen ruso, con el volumen más extenso (980 páginas) y más caro de todos ($ 24). Original de 1925, podría llegar a ser su primera traducción al castellano. También fue parte de esto la traducción al castellano de una novela soviética de ciencia ficción, El soviet en Marte, y una biografía elogiosa sobre Stalin escrita por John T. Murphy. Sin embargo, paralelamente también se publicaron títulos que presagiaban el inicio de una tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética que daría inicio a lo que conocemos como la Guerra Fría. Ejemplos de esto fueron los libros de geopolítica de David Dallin y el de William White, Mi informe sobre los rusos, además de La risa roja, novela corta de Leónidas Andreiev (1871-1919), escritor ruso exiliado en Finlandia en los primeros años del régimen bolchevique. Lo que está claro es el interés por Rusia, inexistente entre 1943 y 1944 dentro del catálogo.

Cuadro 11
Tipos de textos 1946

Tipo de texto

Cantidad

Porcentaje

Primeras traducciones al castellano1257%
Títulos originales524%
Segundas o terceras ediciones en castellano419%

TOTAL

21

100%

Cuadro 12
Géneros de textos 1946

Géneros

Cantidad

Porcentaje

Novelas943%
Ensayos de actualidad/Geopolítica524%
Biografías419%
Ensayos de actualidad/Geopolítica314%

TOTAL

21

100%

En esta primera etapa de E.A, que podríamos considerar su edad de oro (1943-1946) dentro de otra edad de oro —la de la edición en Argentina (1938-1955)—, se iniciaron colecciones que luego no fueron sostenidas en forma sistemática, como “Colección Estepa”, que englobaría a novelas y ensayos cuyo eje central sea Rusia; “Biblioteca político económica”, “Colección grandes novelas”, “Colección moderna”, “Colección Biografías Argentinas”, entre otras.

Lyons y Mollier subrayaron la importancia del papel de los traductores como “intermediarios o pasajeros culturales” y la necesidad de identificarlos. Quien llevó a cabo mayor número de traducciones fue Jack Davidson34, con siete, a quien le siguen Beatriz Mernes de Prieto35 y Eloy Lorenzo Rébora36, con seis cada uno/a, y Pedro de Olazábal37 con cinco traducciones. También se destaca el aporte del militar paraguayo Arturo Bray en su doble condición de autor y traductor de la editorial. Por último, resalta otro autor-traductor de la editorial, Guillermo Cabanellas, quien tradujo al castellano dos obras del escritor portugués José María Eça de Queiroz, El conde de Abraños y La capital, ambas en 1945.

Como recapitulación de esta edad de oro de E.A, podemos señalar un desbalance entre los objetivos culturales y los comerciales a favor de estos últimos. Sin embargo, eran los beneficios de las ventas de los libros de éxito pasajero los que les permitían a Chaves y Artaza poder publicar los libros culturales sobre historia y otros aspectos del Paraguay. En comparación con otras editoriales, las mayores similitudes de esta etapa se presentan en relación con Sudamericana: libros de precios entre 3 a 8 pesos moneda nacional hacia 1943-1947, dependiendo del número de páginas; opción por autores de éxito en Norteamérica; y preeminencia de traducciones de autores/as norteamericanos/as38. Sin embargo, a estas similitudes se le contraponen diferencias de peso. Mientras en Sudamericana publicaban traducciones de Faulkner, Steinbeck, Woolf, Hemingway, con algunas traducciones hechas por Borges o Cortázar, en E.A tanto los autores traducidos como los traductores tenían mucho menos prestigio. Esta diferencia se hace extensiva a Losada y a Emecé, que contaban en sus catálogos con autores de mucho reconocimiento intelectual. La diferencia cualitativa era muy grande. Incluso editoriales más pequeñas, como la de Santiago Rueda, publicaron a Proust, Hesse, Hemingway y Steinbeck, entre otros.

4. Segunda etapa: desnorteamericanización, peronización, americanismo y paraguayización, 1947-1957.

4.1. Desnorteamericanización y peronización, 1947-1948

Si en la primera etapa (1943-1946) se publicaron 110 títulos, este nivel de producción bajaría acentuadamente en esta segunda etapa (1947-1957) a solo 29 títulos en un tiempo que triplicó al anterior.

El logo estrenado en 1945, en donde tres lanzas de tacuara atraviesan a las iniciales de la editorial, presagió en forma involuntaria este giro hacia autores y géneros de la región que tuvo un anticipo en 1944 con la irrupción de un 16% de autores paraguayos, se inició en 1946 y se consolidó a partir de 1947, abandonando a la cultura norteamericana que caracterizó a la primera etapa. Inspirado en las lanzas utilizadas por los gauchos montoneros que peleaban en los ejércitos federales del siglo XIX, se incluyó como elemento identitario americano a la caña de tacuara en el sello de la editorial.

