Amoxtli, 2022, n° 9, ISSN: 0719-997X, doi 10.38123/amox9.302
En este artículo reflexionamos sobre la experiencia de construcción del repositorio virtual que surgió como resultado del proyecto “Archivos Migrantes”. El objetivo del proyecto fue construir un acervo de relatos, fotografías y videos que dieran cuenta de las prácticas culturales y artísticas de las personas migrantes provenientes de países de Latinoamérica y el Caribe que han llegado a vivir a Chile, con el fin último de aportar a su difusión y puesta en valor. Para lograr el objetivo planteado, utilizamos herramientas derivadas de las metodologías participativas para generar un proceso de co-construcción de este acervo de prácticas de comunidades de personas migrantes. Igualmente, reflexionamos sobre la noción misma de “Archivo Migrante” que dio nombre al proyecto, pensando en cómo esta orientación epistemológica sobre la noción de archivo orientó la creación de categorías y la propia organización del repositorio. Finalmente, cerramos el texto con algunas consideraciones sobre los alcances y límites del proyecto.
Palabras clave: archivo, migraciones, prácticas culturales, memoria
In this article we discuss the experience of building the virtual repository that resulted from the "Archivos Migrantes" project. The aim of the project was to build a collection of testimonies, photographs and videos that would inform about the cultural and artistic practices of migrants from Latin American and Caribbean countries who have come to live in Chile, with the ultimate goal of contributing to their dissemination and valorization. In order to achieve this goal, we use tools derived from participatory methodologies to generate a process of co-construction of this collection of practices of migrant communities. Likewise, we analyze the very notion of a "migrant archive" that gave the project its name, reflecting on how this epistemological orientation towards the notion of the archive has guided the creation of categories and the organization of the repository itself. Finally, we conclude with some reflections on the scope and limitations of the project.
Keywords: archive, migrations, cultural practices, memory
“Archivos Migrantes” es un proyecto que nació del encuentro de un grupo de mujeres de distintas profesiones y lugares de origen en torno al interés común de construir un repositorio de relatos, fotografías y videos, que dieran cuenta de las prácticas culturales y artísticas de las personas migrantes provenientes de países de Latinoamérica y el Caribe que han llegado a vivir a Chile, con el fin último de aportar a su difusión y puesta en valor. Con el lema “Cada persona que migra es una historia que se traslada. ¡Queremos conocer la tuya!” abrimos la invitación a compartir y establecer diálogos sobre las músicas, celebraciones, comidas, costumbres, bailes, objetos y todo aquello que, a pesar de la distancia física y del desarraigo, permite a estas comunidades conectar con sus orígenes.
¿Por qué construir este archivo y para quiénes? En Chile han existido varias oleadas migratorias, cada una con características particular.1 En ese sentido, lo que buscamos con este proyecto es construir una memoria colectiva de la presencia extranjera en el país en el momento actual, desde una perspectiva cultural, entendiendo que estamos ante un fenómeno migratorio del tipo sur-sur masivo y extensivo hacia todo el país.2 Esto no implica dejar de lado las complejidades del fenómeno, ni ignorar las diversas formas de violencia de género, racismo y/o xenofobia tanto en el lugar de destino, como aquellas que pudieron haber motivado la emigración desde el lugar de origen. Por el contrario, consideramos que aportar al reconocimiento de la vida cultural de las y los migrantes y su papel como agentes de cambios sociales y culturales, es una manera de aportar a construir confianzas y acercamientos a aquello que se percibe como ajeno o extraño.
Para darle forma a este repositorio digital desarrollamos una serie de convocatorias en español, portugués y creole haitiano invitando a las personas a compartir sus historias en nuestra página web. También asumimos un rol más activo en la recopilación de material, con la generación de espacios de conversación sobre la migración y su relación con la música, el carnaval, la experiencia de jóvenes artistas y de mujeres en la academia.3
Tras dos años de trabajo, hemos constituido un pequeño acervo de prácticas culturales de personas que viven la experiencia de la migración en Chile. A partir de este archivo, pretendemos seguir reflexionando sobre nuevas formas de ampliar y resguardar estos registros, incluyendo nuevos formatos de archivos y realizando diferentes actividades que involucren a otras comunidades de personas migrantes a las que el proyecto no pudo acceder en sus primeros años.
