Amoxtli, 2023, n° 10, ISSN: 0719-997X, doi 10.38123/amox10.399
En los últimos años, los estudios del libro, la edición y la lectura se han consolidado como un área de investigaciones interdisciplinarias atravesada por distintas disciplinas y campos de estudio, tales como la sociología de la cultura, la historia intelectual, la antropología, la bibliotecología y las letras, entre otras. Este hecho se ha materializado en publicaciones, artículos, tesis, libros sobre la temática, en grupos de investigación y proyectos colectivos, así como en reuniones e intercambios académicos alrededor de la región latinoamericana y a nivel mundial. Así, se ha abierto una senda que apunta a consolidar y articular distintos espacios de reflexión para calibrar enfoques, temas, problemas y dilemas que contribuyan a optimizar la calidad académica e intelectual de los/as investigadores/as de diversa raigambre disciplinar que abordan las múltiples realidades generadas por el mundo del libro, la edición y la lectura. En esta línea, presentamos este dossier que apunta a reflexionar sobre la teoría y la metodología en los estudios sociales sobre el libro, la edición y la lectura.
Los trabajos que componen el presente dossier son producto de una convocatoria que realizamos luego de las discusiones que tuvieron lugar en la mesa “Teoría y metodología en los estudios sociales sobre el libro, la edición y la lectura” en el marco del IV Congreso Latinoamericano de Teoría Social, organizado en 2023 por el grupo de estudios sobre el Estructuralismo y el Posestructuralismo del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires y que tuvo sede en la Universidad de Chile, la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y la Universidad de Valparaíso. Como parte de un espacio de discusión en consolidación en dicho Congreso, el énfasis de la propuesta convocó a reflexionar sobre los alcances y límites analíticos, cognitivos y procedimentales que campean sobre los estudios del libro y la edición.
El llamado «giro material» en la historia intelectual, la historia del libro, la edición y la lectura de Roger Chartier y Robert Darnton, así como el abordaje sociológico de la edición y la traducción trazado por Pierre Bourdieu y retomado por Gisele Sapiro, entre otros, da cuenta de una tradición consolidada en el estudio sobre la producción y la circulación de libros, bienes económicos y a la vez simbólicos que operan de manera significativa sobre la trama social y las subjetividades. Estos lineamientos se vislumbran en trabajos que apuntaron a reflexionar sobre cómo pensamos, practicamos y llevamos adelante investigaciones en el campo del libro y la edición desde una perspectiva que recoge distintos aspectos de las ciencias sociales y humanas para delinear su objeto. Los seis trabajos que se presentan fueron seleccionados por su capacidad de aportar a la reflexión teórica, conceptual, metodológica y analítica de referentes empíricos dinámicos e históricos, que requieren de herramientas flexibles y a la vez productivas para el estudio de procesos amplios.
La literatura infantil y juvenil ha sido uno de los grandes vacíos en los estudios del libro y la edición en Latinoamérica. Las dificultades para encontrar información, balances empresariales y catálogos que entreguen un panorama aproximado de este tipo de literatura ha traído consigo varios problemas teóricos y analíticos. La falta de un catastro en condiciones ha generado inconvenientes para identificar cuáles son las características y dimensiones que diferencian lo infantil de lo juvenil, para delimitar el impacto en el público lector o bien para establecer miradas generales sobre las condiciones del mercado editorial en diferentes periodos del siglo XX. A partir de estas premisas, el trabajo de Ja'nos Kovacs, Soledad Véliz, e Ignacia Saona, “Hacer hablar archivos silenciosos: Aproximaciones al registro de libros infantiles y juveniles publicados en época de dictadura en Chile” propone un ejercicio metodológico desde la bibliotecología enfocado en modernizar las estrategias de búsqueda. Lo sugestivo de este proyecto es que integra a todos los agentes del ecosistema del libro, quienes a través de su información específica permitirían reconfigurar una cartografía del libro al proporcionar nueva información que fortalecería los motores de búsqueda bibliográfica y pondría a disposición del público un nuevo catálogo que apunte a este tipo de libros.
Desde principios del siglo XX las traducciones literarias han sido fundamentales en el desarrollo del campo editorial. Un trabajo que la mayoría de las veces fue poco reconocido e incluso omitido, pero fundamental para el nacimiento de editoriales, para el incremento de ventas de revistas culturales y magazines, así como en la conformación de nuevos nichos lectores asociados a la literatura extranjera en circuitos locales iberoamericanos. Respecto a este problema, el trabajo de Laura Fólica y Ventsislav Ikoff, “Visibilizando la traducción literaria en revistas iberoamericanas (1898-1959): pasos para la construcción y análisis de una base de datos con herramientas de las Humanidades Digitales”, proponen identificar los patrones de traducción como parte central de la modernización editorial. Para esto, desde una nueva perspectiva metodológica, reconceptualizan la categoría de “traducción” en dos dimensiones que confluyen entre sí. La primera, desde una perspectiva histórica que relata una trayectoria caracterizada por la obliteración de la traducción a lo largo del tiempo; y, la segunda, desde el ámbito bibliotecológico que da cuenta de las consecuencias en la falta de datos para establecer panoramas generales sobre este tema. A partir de esto, las autoras pretenden establecer nuevos patrones de comportamientos en el análisis del espacio literario transnacional al integrar como clave interpretativa la traducción literaria.