Logo de la editorial entre 1945 y 1957
4
Logo de la editorial entre 1945 y 1957

La nueva identidad se reflejó en la procedencia de los autores publicados, de los cuales un 86 % fueron paraguayos y argentinos. Estos cambios vinieron acompañados de una profunda merma en la cantidad de título publicados. El inicio de este proceso de desnorteamericanización y desplazamiento hacia temas americanistas, vino acompañado de otro cambio profundo en los tipos de textos publicados entre 1947 y 1957. Con solo tres excepciones, todos fueron textos originales, dejando atrás la línea de traducciones, consecuencia del abandono de la difusión de autores norteamericanos. Este cambio pudo tener relación con el problema de los derechos editoriales sobre las obras traducidas contenidos en el artículo 23 de la Ley de Propiedad Intelectual, lo que, incluso, llevó a una escisión de un grupo de medianas y pequeñas editoriales de la CAL, las que fundaron otra entidad, la Sociedad Argentina de Editores (SAE), reconocida por el peronismo, la cual se opuso a la derogación de este artículo que “indicaba que al año de publicada la obra, se perdía el derecho sobre la traducción si no se había registrado el contrato de traducción”39. Como la práctica usual no era firmar contratos de traducciones para evitar incorporar al traductor en los porcentajes de ganancias de ventas, un sector mayoritario de la CAL sostuvo un fuerte lobby para la derogación de este artículo. Tal situación afectaba claramente los intereses de E.A, junto a, por ejemplo, Sudamericana.

Cuadro 13
Autores publicados entre 1947 y 1957

Nacionalidad

Cantidad

Porcentaje

Paraguaya1552%
Argentina1034%
Venezolana13,50%
Boliviana13,50%
Canadiense13,50%
Húngara13,50%

TOTAL

29

100%

Cuadro 14
Tipos de textos entre 1947 y 1957

Tipo de texto

Cantidad

Porcentaje

Títulos originales2690%
Segundas o terceras ediciones en castellano310%

TOTAL

29

100%

Cuadro 15
Géneros de textos entre 1947 y 1957

Géneros

Cantidad

Porcentaje

Historia1242%
Novelas y cuentos828%
Ensayos políticos, sociales y literarios724%
Libros de viajes13%
Poesía13%

TOTAL

29

100%

Así como Sudamericana se volcó a partir de 1948-1950 a priorizar las publicaciones vinculadas a la literatura argentina con autores como Sábato, Cortázar y Mujica Lainez, posiblemente debido a la recuperación gradual de la industria editorial española (de Diego, 2006), puede pensarse que en un primer momento planearon algo similar en E.A, pero dirigido al mercado interno paraguayo.

4.1.2. Causas del declive

Una posible clave de explicación de la baja en la producción abarca factores externos a la editorial y otros internos. Con respecto a los primeros, se encuentran vinculados a un declive de la producción editorial resultado de “la crisis económica generalizada en Argentina entre 1948 y 1953, años en los que la inflación anual promedió el 33 %40, lo que habría detenido el crecimiento a mediados de los años cincuenta con la pérdida de mercados externos y un vuelco al mercado interno41. Por su parte, Giuliani señala que para 1947 se incrementaron los costos internos, resultado, en parte, de la política de expansión salarial del peronismo y había comenzado la recuperación de la industria española, que fue la variable principal en este proceso, ya que implicó trabas a la entrada de libros americanos a ese mercado. De acuerdo con Larraz Elorriaga, en base al testimonio de Gonzalo Losada, “La multiplicación de casas editoras en Argentina provocó, de hecho, que se desbocara el número de títulos y las tiradas de libros. Así, en 1944, el editor Gonzalo Losada, cuando todo eran parabienes para la recién nacida industria editorial argentina, avisó de que la cantidad desproporcionada de editores surgidos en los últimos años era debida al anormal contexto internacional. Este producía el espejismo de ganancias rápidas y fáciles que atraía a personas vocacionalmente ajenas al mundo del libro. Sin embargo, vaticinaba que aquellos editores ocasionales irían desertando a medida que la actividad se normalizara y pronto la producción se ajustaría a la realidad del público lector en castellano”42. Lo anterior se ajusta exactamente a la experiencia de E.A y a los motivos de su declive.

El Primer Congreso de Editores y Libreros de América Latina, España y Portugal, llevado a cabo en Buenos Aires en julio de 194743, reveló que España ya se sentía convencida del incipiente renacimiento de su industria editorial. El hecho de que haya encabezado su delegación un hombre como Alfredo Sánchez Bella (Director de E.P.E.S.A) es una muestra de ello, quien eludió los tímidos reclamos de las empresas latinoamericanas por la millonaria deuda que España mantenía con ellas desde 1939, pretextando escasez de divisas44.