En este artículo, proponemos una reflexión sobre el repositorio virtual Archivos Migrantes, partiendo desde las cuestiones más teóricas en torno a la noción de archivo y su relación con la migración, hasta el análisis del sitio web, sus contenidos y categorías. Esperamos que la revisión teórica de esta experiencia colectiva de constitución de un archivo de prácticas migrantes pueda aportar insumos para los debates sobre el rol de la cultura en la experiencia migrante; la relevancia de la formación de redes para el desarrollo de la vida cultural de comunidades migrantes; así como la importancia de registrar y difundir las acciones y objetos culturales producidos por las comunidades de personas migrantes en Chile.
Siempre asociado con la memoria, la noción de archivo abriga en sí la posibilidad de la reproducción en el tiempo y en el espacio de las prácticas de un individuo, de una familia, de un grupo o de una sociedad. Articulando las formas de representación de la memoria con sus dispositivos de consignación (inscripción), el archivo, según la lectura derridian,4 es, al mismo tiempo, fundamento del acto de archivar y poder legitimador. Por este motivo, según Derrida, el archivo es siempre un espacio de poder, pues es necesario un poder archivador para crearlo y legitimarlo.
Por espacio podemos entender de la lectura de Derrida que se trata mismo de un territorio, una inscripción territorial. Segundo, el investigador Daniel Alvaro, la lectura derridiana del archivo relaciona la alianza entre el lugar (el soporte de inscripción y la localización o el domicilio) y la ley (la autoridad que representan los arcontes, portadores -en el sentido estricto de la palabra- y a un mismo tiempo intérpretes de la ley). Alianza a su vez ligada con el “principio” o “poder de consignación”, consistente en reunir, organizar y sistematizar las partes de las que se compone el todo que un archivo es o siempre está en vísperas de ser.5
Este poder archivador, por tanto, decide qué se mantiene y reproduce como memoria a través del dispositivo del archivo. Considerando que el Estado y su aparato burocrático es detentor del poder archivista más potente desde la conformación de los estados nacionales modernos, la tesis de Derrida, según Alvaro, entiende “que el orden que el Estado está llamado a garantizar depende ampliamente de la puesta en orden del archivo, hasta tal punto que ninguna estructura estatal sería posible sin poder arcóntico y sin poder de consignación.6
En este sentido, el poder archivador del Estado es político: define políticamente una inscripción territorial y un derecho de pertenencia a través de una memoria administrada a través de instituciones y aparatos burocráticos. Por lo tanto, en este artículo, comprendemos, junto con Derrida, que la cuestión del archivo es transversal a la noción misma de res publica, convirtiéndose en un espacio central de disputa de grupos marginalizados socialmente. Tal como afirma Derrida: “La democratización efectiva se mide siempre por este criterio esencial: la participación y el acceso al archivo, a su constitución y a su interpretación”.7
Considerando que el archivo es inherente a la constitución misma de una noción de Estado (o nación), quizás sea posible afirmar que las prácticas y memorias grupales de grupos subalternos como las comunidades de migrantes estarán siempre fuera de estos registros, quedando permanentemente invisibilizados. El archivo del poder necesita del territorio y de su afirmación sobre él, dejando afuera lo que no considera como parte de este territorio de poder.
Teniendo en cuenta lo anterior, jugar en contra de este poder archivador e impulsar un actoarchiviolítico8 en la esfera pública, significa poner en marcha un archivo rebelde. Es a partir de esta perspectiva que surge la propuesta de creación de un“Archivo Migrante”. Este repositorio virtual de prácticas migrantes puede ser definido como un mecanismo de subversión del poder archivador estatal, incluyendo en la memoria y en el registro las prácticas culturales migrantes. La propia idea de “archivo migrante” juega en contra de la noción de archivo como lugar de inscripción de un poder estable e inamovible. El archivo de las prácticas migrantes es por naturaleza fluido, sin fronteras definidas y, por lo tanto, tampoco jerarquías reconocibles. En ese archivo todo se puede registrar: comidas, danzas, documentos, fotos, miradas. La autoridad archivística, que decide cómo y qué es archivado, aquí, es cambiada, invertida, posibilitando que cualquier persona sea autora de sus registros y que estos sean de naturalezas diversas.