Uno de los efectos de las reconsideraciones de la materialidad de los textos y de la atención que merecen las diversas mediaciones que lo transforman en un bien impreso es la mayor dedicación a la reposición de la historia social de los diversos géneros editoriales. Por caso, esa aproximación intensiva a las trayectorias de las personas que intervienen en la cadena productiva de un libro ha permitido ponderar las intervenciones concretas de cada agente en la medida en que la reconstrucción de los derroteros individuales fueran engarzados en un proceso colectivo que los contemple. En este sentido, el texto de Adriana Vulponi ofrece claves analíticas y metodológicas en su abordaje de la literatura infantil y juvenil argentina en tanto género escriturario y editorial con particularidades que involucra, asimismo, modos singulares de manufactura impresa. Como sostiene la autora, la “biografía colectiva” del universo de la edición infantil y juvenil no sólo permite una inmersión en las condiciones de posibilidad efectiva del desarrollo de esa literatura sino que habilita a pensar la movilidad de personas, ideas y libros en unidades territoriales más amplias que la nación. De este modo, la construcción impresa de la literatura infantil y juvenil argentina se inscribe en geografías culturales transnacionales de contactos que atienden a flujos de intercambio de intensidad y regularidad variable. Vulponi explora esos horizontes considerando bajo una atención especial a dos colecciones decisivas en la historia del género (Polidoro y Chiribitil) así como una trayectoria, la de Graciela Montes, en tanto “faro” para comprender las acciones de productores/as textuales y editoriales.
La interrogación sobre los territorios de la edición y la lectura ha promovido una sofisticación sobre el problema de la espacialidad de la producción, distribución y consumo de libros. La consideración de estos circuitos entre instituciones públicas, ámbitos de sociabilidad y agentes del mercado ha permitido repensar dos dimensiones caras a los estudios sobre los bienes impresos: el contexto espacial de elaboración y las formas de asignación de valor. ¿Desde dónde y para cuáles espacios se producen libros? ¿Qué lugares físicos y simbólicos se construyen a través de la actividad editorial? ¿Cómo inciden los procesos de territorialización de elaboración de bienes impresos en la asignación de valor de los mismos? ¿Qué tipo de saberes se despliegan en la forja de libros en contextos diversos? En su texto, María José Rubin recupera algunos de estos interrogantes a partir de un examen de las operaciones editoriales dispuestas en un contexto de personas privadas de su libertad donde la escritura y el horizonte de su publicación suponen apuestas ético-políticas de resistencia que cuestionan no sólo los sentidos sobre la dimensión punitiva del encierro sino que buscan, mediante la dinámica editorial de visualización de su situación, incidir en un público más amplio. Rubin analiza seis proyectos editoriales a través de los registros materiales de su actividad, las publicaciones realizadas y los relatos de talleristas integrados a ellas. El esfuerzo etnográfico por situar la perspectiva nativa de quienes participan de esas operaciones representa una opción metodológica cada vez más aceptada en el mundo de los estudios sobre culturas impresas y políticas de lectura.
La reflexión acerca de la labor editorial y creativa presenta desafíos al entender los procesos de producción, difusión y recepción de los libros. En su artículo, Paula Simonetti contribuye significativamente a este tema al examinar el trabajo de escritoras y escritores en Uruguay desde una perspectiva de género, lo que permite identificar las desigualdades dentro de los mundos del arte y, en particular, dentro de este campo literario. En ese sentido, su trabajo titulado "Trabajo literario y desigualdades de género: claves y dilemas para comprender la situación en Uruguay", propone una novedosa perspectiva teórica y conceptual que busca abordar las disparidades de género en el trabajo artístico, haciendo uso de valiosas contribuciones de la literatura académica. Al mismo tiempo, este artículo plantea un enfoque metodológico innovador al combinar diversas fuentes secundarias que se dedican a sistematizar el trabajo en el campo artístico, lo que enriquece los resultados de su indagación empírica que se basó en la realización y análisis de una encuesta a escritores y escritoras. Los hallazgos de esta investigación, que destacan tanto las desigualdades de género objetivas como las percepciones subjetivas de dichas desigualdades, resaltan las capacidades de la perspectiva de la autora.
Finalmente, Paula Cuestas y Giuliana Pates proponen pensar en la dimensión activa, social y emocional de la lectura retomando los posicionamientos de distintos autores y mostrando las potencialidades que este modo de abordar el acto de leer reporta en términos de análisis. En especial, en el abordaje de aquellos objetos que se sitúan en los márgenes de los mundos literarios y que por su carácter comercial son tomadas dentro del propio campo artístico como lecturas livianas, menores, con tramas repetitivas, en síntesis, desjerarquizadas con relación a una “buena literatura”. “La dimensión activa, social y emocional de la lectura: un marco teórico-metodológico para el estudio de libros y lectores/as” es entonces una invitación a atender a las habilitaciones, las tramas de sociabilidad y las emociones que se despliegan con los libros, dejando de lado las etiquetas “celebratorias” o “denuncistas” de la lectura. Tal como lo explicitan en el texto, este posicionamiento de ambas autoras se funda en sus investigaciones doctorales en las que abordaron, respectivamente, tanto las prácticas de lectura de personas jóvenes que leen lo que comercialmente se agrupa en los sellos editoriales young adult (adulto joven) como las experiencias que se despliegan entre mujeres en torno a la lectura de novelas románticas. Como cierre, cabe destacar que el resultado de dichas investigaciones también les permite afirmar que, desde este posicionamiento teórico-conceptual, la etnografía reluce como la metodología más apropiada para lograr captar, en acto, el carácter activo, social y emocional de la práctica lectora.
En resumen, los seis artículos incluidos en este dossier ofrecen valiosas contribuciones que enriquecen el amplio campo de estudio académico centrado en la exploración de diversos aspectos del libro, considerándolo tanto como un objeto de veneración como una mercancía y atendiendo a sus distintas instancias de producción, circulación y recepción. Desde diversas disciplinas que han estado reflexionando sobre este tema, los artículos presentados aportan perspectivas originales para enriquecer aún más dicho ámbito de interés.