Entonces, tenemos unos factores externos desfavorables que coinciden con el momento de declive de E.A, lo que ayudaría a comprender este cambio de etapas. Con respecto a los factores internos, los datos empíricos demuestran en forma inequívoca la existencia de un profundo cambio de rumbo en la actividad y política editorial de E.A. Sin embargo, la documentación existente no permite desentrañar las causas, por lo que solo nos queda aventurar algunas hipótesis en base a diferentes tipos de indicios relacionados con la situación política interna del Paraguay, de Argentina y del vínculo entre los principales socios de E.A, Chaves, Artaza y Domicelj. Los datos concretos sobre una modificación en la dinámica interna de E.A fueron dos. Uno, la partida de una de las tres lanzas; Igor Domicelj logró adquirir una imprenta propia y abandonó la editorial a fines de 194645; el otro, el ingreso de un nuevo socio-gerente, el colombiano Max Nieto Patiño (1908-1981), que coincidió con una modificación de la dirección del negocio, la cual se plasmó en la constitución en Madrid por parte de E.A de una “sociedad autónoma de capital español y argentino combinado”46 para la distribución en España de libros argentinos, situación que abonaría la hipótesis de que la editorial decidió volcarse al negocio de la distribución de libros argentinos en España, en desmedro de continuar publicando nuevos títulos. El hecho de que los títulos de 1948 hayan sido impresos nuevamente en talleres externos indicaría que los Talleres Gráficos Ayacucho fueron vendidos tras la partida de Domicelj. Esto puede relacionarse con el cambio en el enfoque del negocio47. También es oportuno preguntarse si Domicelj fue el único consciente de que las condiciones favorables del mercado editorial en Argentina habían cambiado y por eso decidió su salida de E.A para dedicarse a impresiones industriales, negocio en el que prosperó con la impresión de naipes. En todo caso, para los integrantes de E.A, las perspectivas a partir de 1947-48, claramente serían diferentes48.

Con respecto a la relación de E.A con la primera presidencia de Perón (1946-1952), sin duda alguna no habrá sido conveniente para aquellos intelectuales paraguayos el hecho de que el nuevo gobierno argentino sea el mismo que colaboró con la dictadura de Morínigo para evitar su caída, es decir, aquel régimen por el cual ellos debieron partir al exilio porteño49. Los itinerarios posteriores de Artaza y Chaves nos ofrecen claves de quien pudo haber tenido posturas más principistas con respecto al credo liberal, condición necesaria para la posibilidad o no de adaptarse al nuevo gobierno argentino aliado de Morínigo. Creemos que existen indicios para considerar que Artaza ya no participó activamente en E.A a partir de 1947/48, luego del apoyo de Perón a Morínigo y de que la editorial publicara a una serie de autores argentinos muy identificados con el peronismo50.

La evidencia es innegable, los nueve autores argentinos publicados por E.A entre 1947 y 1948 eran parte de la intelectualidad peronista, lo que revela una política pragmática y acomodaticia de la editorial a la nueva coyuntura, lo que redundó en el otorgamiento en 1948 de créditos del gobierno destinados a empresas editoras que para E.A significaron 142.000 pesos moneda nacional51. Para considerar este cambio sorpresivo como un giro peronista en E.A es necesario recordar que, en la coyuntura previa al triunfo electoral del peronismo en febrero de 1946, los directivos de la CAL, cuyo Consejo Directivo ya integraba Chaves, se mostraron claramente como aliados de la Unión Democrática, fuerza opositora a Perón52, a la vez que protagonizaron enfrentamientos con la Secretaría de Trabajo y Previsión durante 194553. Sumado a esto, en sesiones del Consejo Directivo de la CAL de septiembre de 1946, Chaves propuso la “creación de una Comisión de Defensa de la Actividad Editorial, propuesta aprobada por unanimidad y siendo nombrado el propio Chaves como presidente de la misma, la cual tendría la función de enfrentar “injustos ataques en distintos órganos publicitarios” hacia las políticas editoriales de la CAL54. En aquellas sesiones, Chaves, incluso, llegó a cuestionar los aumentos a los obreros gráficos por el aumento en los costos de producción que implicaban para la industria5. A partir de 1949 E.A dejó de tener representación en el Consejo Directivo de la CAL, lo que se podría considerar como consecuencia de este giro peronista.

Podríamos considerar que Chaves optó por buscar una cierta protección del gobierno peronista a través de congraciarse con el mismo con la publicación de autores argentinos de poco renombre pero identificados con el gobierno56, como forma de enfrentar una atmósfera creada hacia 1947-1948 caracterizada por el enfrentamiento entre la CAL y la SAE en donde comenzó a predominar una antinomia entre los intereses nacionales o extranjeros en el mundo editorial —centrados estos últimos en España—, con el agregado de la incipiente crisis económica de la industria.

Este vuelco de E.A hacia autores argentinos y peronistas producido en paralelo al otorgamiento de créditos para la industria editorial por parte del peronismo sería un ejemplo de lo que Girbal Blacha propone como hipótesis en su trabajo de 201257 acerca del uso de la ley como elemento de control. Sin embargo, otros estudios recientes objetan esa posición argumentando que la misma CAL, opositora a Perón antes de las elecciones, recibió con agrado la sanción de dicha ley58.