A partir de la creación de este repositorio de prácticas migrantes, proponemos enfatizar el aspecto que Alvaro destaca en la lectura de “Mal de Archivo” de Derrida: leer el archivo como devenir. Para este autor, “la cuestión del archivo sería menos una cuestión del pasado, vinculada a lo originario o arcaico, como estamos dispuestos a pensar, que una cuestión del porvenir.9 De esta manera, el archivo migrante no es un registro de un origen o de un pasado mitológico al cual las personas migrantes desean retornar. Es más bien el registro del movimiento, de la reinvención de las prácticas, de las memorias y relatos que tejen el devenir de estas comunidades reemplazadas en nuevos territorios. Es la relectura del archivo, la memoria y el patrimonio a partir de los lentes del movimiento, la desterritorialización, la reterritorialización y la multiterritorialización10 en el tiempo presente (y también futuro).
Desde este marco teórico, la noción de archivo y, consecuentemente, la misma noción de patrimonio se resignifican para incluir la diversidad de relatos, de tiempos y de lugares de memoria. Los ejemplos que dan cuenta de un cambio de perspectiva con relación a las nociones de patrimonio, archivo y memoria se hacen notar en instituciones como el museo, cuyos debates actuales sobre su función social y definición han generado una serie de discusiones sobre la democratización de los procesos de patrimonialización. Como institución que representa la nacionalidad y el poder archivístico del Estado, el museo ha sido confrontado, en la actualidad, con una serie de demandas de inclusión, democratización y revisión de sus estatutos y fundamentos básicos. Las demandas por descolonización y apertura dirigidas a los museos han generado transformaciones en sus colecciones, exposiciones y acciones institucionales, posibilitando la inclusión de las memorias de grupos subalternos, como por ejemplo las comunidades de personas migrantes (y, por lo tanto, fronterizas y multiterritoriales). La migración, las memorias migrantes y sus procesos de construcción de identidades multiterritoriales, están, de a poco, pasando a ser parte de la preocupación del museo como institución, impulsando una serie de acciones y políticas institucionales en la actualidad, a ejemplo de la creación de Museos de la Inmigración en algunos países, tales como el Museo de la Historia Nacional de la Inmigración, en Francia, el Museo de la Inmigración de Sao Paulo (Brasil) y el Museo de la Inmigración de Buenos Aires (Argentina), para mencionar algunos ejemplos. Por otro lado, se observa la realización de acciones institucionales inclusivas junto a las comunidades migrantes, como por ejemplo en el Museo Histórico Nacional de Chile.11
Sin embargo, es necesario relevar que los procesos de patrimonialización de la identidad y la memoria de grupos subalternos, a ejemplo de las comunidades de personas migrantes, puede revertirse en nuevos procesos de exclusión si se realizan de manera vertical y unidireccional. Tal como comentan las museólogas Pilar González, Marianne Amar y Marie-Claire Lavabre12 no es evidente que el proceso de patrimonialización de los migrantes garantice como resultado la inclusión y el reconocimiento social de sus comunidades, incidiendo en la disminución de la xenofobia hacía estos grupos. Tampoco es evidente que los inmigrantes deseen ser parte de un museo, por lo que el enfoque en la acción colaborativa, cuyo protagonismo sea de los grupos y las comunidades, territorialmente situada y co-productiva, se vuelve fundamental.
Por otro lado, según afirman los investigadores Paul Di Maggio y Patricia Fernández-Kelly13 los grupos de personas migrantes recurren, en gran medida, al desarrollo de expresiones estéticas como medio de comunicación y como herramienta para facilitar sus procesos de adaptación e integración (social y económica) en los territorios de llegada. Considerando este aspecto, es de fundamental importancia analizar las estrategias estéticas desplegadas por los grupos de personas migrantes en Chile, que van desde el desarrollo de la culinaria original, hasta la poesía, la música, los bailes y las fiestas como herramientas de creación de espacios de diálogo e interacción con los ciudadanos locales, por un lado y como medios para generar ingresos económicos y supervivencia de los grupos familiares, por otro. Estas estrategias de supervivencia de los grupos de personas migrantes a través de recursos estéticos revelan la importante contribución cultural que aportan los grupos de personas recién llegadas al nuevo territorio, la que queda invisibilizada por los procesos racistas y xenófobos con los que se enfrentan cotidianamente (desde los niveles institucionales hasta el de las interacciones cara a cara).
Por lo anterior, el proyecto Archivos Migrantes parte de una perspectiva colaborativa y de co-construcción para generar una memoria colectiva de las prácticas culturales desde y con los grupos de personas migrantes residentes en Chile. Sin ánimo de convertirse en un museo u objetivar generar la patrimonialización de estas prácticas, Archivos Migrantes propone, más bien, el registro y la puesta en valor de las acciones culturales realizadas por los grupos de personas migrantes que residen en Chile en la actualidad.
Abrir un espacio para el registro, la puesta en valor y la difusión de las prácticas culturales y artísticas de migrantes que hoy residen en Chile impone el reto de desarrollar estrategias que vayan más allá de la simple recopilación de datos y descripciones. Implica tener en consideración que cada relato, fotografía o video que integra el archivo está cargado de historias, experiencias y significados que recuerdan la vida que fue dejada atrás, pero que acompaña la construcción de un nuevo hogar.
En este sentido, Archivos Migrantes es formulado desde sus inicios como un proyecto que se mueve entre la investigación y la práctica.14 El principal propósito no solo es generar un repositorio estático de bailes, comidas, músicas, fiestas, objetos u otro tipo de expresiones culturales, sino que busca que a través de esos registros se puedan promover espacios de encuentro y de diálogo que contribuyan a que las comunidades migrantes, actualmente estigmatizadas, sean vistas y escuchadas en la sociedad de llegada.
La puesta en marcha del proyecto comenzó poniendo el foco en comunidades de migrantes provenientes de países de Latinoamérica y el Caribe que residen en la Región Metropolitana de Santiago. En esta delimitación jugaron un papel decisivo tanto la localización de las gestoras del proyecto, como las evidencias estadísticas, las cuales indican que actualmente cerca del 80% de las personas que ha llegado a vivir a Chile provienen de Venezuela, Haití, Perú, Colombia, Bolivia y Argentina y que es la Región Metropolitana la que concentra el 61,3% de la población extranjera.15
Para la formulación de la propuesta se utilizaron tres referentes nacionales de estrategias para la construcción de repositorios digitales de memorias locales:
En los tres casos resultó inspirador el uso de las plataformas digitales para compartir relatos y registros visuales, sonoros o audiovisuales elaborados en contextos cotidianos y la puesta en valor de este material en la construcción de los procesos de memoria de las personas y las comunidades. No obstante, el aporte de estos referentes, el equipo aún se sentía desafiado a pensar en estrategias para que el proyecto, además de fomentar la participación en la recolección de la información, también recogiera las dinámicas, las prioridades, e incluso las carencias, de la vida cultural de las personas migrantes en Santiago.19
Con este propósito, la versión original del proyecto consideró la realización de entrevistas en profundidad y talleres participativos con integrantes de tres redes de migrantes, para construir el archivo de forma presencial y colaborativa. Sin embargo, los efectos sociosanitarios de la pandemia de covid-19 generaron cambios en las prioridades y configuraciones de las redes aliadas, obligando al reajuste de la metodología para la recopilación del material y trasladando completamente la estrategia al plano digital. En este nuevo escenario la elaboración de contenidos para redes sociales fue clave para dar a conocer el proyecto, comenzar a generar confianzas y alimentar el archivo. Primero, fueron elaboradas una serie de gráficas con preguntas para convocar la reflexión e interacción20 y, posteriormente, fue diseñado un afiche que fue distribuido en español, portugués y creole haitiano, que llamaba a compartir fotos, videos y escritos de eventos, prácticas, recetas y objetos a través de un formulario digital.
Paralelamente, fueron realizadas entrevistas a través de plataformas digitales a personas migrantes, agentes culturales e investigadoras dedicadas a temas relacionados con la migración, para complementar los datos recolectados a través de las convocatorias. El conjunto de los relatos fue dispuesto en una página web que está en constante actualización para ampliar la mirada sobre las diversas trayectorias y maneras de vivir, de generar comunidad, de promover vínculos y de reanimar tradiciones y memorias producidas por las personas migrantes en el Chile del siglo XXI.