Las posteriores trayectorias de cada socio nos aportan más indicios de posiciones principistas de Artaza frente a otras más pragmáticas o acomodaticias de Chaves. Mientras este último regresó al Paraguay y se convirtió en un colaboracionista cultural del régimen de Stroessner, Artaza permaneció en el exilio de Buenos Aires. El siguiente proyecto editorial en el que se involucraría Chaves sería Ediciones Nizza (1957-1969), en sociedad con el propietario de la Agencia de Librerías Nizza en Asunción. Artaza, por su parte, se convertiría en un referente del liberalismo paraguayo en el exilio porteño, participando incluso como articulador político de acciones armadas que intentaron derrocar al régimen de Stroessner. La bifurcación de caminos entre aquellos viejos correligionarios del liberalismo y socios editoriales no podría ser mayor: mientras en 1962 Chaves era nombrado por decreto de Stroessner para integrar comisiones nacionales en ámbitos culturales, Artaza era uno de los firmantes de una declaración de exiliados paraguayos de distintas fuerzas políticas en la que se refieren al régimen de Stroessner como a una “tiranía”59. En ese mismo año volvería fugazmente a la tarea de editor con un único título60 y doce años después fallecería en el exilio de Buenos Aires el 7 de mayo de 1974. En los periódicos asuncenos apenas se mencionó la noticia, solo unos avisos fúnebres pagados por sus familiares, los directivos de Artaza Hermanos, y la asociación de trabajadores de esa empresa, y un breve suelto en donde se mencionó que “en la Argentina, su actividad se centró fundamentalmente en la actividad editorial”61.

4.2. Paraguayización, declive y baja de producción, 1949-1957

Si hacia 1955 en los catálogos de la Colección Austral de Espasa-Calpe, y en la Biblioteca Contemporánea de Losada se produjo una desespañolización en pos de una latinoamericanización62, en el caso de E.A, a partir de 1947, su catálogo se desnorteamericanizó en pos del mismo fin: la presencia de autores latinoamericanos, en principio paraguayos y argentinos, que luego derivó en una exclusividad paraguaya.

Si bien en 1947 y 1948 la baja en la producción fue abrupta —nueve títulos publicados en 1947 y seis en 1948—, la etapa abierta en 1949 significó prácticamente el fin de E.A como una editorial profesional, quedando reducida a un simple sello sin talleres de impresión, que publicaba ocasionalmente obras del propio Chaves —El aislacionismo en el alma paraguaya en 1948 o El Presidente López en 1955— y de sus colegas historiadores nucleados en el Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas63, dejando atrás incluso la publicación de autores argentinos. El hecho de que en la portada del tercer volumen de Historia de las letras paraguayas, de Carlos Centurión, figure impreso el precio del ejemplar en guaraníes en lugar de pesos —como era lo habitual—, indicaría que por la temática de aquellos años la mayoría de los ejemplares se exportaban al Paraguay.

5. Reflexiones finales

La experiencia de E.A y sus diferentes etapas nos pueden servir para reflexionar sobre algunos aspectos de los variables modelos que a través del tiempo conectaron al autor, al editor, al librero y al taller impresor. Con respecto a esto, lo primero que salta a la vista es la existencia de una fusión de autor-editor-imprenta-librería en sus principales socios: tanto Chaves como Artaza —a los que podemos agregar al boliviano Carrasco— fueron autores de libros publicados por su propio sello editorial, situación inexistente en las otras editoriales de la época en Buenos Aires, en donde la función del editor estaba claramente diferenciada del rol del autor. Esta situación configuraría una muestra de falta de profesionalismo y ausencia de división de tareas más propia de períodos anteriores y ausentes en editoriales contemporáneas como Losada, Sudamericana o Emecé. ¿Quién podía determinar la calidad de los textos de Chaves y Artaza si autor y editor eran la misma persona? Esto, sumado a la ausencia de autores y títulos que le permitan acumular capital simbólico, nos lleva a la conclusión de que en E.A estuvo ausente la figura del editor profesional o director literario, a la manera de un Antonio López Llausás en Sudamericana o Guillermo de Torre en Losada. Es por ello que sus títulos se centraron en libros que habían funcionado comercialmente en Estados Unidos, seleccionados con un cierto criterio utilitario por Chaves o Artaza. La consecuencia de esta característica de E.A fue precisamente el final profetizado por Gonzalo Losada y citado por Larraz Elorriaga para aquellas editoriales que ingresaron al mercado buscando exclusivamente réditos económicos. No fue casual que el ingreso al mercado editorial de E.A coincida con el período de oro de la industria editorial en Argentina y que su declive coincida también con el ocaso del mercado editorial.