Aunque el proyecto fue puesto en marcha en un contexto de cambio e incertidumbre, esto también se configuró como una oportunidad de abrir el archivo a diferentes tipos de registro y maneras de recolección que no habían sido consideradas inicialmente. Ya a comienzos del milenio, la antropóloga Elisenda Ardèvol21 afirmaba que Internet dejaba de ser un medio de comunicación, para convertirse en un artefacto cotidiano, un lugar de encuentro para la formación de comunidades y una forma de sociabilidad emergente. En este caso, fueron utilizadas diversas herramientas que ofrece Internet, como las páginas web, las redes sociales y las plataformas de videollamadas, para recopilar, archivar y difundir manifestaciones y formas de vida que traen consigo personas y comunidades de Latinoamérica y el Caribe que han llegado a Chile.
Con el crecimiento de la red de alianzas del proyecto, a la idea basal de registros o entradas que se integrarían inicialmente a este repositorio, se sumaron otros dos tipos de materiales a la composición de Archivos Migrantes. Durante el proceso de recolección, el equipo se encontró con un conjunto de investigaciones recientes que abordaban temáticas relacionadas con la participación cultural, las prácticas religiosas y propuestas metodológicas para la recopilación de relatos migrantes, todas ellas enfocadas en comunidades latinoamericanas y del Caribe. Esto no solo significó la posibilidad de diversificar y ampliar las redes colaborativas,22 sino también, la necesidad de abrir una sección específica en la página web con el título, resumen y autoría de la investigación. Esto permitió corroborar la idea de un interés académico creciente en ampliar los conocimientos acerca de la vida cultural de estas comunidades migrantes, así como de dar cuenta de la diversidad y complejidad de la misma.
Otra parte de la composición de Archivos Migrantes está vinculada a una serie de videos de conversatorios realizados en una segunda etapa de financiamiento del proyecto. Esta nueva fase surgió por la necesidad de tomar un rol más activo en la recopilación de material, luego de haber evidenciado una merma en la recepción de registros a través del formulario dispuesto en la página web y al reconocer que era posible dinamizar los contenidos que ya estaban disponibles en ella. Este ciclo de cuatro conversatorios fue llevado a cabo entre noviembre de 2021 y marzo de 2022, dos de los cuales fueron realizados en formato digital y dos de forma presencial en el marco de festivales culturales que tienen su foco en la migración, “Salsa a la primavera” y “Carnaval Migrante”. Cada uno de estos espacios de conversación abordó diversas temáticas sobre la migración y su relación con la música, el carnaval, la experiencia de jóvenes artistas y de mujeres en la academia, contando con la participación de jóvenes artistas, académicas y profesionales del sector cultural (gestoras/es, músicas/os, cultoras/es, artistas).
Esta variedad de registros que componen Archivos Migrantes abre dos líneas de análisis. Por una parte, hay una reflexión formal sobre los procesos que fueron implementados para la construcción del archivo, así como para la categorización y organización de los materiales. Por otra parte, los contenidos que comienzan a integrar este archivo permiten comenzar a construir un panorama de los intereses y talentos en la cultura y las artes que tienen las personas migrantes, temas que suelen ser poco abordados por los estudios migratorios.23
La invitación que recibió el equipo de Archivos Migrantes para participar en el V Seminario de Archivos, organizado por el Centro de Investigación y Documentación de la Universidad Finis Terrae y el Centro del Patrimonio de la Pontificia Universidad Católica24 coincidió con un proceso de evaluación y sistematización del trabajo realizado hasta el momento. En este sentido, la posibilidad de reunirse e intercambiar con otros proyectos e instituciones que comparten la labor de constituir archivos y poner en valor la memoria colectiva de diversas comunidades migrantes en Chile permitió a este equipo aprender de esas experiencias, y también, reflexionar sobre el rol, métodos y alcance propios. Especialmente, en consideración de que Archivos Migrantes no surgió en el contexto de una disciplina archivística, sino más cerca de la gestión de las prácticas culturales y artísticas.
En poco más de dos años de circulación de este proyecto se han recopilado más de veinte prácticas musicales, gastronómicas, literarias y religiosas, ocho resúmenes de investigaciones en las que se vinculan temáticas de cultura y migración, y los videos de cuatro conversatorios en los que participan cerca de quince personas en total. La composición diversa de este archivo ha nutrido un proceso articulado que comenzó con la recolección colaborativa de información, con la cual se identificaron algunos conceptos y temas clave en torno al valor de las artes, la cultura y la memoria para las comunidades migrantes, y luego, estos han sido puestos en diálogo entre personas de diversos orígenes geográficos y profesionales a través de encuentros temáticos. De esta manera se acerca al tipo de archivo que refiere Valdebenito,25 que pasa del almacenamiento de documentos a la apertura a la información para fomentar la reflexión sobre asuntos contingentes. En este caso, las migraciones y la vida cultural de las comunidades migrantes latinoamericanas y del Caribe en Chile.
Así pues, tal como se anunciaba previamente, los resultados de este proyecto apuntan hacia dos líneas de discusión: los procesos de categorización y organización de los materiales y unas primeras reflexiones sobre los contenidos de estos, relacionadas principalmente con el papel de las prácticas culturales y artísticas en las comunidades migrantes. Cabe señalar que estos resultados son producto de la sistematización hasta la fecha de un proyecto aún vigente, con posibilidades de seguir en funcionamiento y abierto a nuevas formas de recopilar y producir material. También hacen referencia al análisis de un conjunto de información diversa en términos de formatos y contenidos y, por tanto, la intención no es establecer generalidades sobre la forma de construir archivos o dar cuenta del universo cultural de las comunidades migrantes, pero sí, poner en relieve algunos elementos centrales de la experiencia desde Archivos Migrantes.
La construcción de Archivos Migrantes tiene dos premisas de base que están vinculadas de manera estrecha. El archivo es un dispositivo de conservación y transmisión de la memoria, y en esa medida, es un espacio de poder que está en disputa permanente. Por lo mismo, tiene una naturaleza fluida y dinámica que requiere de estrategias flexibles que permitan su actualización. En este caso, esas estrategias fueron, por un lado, la colaboración con las comunidades migrantes en los procesos de recopilación y discusión de la información y, por otro lado, la utilización de los recursos digitales para el almacenamiento, preservación, difusión y acceso a dicha información.
Siguiendo a Polanco,26 esta naturaleza digital de Archivos Migrantes se manifiesta a través de características como las siguientes:
Respecto de este último punto, los registros recibidos sobre música, gastronomía, poesía, bailes folclóricos, proyectos artísticos y fiestas religiosas se transformaron en #tags (etiquetas en el lenguaje de internet) o categorías que permitieron organizar el material recibido para facilitar la consulta. Como se expuso previamente, en este repositorio cualquier persona puede ser autora de sus registros y el equipo de Archivos Migrantes trabaja a partir de lo recolectado, mirándolo de manera más bien intuitiva y buscando distintas formas de categorizar un objeto cultural.
Al observar las categorías de las entradas que alimentan el archivo digital, son la música y la gastronomía las etiquetas más recurrentes. Lo anterior se explica a partir de la consideración de que en los procesos migratorios, los cuerpos se ven obligados a rehabitar el espacio y reconstruir el hogar a través de la experiencia sensorial de la vida cotidiana, tal como comenta Sarah Ahmed.28 En ese sentido, las prácticas musicales y alimentarias, ambas llevadas por las y los migrantes en sus propios cuerpos, resultan primordiales para desplegar formas de ser y estar en la vida cotidiana, pero también, es el espacio primordial desde donde se declara el derecho a aparecer.29
En el caso de la música, sus prácticas asociadas aparecen como formas de expresión, comunicación y, en ocasiones, de resistencia ante otras carencias. Uno de los primeros registros que fue recibido a través del formulario web fue el de una mujer venezolana que grabó a su amigo tocando guitarra y cantando con mascarilla en la calle. El registro estaba un tanto difuso, pero la alegría que emanaba esta experiencia musical en tiempos de pandemia transmitía la importancia de contar tanto con redes de solidaridad, como con ese trozo de la cultura de origen al que se aferra para resistir en tiempos difíciles. Su historia, por una parte, es una de tantas experiencias cotidianas de resistencia cultural que hoy están aún invisibles para la comunidad chilena y para el mismo aparato estatal. Por otro lado, permite alimentar las reflexiones sobre el lugar de la música en la generación de vínculos sociales en el contexto migratorio.30
La gastronomía tiene un efecto similar. No obstante, además de ser un espacio de comunión y de memoria, se puede convertir en una fuente laboral y de ayuda a la economía del hogar bajo la figura del emprendimiento. Tal como afirman Imilan y Millaleo31 “...observamos la relación entre alimentación y migración como el producto de un ensamblaje de dimensiones económicas y simbólicas que en la práctica social se producen de forma inseparable.”