Por otro lado, la experiencia de la E.A nos demuestra, entre otras cuestiones, la imposibilidad de encarar una historia del libro y la edición en el Paraguay prescindiendo del marco regional e internacional. La notable falta de información en la bibliografía del Paraguay con respecto a la actividad editora de Artaza y Chaves en Buenos Aires abren dos hipótesis. La primera es que podría constituir un alarmante desconocimiento del campo cultural paraguayo sobre esta experiencia. La segunda, que de los libros impresos y editados en Buenos Aires solo un porcentaje mínimo fue exportado al Paraguay. Una tercera opción podría ser una mezcla de ambas. En todo caso, en el campo paraguayo está todo por escribirse, quedando pendiente para una historia de la lectura, a construir en el campo paraguayo, la circulación, lectura e impacto de estos libros en el Paraguay.

Bibliografía

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de Diego, José Luis. La otra cara de Jano. Una mirada crítica sobre el libro y la edición. Buenos Aires: Ampersand, 2015.

Esposito, Fabio. “Los editores españoles en la Argentina: redes comerciales, políticas y culturales entre España y la Argentina (1892-1938)”. En Carlos Altamirano (dir.), Historia de los intelectuales en América Latina, tomo II. Buenos Aires: Katz, 2010: 515-536.

Gargatagli, Anna. “El fin de la edad de oro: traducción y melancolía”, El taco en la brea 4, n.º 5 (mayo 2017): 305-321.

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Giuliani, Graciela Alejandra. “Los editores y la irrupción del peronismo (1945- 1947)”. En Actas del Primer Congreso de estudios sobre el peronismo: la primera década, Mar del Plata, noviembre de 2008. Disponible en https://redesperonismo.org/wp-content/uploads/2019/03/giuliani.pdf (consultado el 5 de mayo de 2024)

Giuliani, Graciela Alejandra. “La edición de libros y el peronismo (1943-1955)”. Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 2015. Disponible en http://repositorio.filo.uba.ar/.

Giuliani, Graciela Alejandra. “La Ley de Crédito editorial de 1947: Política industrialista, legisladores y entidades empresariales en su proceso de sanción”. En V Congreso de Estudios sobre el Peronismo, Resistencia, del 1 al 3 de septiembre de 2016: 441-462. Disponible en https://redesperonismo.org/wp-content/uploads/2019/03/Giuliani.pdf

Grupo de Estudios sobre Historia de la Edición en el Paraguay. “Notas para una historia del libro y la edición en el Paraguay (II)”, El Nacional (31 de octubre de 2021), disponible en https://elnacional.com.py/cultura/2021/10/31/notas-para-una-historia-del-libro-y-la-edicion-en-el-paraguay-ii/ (consultado el 30 de abril de 2024).

Kuprin, V. , Konstantin Mikhailovica Simonov, Vasilii Semenovich Grossman. Días y noches de Stalingrado. Buenos Aires: Editorial Ayacucho, 1945.

Larraz Elorriaga, Fernando. Una historia transatlántica del libro. Relaciones editoriales entre España y América latina (1936-1950). Gijón, Trea: 2010.

Lyons, Martyn y Jean-Yves Mollier. “L’histoire du livre dans une perspective transnationale”. Histoire et Civilisation du Livre. Revue Internationale, n.º 8 (2012): 9-20.

Tutté, Andrea. “Una ‘Patriótica empresa’: estrategia editorial y proyecto político en Juan Natalicio González”. Revista Paraguaya de Historia 2, n.º 2 (2019): 49-80.

Fuentes

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Faro, vocero de la juventud del Movimiento Popular Colorado 1, n.º 1 en el exilio (octubre de 1962).

Gaceta del Libro, 1945-1947.

Gaceta Oficial de la República del Paraguay, 1939.

Ministerio de Educación de la Nación, Dirección General de Cultura. Boletín Bibliográfico Nacional (1950-1956). Buenos Aires: Publicación Oficial. Disponible en línea en http://antecedentes-bna.bn.gob.ar/?collection=boletinbibliograficonacional

Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, Comisión Nacional de Cooperación Intelectual. Boletín Bibliográfico Argentino (1942-1949). Buenos Aires: Publicación oficial. Disponible en línea en http://antecedentes-bna.bn.gob.ar/?collection=boletinbibliograficoargentino