Entre los registros que fueron compartidos en Archivos Migrantes hay diversas formas de preparación de “los panes de queso” en Latinoamérica. Pão de queijo en Brasil, Pandequeso en Medellín o Almojábana en Bogotá. Estas tres recetas se han incorporado al archivo y permiten instalar conversaciones sobre lo común de los ingredientes en el continente y, al mismo tiempo, cuentan experiencias y tradiciones asociadas a cada caso. Así también, en este tipo de ejemplos, en los que las comidas y el acceso a productos básicos del lugar de origen son de las primeras cosas que se recuerdan al momento de migrar, queda en evidencia que hay una experiencia corporal creada a partir de los gustos y las tradiciones que se cruza, el “estar acá y estar allá”, en la que se combinan el recuerdo, la nostalgia y la memoria con la posibilidad de construir un nuevo hogar.
Así pues, las y los migrantes buscan maneras de reafirmar su identidad creando y recreando costumbres y tradiciones, como la música y la comida, pero también desarrollan vínculos y sentido de pertenencia con los nuevos lugares de residencia,32 aun cuando no cuenten con un estatus legal que los reconozca como sujetos de derecho. En esa búsqueda por mantener viva su memoria, se abren las oportunidades tanto para la expresión individual, como la colectiva, porque se (re)construyen espacios de sociabilidad, se activan las relaciones entre comunidades y se visibilizan problemáticas compartidas.
Tal como se ha expuesto hasta este punto, Archivos Migrantes surgió con el ánimo de contribuir a la construcción de una memoria culturalmente diversa, en donde las nociones de tradición e identidad sean constantemente problematizadas y reelaboradas junto con los flujos y tránsitos de personas en los territorios. En ese contexto, una de las primeras preocupaciones fue la de afrontar la discriminación y la violencia cultural contra las personas migrantes y reducir la brecha con lo ajeno, a través de la visibilización de experiencias. Por esta razón, incluir las expresiones culturales de las y los migrantes en un dispositivo archivístico, de la mano con las propias comunidades y personas que vivencian la experiencia migratoria, es también un acto para volver a humanizar esas vidas migrantes, reconocer su derecho a la cultura y legitimar sus contribuciones y vínculos sociales hoy en Chile.
En el entendido de la importancia de la cultura y las artes en la generación de instancias de diálogo en sociedades diversas, las prácticas culturales emergen como un espacio de vinculación, integración y encuentro a través del afecto y las emocione.s33 Tal como se discutió previamente, aún ante el desconocimiento del idioma y la falta de reconocimiento formal y/o sustantivo en el nuevo lugar de residencia, las diversas formas de expresión de estética (música, letras, bailes, comidas, entre otros) permiten desarrollar herramientas de comunicación y reclamo de pertenencia a la esfera pública. Este tipo de manifestaciones no solo tienen una capacidad de convocar en torno a su práctica, sino también por la facultad de visibilizar y humanizar al “otro” migrante, promoviendo la resistencia a la xenofobia y el racismo.
Continuando con los ejemplos anteriores, la música y la gastronomía funcionan como formas de expresión que logran cautivar y generan identificación, y desde ahí construyen un discurso propio. Al reconocer que en el proceso de migración también migran las memorias, es necesario comprender también que estas se enriquecen en el camino y, así mismo, diversifican la cultura local. De allí se entendería que el surgimiento de múltiples iniciativas y proyectos necesarios para fomentar estos espacios de comunión, de compartir, especialmente en post pandemia: ciclos gastronómicos y musicales; encuentros culturales en torno a la salsa, a bailes y ritmos africanos; plataformas digitales como las radios y podcast; y la apropiación del espacio público como una vía vital de integración e interacción.
Tomando este último espacio de representación y de comunión, como lo es el espacio público, es importante destacar la visibilización de las prácticas e identidad culturales de personas migrantes en la esfera pública. Said34 postula que ninguna identidad aparece de la nada, ya que estas son construidas sobre las bases de la experiencia, la memoria, la tradición y una enorme variedad de prácticas y expresiones culturales, políticas y sociales. Complementando con el análisis de Yúdice<,a href="#n35">35 al considerar la cultura como un recurso político (en la era global) podríamos leer, tanto nuestro proyecto como la visibilización de las prácticas de las memorias subalternas, como en acto de acción política, en donde, además, la transnacionalización aporta a conectar historias y territorios, a observar espacios desapasionados de nacionalismos.
Desde la puesta en marcha de este proyecto, se comenzaron a dibujar algunas de las preocupaciones con respecto a la forma adecuada de recolección de las prácticas, como también en torno a la información que llegaría.
Dada la contingencia sanitaria producida por la pandemia de COVID-19, y el cambio de metodologías de recolección de la información planteadas al comienzo del proyecto, nos enfrentamos al escenario digital y virtual para lograr esta tarea. Espacios desconocidos y poco explorados en los cuales se trabajó de manera intuitiva con recursos limitados, y dado el confinamiento, con movilidad restringida. Bajo este contexto de preocupaciones, la contingencia nacional en torno a la comunidad migrante complejiza la recolección dadas las preocupaciones socioeconómicas y migratorias en que se encuentran. Las prioridades y las temáticas que afligen a esta comunidad logran ser superiores a compartir sus historias y prácticas culturales.
Por otro lado, sobre la información que llegaría encaminaba a la reflexión sobre ¿quiénes querrán ser parte de este archivo?, ¿qué historias querrán contar?, ¿qué elementos personales compartirán?, cuestionamientos que obligaron a proponer una metodología de trabajo abierta y flexible, con la capacidad de ir adaptándose en el proceso.
Archivos Migrantes es un proyecto aún en construcción. Constantemente nos enfrentamos al reto de llegar a más personas y generar la confianza suficiente para que compartan sus historias de vida sobre aquello que llevan consigo y los conecta con su origen. La generación de confianza para lograr llegar a las personas y recolectar prácticas es vital para este archivo, dado a que nos enfrentamos a sensibilidades, memoria, biografías e historias íntimas de cada uno de ellos. Por ello las estrategias de acercamiento, las alianzas y colaboraciones conformadas, el lenguaje y la postura del proyecto toman valor a la hora de dialogar con el otro y a la entrega de este.
Lo digital de este archivo también representa preocupación y lleva a cuestionamientos en torno a la temporalidad de este. Las dificultades que el mundo digital conlleva, tales como la caducidad del sitio web, el mantenimiento de la plataforma, la actualización de distintos componentes que soportan este archivo, representan límites y cuestionan la durabilidad del archivo. La pérdida de la información es un riesgo latente que se tiene al ser un archivo inmaterial y dependiente de recursos, de los cuales en su mayoría son concursables y temporales. Por ello Archivos Migrantes se encuentra en una constante mutación de su acción de recolección, de curaduría y archivista. Su expansión a conversatorios, a convocatorias a investigadores y a podcast no son más que nuevas propuestas de recopilación de información y difusión sobre las prácticas culturales de las personas migrantes en Chile, y que alimentan este repositorio.
En resumen, Archivos Migrantes es un proyecto que mira el presente y el futuro, proponiendo un archivo dinámico que se alimenta de cada nuevo individuo que decide participar. Es una memoria en acción que difunde las maneras como se reinventan las comidas, los bailes y la vida cotidiana de las comunidades de personas que migraron al país. Es una manera de generar el archivo desde la archiviolítica, rompiendo con las autoridades que fundamentan la construcción del “archivo cultural” nacional para generar un archivo rebelde, insurrecto, que pone en evidencia y proyecta hacía la esfera pública la vida, las imágenes, los cuerpos y los discursos de las comunidades de personas migrantes en Chile. Por lo anterior, el lema que motivó este proyecto desde el principio es: “Cada persona que migra es una historia que se traslada. ¡Queremos conocer la tuya!”
* Proyecto vinculado al Núcleo de sociología de las artes y las prácticas culturales de la Universidad de Chile y financiado por el FONDART Regional, línea Culturas Migrantes, del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, convocatorias 2020 folio 550125 y 2021 folio 588846.
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