Panorama, n.º 54 (noviembre de 1967): 105

Algunas portadas. Primera época, 1943-1946





Segunda época, 1947-1957




Notas

1 Andrea Tutté, “Una ‘Patriótica empresa’: estrategia editorial y proyecto político en Juan Natalicio González”, Revista Paraguaya de Historia 2, n.º 2 (2019): 49-80.
2 Encuentro virtual realizado entre el 2 y el 4 de diciembre de 2020 con la coordinación de Pura Fernández.
3 Fernando Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro. Relaciones editoriales entre España y América latina (1936-1950) (Gijón: Trea, 2010): 108.
4 En el Boletín de 1947 (publicado en 1949) se informa que la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual fue reemplazada por la Junta Nacional de Intelectuales que asume la continuación de la publicación del informe anual bibliográfico.
5 Entre otros, José Luis de Diego, Editores y políticas editoriales en Argentina, 1880-2000 (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2006); José Luis de Diego, La otra cara de Jano. Una mirada crítica sobre el libro y la edición (Buenos Aires: Ampersand, 2015); Fabio Esposito, “Los editores españoles en la Argentina: redes comerciales, políticas y culturales entre España y la Argentina (1892-1938)”, en Carlos Altamirano (dir.) Historia de los intelectuales en América Latina, tomo II, 515-536 (Buenos Aires: Katz, 2010); Fernando Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro; Graciela Alejandra Giuliani, “La edición de libros y el peronismo (1943-1955)” (Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 2015).
6 Véase de Diego, La otra cara de Jano.
7 Ibid., p. 19.
8 Esposito, “Los editores españoles en la Argentina…”, 515.
9 Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro, 83.
10 Ibid., 89.
11 Llegó a publicar unos 27 libros entre 1935 y 1949, además de la tercera época de la Revista Guarania entre 1942 y 1944. Tutté, “Una ‘patriótica empresa’”: 75-77.
12 Tupá publicó, aproximadamente, unos doce libros entre 1943 y 1952. Su principal característica fue el escaso número de títulos publicados y el interés exclusivo en temas culturales paraguayos, lo que indica que no tuvo un espíritu comercial. Algunos de los autores publicados fueron Sinforiano Buzó Gómez, Hipólito Sánchez Quell, Erico Verissimo, Antonio Ortiz Mayans, Alcides Codas Papaluca, Hérib Campos Cervera, Hérib y obras del mismo propietario de Tupá, Anselmo Jover Peralta.
13 “Estadística de libros de edición argentina expedidos al exterior en el año 1942”, en Boletín Bibliográfico Argentino, n.º 1 (enero-julio de 1944): 107. Los paquetes destinados al Paraguay fueron 8.740. Cada paquete podía contener un mínimo de tres volúmenes y un máximo de treinta. De la región solo se enviaron menos paquetes a destinos como Nicaragua (7.200), Honduras (3.020), Guatemala (5.675), El Salvador (7.310), República Dominicana (4.670) y Costa Rica (6.405). Para advertir el contraste con países limítrofes, a Bolivia se enviaron 36.905, a Uruguay 45.795 y a Brasil 19.350. En las cifras del siguiente año, 1943, el porcentaje de lo enviado a Paraguay descendió al 1% del total (“Estadística de libros de edición argentina expedidos al exterior en el año 1942”, en Boletín Bibliográfico Argentino, n.º 15 (enero-julio de 1944): 108).
14 Pastor Urbieta Rojas, Justo Pastor Benítez, Arturo Bray y Julio Correa.
15 Hadfield William, El Brasil, el Río de la Plata y el Paraguay vistos por un viajero en 1852. Texto original de 1854 traducido por Betty B. de Cabral para una proyectada colección “Viajeros en el Plata”, 1943.
16 Nos referimos a los alemanes Martha Albrand y Riess Curt, y al húngaro Tibor Koves. Los tres escribieron textos de propaganda aliada en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
17 Ejemplos de esto son la novela Los comandos, de Arnold Elliot, que se llevó al cine como First comes courage (Dorothy Arzner, 1943); El sargento inmortal, de John Brophy, llevada al cine como Sergeant York (Howard Hawks, 1941), protagonizada por Gary Cooper.
18 Llevada al cine en 1942, basada en la novela original de Olive Higgins Prouty, Now Voyager (1941), y protagonizada por Bette Davis. 19 “Ayacucho intensifica su producción. Inauguración de sus Talleres Gráficos”, Gaceta del Libro, n.º 6 (agosto de 1945): 20-21.
20 En algunas referencias biográficas se menciona que fue en 1893, pero nosotros nos basamos en la edad declarada al momento de casarse en 1920, donde se registró que tenía 25 años (https://www.familysearch.org).
21 “Ayacucho intensifica su producción. Inauguración de sus Talleres Gráficos”, Gaceta del Libro, n.º 6 (agosto de 1945): 20-21.
22 Carlos Hugo Chaves Casabianca (1908- ¿?), en 1940 fue canciller de la legación del Paraguay en Buenos Aires, cargo al que renunció con la llegada de Higinio Morínigo al poder. Ligado al ámbito periodístico, en 1964 sería el director del periódico El Día, el cual tuvo una línea editorial de apoyo al régimen stronista. Más adelante, a mediados de los años setenta, dirigió a La Tribuna en sus últimos años de existencia.
23 Manuel Carrasco Jiménez (1892-1964). Trayectoria similar a la de Chaves y Artaza en cuanto a orígenes sociales y participación política. Abogado, periodista, político e historiador boliviano, miembro de la élite socio económica boliviana y representante del liberalismo de aquel país. Fue presidente del Banco Central y ministro de Fomento y Comunicación durante la presidencia de Tejada Sorzano (1934-1936). Fue el propietario de uno de los periódicos más importantes de La Paz, El Diario. En 1952 pasaría a exiliarse a Buenos Aires por la revolución social ocurrida en Bolivia. Fue autor de una biografía de Pedro Murillo publicada por E.A en 1945, por lo que, al igual que Chaves y Artaza, fue autor-editor-impresor-librero de su propia obra.
24 Victorio Escalante, fue funcionario del último régimen liberal paraguayo (1937-1940) con el cargo de Síndico de la República (Gaceta Oficial de la República del Paraguay, 1939). Pudo haber nacido en Formosa, argentino de nacimiento, al igual que Artaza.
25 No se cuenta con datos de Toso. Ver “Ayacucho intensifica su producción…”.
26 En 1946 se sumaría como nuevo socio-gerente el colombiano Max Nieto Patiño.
27 Hans Habe, por ejemplo, era húngaro, pero se nacionalizó estadounidense e integró su ejército en operaciones de guerra psicológica en Camp Ritchie.
28 Por ejemplo, por solo nombrar las más conocidas, El matrimonio es asunto privado, de Judith Kelly, se había llevado al cine ese mismo año de 1944, ambientada durante la Segunda Guerra Mundial; Dios es mi copiloto, relato autobiográfico del piloto militar Robert Scott; o París no muere, de Etta Shiber, llevada al cine como París underground, su título original, en 1945.
29 Intelectual español republicano exiliado. Durante el gobierno de la República (1931-1936) se desempeñó como secretario del Gobierno General de la Guinea Española, territorio africano sobre el que España ejercía un dominio colonial. Se exilió en Río de la Plata en 1937, pasando primero por Uruguay (1937-38), Paraguay (1938-1943) y finalmente Argentina, donde se radicó definitivamente. En Asunción trabajó en el periódico propiedad de Artaza, El País, y en Buenos Aires llegó a fundar una pequeña editorial llamada Heliasta.
30 Fueron inaugurados en agosto de 1945 en un local donde anteriormente había funcionado en los años treinta la imprenta de un periódico médico denominado La Semana Médica.
31 Giuliani, “La edición de libros y el peronismo (1943-1955)”, 240-241.
32 V. Kuprin, Konstantin Mikhailovica Simonov, Vasilii Semenovich Grossman, Días y noches de Stalingrado (Buenos Aires: Editorial Ayacucho, 1945).
33 “El libro: presente y porvenir”, Gaceta del Libro 1, n.º1 (marzo de 1945): 25.
34 Jack Davidson, de nacionalidad inglesa, tradujo los siete libros para E.A entre 1944 y 1945, cuando contaba con 39-40 años. Paralelamente era “titulista de películas extranjeras en nuestro país” desde 1930 y de los textos doblados al castellano de las películas extranjeras (ver “Jack Davidson: el inglés de los títulos”, en Panorama, n.º 54 (noviembre de 1967): 105).
35 Esposa de Justo Prieto, reconocido intelectual y miembro del elenco de administraciones liberales junto a Artaza y Chaves, que debió partir al exilio a partir de 1940-41. El texto más importante, y polémico, que tradujo fue Trío, de Dorothy Baker (1945).
36 No pudimos obtener mayores datos, siendo su traducción más importante la del libro de Stephen Crane, La roja divisa del valor.
37 Traductor de Aldous Huxley para Sudamericana en 1950.
38 Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro, 101-102.
39 Giuliani, “La edición de libros y el peronismo (1943-1955)”, 138.
40 Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro, 91.
41 de Diego, La otra cara de Jano, 19.
42 Larraz Elorriaga, Una historia transatlántica del libro, 89.
43 “Congreso de editores y libreros”, Gaceta del Libro 3, n.º 20, (julio de 1947): 237.
44 Gargatagli, Anna, El fin de la edad de oro: traducción y melancolía, El taco en la brea, 4, n.º 5 (mayo 2017): 305-321.
45 “El señor Domicelj adquiere una imprenta”, Gaceta del libro, n.º 23 (enero de 1947):16.
46 “Perspectivas de nuevos mercados”, Gaceta del Libro 3, n.º 31 (septiembre de 1947): 28.
47 Es importante tener en cuenta que en estos talleres no solo se imprimían los libros de E.A. Losada los utilizó para imprimir La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, en 1946. Incluso otras editoriales pequeñas, como Editorial Venezuela, imprimieron sus libros allí en 1947. Con la salida de Domicelj en 1947/48, se vendió la imprenta que para 1963-1974 pasó a denominarse La Técnica Impresora SACI, y E.A tuvo que volver a imprimir sus libros por imprentas externas, como en el período 1943-1944.
48 Max Nieto Patiño declaró en septiembre de 1947 que “el porvenir no se presenta tan provisorio”, ver “Perspectivas de nuevos mercados”.
49 En julio de 1946, luego de seis años de dictadura militar de Morínigo, se produjo una apertura democrática en el Paraguay que duró seis meses, en la que fueron legalizados todos los partidos políticos y se formó un gobierno de coalición entre colorados y febreristas junto a Morínigo. La falta de entendimiento entre las diferentes fuerzas fue aprovechada por Morínigo para recuperar su poder mediante un autogolpe en enero de 1947. Esto llevó a un levantamiento el 8 de marzo de 1947 de un sector del Ejército en Concepción que recibió al apoyo civil del Partido Liberal, y de los comunistas y seguidores del coronel Rafael Franco. Fue el inicio de una guerra civil que duró casi seis meses. De acuerdo con varios testimonios y estudios, el apoyo del presidente argentino Juan D. Perón a Morínigo con material bélico al final de la contienda fue clave para la derrota de las fuerzas revolucionarias.
50 Por ejemplo, Muerte en el Chaco (1947) de Homero Guglielmini (1903-1968); Historias de sombras, de Juan Sailor, pseudónimo de Horacio Rodríguez, director del Registro de la Propiedad Intelectual, funcionario clave en el ámbito cultural del peronismo; El complot colonial, del catedrático de historia en la Universidad Nacional de La Plata, Exequiel César Ortega alineado con el gobierno de entonces y que en 1978 sería nombrado decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de aquella universidad por la junta militar argentina; Diccionario y cronología histórica americana, de Manuel Vizoso Gorostiaga, quien abre este libro con una carta a Perón donde lo compara con Rosas e Yrigoyen por su obra “positivamente democrática”, y El alma de Humahuaca, escrito por Evaristo González Arena, quien integró el Sindicato de Escritores Argentinos, identificado con el peronismo. En 1948 se publican La tierra embarcada, de Francisco Muñoz Azpiri, y Los amantes, de Raquel Gancier. El primero llegó a escribir textos para los discursos de Eva Perón, y la segunda era una poetisa enrolada entre los intelectuales que apoyaron al nuevo gobierno argentino. Otros títulos del mismo año fueron Rebelión en la selva, del escultor y escritor chaqueño Crisanto Domínguez, y Las veladas del Bermejo, del fiscal y juez chaqueño José Ricardo Bergallo. Ambos estaban identificados con el peronismo.
51 Por el Decreto n.º 19.070/48 del 25 de junio de 1948 en base a la Ley de Crédito Editorial n.º. 13.049, de septiembre de 1947 (Ver Ministerio de Hacienda de la Nación. Boletín Edición Semanal, n.º 127-134: 1.656 y 1679).
52 Chaves integró en diciembre de 1945 una comisión de editoriales y librerías que resolvieron apoyar públicamente a la Unión Democrática (ver “Agrupación democrática de gente de editoriales y librerías”, Gaceta del Libro 1, n.º 10 (diciembre de 1945).
53 Graciela Alejandra Giuliani, “Los editores y la irrupción del peronismo (1945- 1947)” (Actas del Primer Congreso de estudios sobre el peronismo: la primera década, Mar del Plata, noviembre de 2008): 2.
54 Giuliani, “La edición de libros y el peronismo (1943-1955)”, 160.
55 Ibid., 161.
56 Ibid., 150.
57 Noemí Girbal Blacha, “La industria invisible: entre las finanzas y la política”, H-industri@ 6, n.º 11 (2012): 110-134.
58 Graciela Alejandra Giuliani, “La Ley de Crédito editorial de 1947: Política industrialista, legisladores y entidades empresariales en su proceso de sanción” (V Congreso de Estudios sobre el Peronismo, Resistencia, del 1 al 3 de septiembre de 2016): 457.
59 Faro, vocero de la juventud del Movimiento Popular Colorado 1, n.º 1 en el exilio (octubre de 1962).
60 Artaza editó excepcionalmente un libro en 1962 que apareció publicado a cargo de “Editor Policarpo Artaza”. Se trataba de La conducción de la Guerra del Chaco, cuyo autor, David Zook, era un veterano de la Guerra de Corea especialista en guerra psicológica.
61 “Policarpo Artaza, su fallecimiento”, en ABC Color (10 de mayo de 1974): 8.
62 de Diego, La otra cara de Jano, 19.
63 Como los tres volúmenes de Historia de las letras paraguayas (1947-1951, Carlos R. Centurión), El solar guaraní (1947) y Carlos Antonio López (1949) de Justo Pastor Benítez, Eusebio Ayala, presidente de la victoria (1950, Justo Prieto), y Cumbre en soledad (1951, Benigno Riquelme García).

Notas de autor

* Argentino radicado en Paraguay. Profesor de Enseñanza Media y Superior en Historia, recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y maestrando en Historia Intelectual por la Universidad Nacional de Quilmes. Investigador independiente-maestrando en el Centro de Historia Intelectual de la Universidad Nacional de Quilmes.

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